miércoles, 4 de noviembre de 2020

LA VIDA LÓGICA DEL ALMA 11

 

Chicos, ¿comentarios hay alguno? No tienen obligación, es un, no les exijo nada, les ofrezco una oportunidad, la cogen o no la cogen, pero no tienen obligación, lo digo por aquello que se dice, aprovechemos, y si no, ¡que calle para siempre! Je je je...lo dicen así en los matrimonios, je je je,...si alguien tiene una objeción que la diga, y si no, ¡que calle para siempre!...Vamos a seguir, ya terminamos, eh, con el capítulo tan bonito que se llama Resolución de conflictos vs. Dialéctica, y que ha sido el capítulo del cuento de La Montaña Resbaladiza, ¿no?, que no lo terminamos pero hoy si, ya lo acabamos, falta muy poquito...hay un gran escritor que algunos conocerán pero la mayoría seguro que no, que se llamaba Albert Camús...claro, los viejos seguro que lo conocen, je je je, no, lo digo de broma hombre, hay que sonreir,...¿eh?, no, pero ser mayor no depende de querer, es como el alma, es lo que es, quieras o no quieras, no puedes hacer nada para que sea de otra manera, lo que tú hagas va por otra parte, je je je...Albert Camús fué un, un, creo que, creo que sacó el premio Nobel..no, no, no, Sartre, Sartre sacó el Premio Nobel. No, Camús no, pero bueno, aparte de ser novelista también era filósofo y pensador, propio del existencialismo francés. Uno de sus libros se llama El Mito de Sísifo, uno de sus ensayos. Entre sus novelas la más famosa, posiblemente sean dos, La Peste y El Extranjero. Pero su obra filosófica importante, justamente El Mito de Sísifo. ¿Cuál era el mito de Sísifo? A ver si alguien se lo sabe. Hombre, si, además lo mencionamos al empezar este capítulo...que siempre que llegaba a la cima, por fuerza la piedra caía para abajo y tenía que volver a empezar a subirla, ¡terrible suplicio!...que tiene que ver con el cuento de la montaña resbaladiza. Entonces dice así...

...Cada momento del movimiento...esto ya lo leí, pero lo repito para coger de atrás...representa el concepto íntegro, la dialéctica íntegra, aunque solo de un modo particular y limitado...o sea, cada momento del cuento alude a la totalidad de la dialéctica solo que desde un ángulo particular, o sea, el rey del cuento es, la posición, es toda la dialéctica vista desde la posición, los hermanos que resbalan y que lo intentan, representan la negación, y la negación de la negación, toda la dialéctica pero vista desde este punto de vista. El tonto que consigue llegar representa la posición restablecida. Toda la dialéctica es eso, la princesa es toda la dialéctica vista desde el lugar de la trascendencia. ¿Se entiende esto, no? Cada personaje es la totalidad de la idea desde su puesto particular en ese acontecimiento. Esto es lo que dice él...cada momento del movimiento representa el concepto íntegro, la dialéctica entera aunque solo de un modo particular y limitado desde un ángulo particular...mira, eh, es que este hombre me copia, je je je, ahora va a decir lo que yo acabo de decir,...la princesa representa...je je je...la verdad absoluta como absolutamente fuera de alcance, el esfuerzo positivo como totalmente negado, el éxito absoluto negativo como totalmente irrepresentable en la realidad empírica, y el tonto como visto a través del verdadero rey o el verdadero chamán. Cada momento tiene su negación apropiada dentro de sí, y en este sentido es perfecto en sí mismo...

...precisamente porque Albert Camús no pudo dar el paso más allá del prejuicio personalista y existencialista...¿cuál es el prejuicio personalista?, buf, como niños, eh, ¿cuál es el prejuicio personalista o la falacia psicológica?, ¿cuál es?...la falacia psicológica o el prejuicio personalista es que solo tienen alma los humanos, el alma es algo que se tiene y es una propiedad particular de los seres humanos, bien...precisamente no dio el paso más allá del prejuicio personalista, el prejuicio de que el sujeto subjetivo es el único sujeto real y verdadero, a diferencia del sujeto objetivo que sería el alma en las cosas, el alma en el mundo,...y por ese mismo prejuicio, su gran intuición sobre el mito de Sísifo, terminó siendo un “ensayo sobre lo absurdo”,...que es el subtítulo de la obra,...y se quedó atrapada en una interpretación de la actividad de Sísifo, como una obstinada revuelta contra una existencia sin sentido, a fin de lograr el propósito egóico de auto-realización...esta es la crítica, eh, o sea Albert Camús interpretó el mito de Sísifo como la continua revuelta del ser humano contra una existencia absurda y que gracias a esta protesta, acaso, cada individuo encuentra sentido en su vida, cosa que para Giegerich es una interpretación a fin de satisfacer el objetivo egóico de auto-realización. ¿Se entiende, no? O sea que entiende todo lo que pasa como para dar, para que cada persona pueda dar sentido a su vida, cosa que para Giegerich no tiene nada que ver con la dimensión del alma y sí mucho con los problemas de la gente particular. Antropología, pero no sería Psicología...

...Regresando al sueño con el que comenzamos... ¿cuál era el sueño con el que comenzamos?, je je je, ¡hombre, claro!...porque yo sigo leyendo pero nadie sabe de lo que hablamos...el sueño con el que comenzamos pudo haber sido el sueño de la bella durmiente, ¡o era!,...no, no, no, ese es el cuento, pero no, coméntalo, recuérdalo...si, tenía que subir una montaña, había un camino pavimentado pero ella se veía obligada a tener que intentarlo por un sendero lateral que continuamente resbalaba. Esta era una paciente de Giegerich, además, o sea que sacó un caso de su propia consulta, ¿no? Dice...en el sueño con el que comencé vemos que allí aparece la misma montaña, por así decirlo, como si fueran dos montañas distintas, o que puedan haber dos percepciones fundamentalmente diferentes de la tarea de ascender a la montaña, con su camino bien pavimentado la montaña es vista como una montaña en la realidad empírica común y la mala dialéctica de ascender tal montaña es tal que con seguridad uno puede, así como así, escalarla exitosamente hasta su cumbre, pero vaya, cuando uno llega allí no es adónde uno quería y adónde uno tendría que haber llegado. Uno ha pasado el esfuerzo de escalar pero finalmente la escalada no ha trascendido a la realidad ordinaria común, el reino de la positividad, y llegar al más allá o la tierra del alma o a la princesa...eso es si se coje el sendero...es decir, si se sube como en la vida ordinaria, simplemente subir,...con la percepción de...ay perdón...también podríamos decir que con esta posición la negación misma y en tanto que tal, es negado “a priori”, es lo que a priori se ve excluído, se ve exiliado, previo aún a la tarea, previo aún a la tarea misma de ascender, de modo que el ascenso no puede ser sujetado a una negación de la negación, y permanece inevitablemente contenido en el reino de la positividad...ese es en el caso de tomar el camino pavimentado...pero, con su parte resbaladiza, la montaña es percibida como “la montaña de cristal”, ya no es más como una montaña común de la realidad positiva. La parte resbaladiza, la montaña es percibida como la montaña de cristal, con la cual “el alma”...siempre que dice “el alma” es entre comillas, no está hablando de niguna cosa, eh...el alma se pone a sí misma la tarea de tener que llegar hasta arriba y alcanzar de hecho, a la princesa, o a la trascendencia, o al cielo, o al más allá, o a la dimensión del alma. Sin embargo ante esta tarea hay diferentes posiciones adicionales que también pierden de vista el objetivo. ¿Cuáles serían estas distintas posiciones que pierden de vista el objetivo?,...el objetivo es definir la trascendencia, ¿no?...dos de ellas son posiciones diversas que consisten en refutar, asertar o evitar el desafío completamente, mientras que la tercera posición...que la va a explicar ahora...consiste en aceptar el desafío, pero contra-restándolo. Hay un sentido claro y poderoso de lo negativo pero la negación es vivida literalmente “acted out” , representada, actuada, escenificada. En lugar de ser recordada, interiorizada, “er-inert”.

Son estas las posiciones:

Primero, uno podría decir que es absolutamente imposible alcanzar la trascendencia. De modo que cualquier intento de ascender a la montaña de cristal sería inútil desde el arranque y así, simplemente un malentendido insensato. O que intentar hacerlo podría pensarse como “hibris”, exceso, tratar de romper algo fundamentalmente imposible. El más allá, aquí, es proyectado enfáticamente y literalmente allá afuera y a lo lejos en algún lugar que es imaginado como una positividad, una positividad que quizás sea diferente de las demás positividades en el sentido que se ve definida como inalcanzable aunque esto sea por supuesto auto-contradictorio. Aquí la negación tiene la forma de un “exiliarse”, marginarse de la meta. Esta es la principal actitud de las religiones tradicionales como se las entiende popularmente, y en la experiencia personal se suele manifestar como resignación, como un abandonar metafísicamente o de manera más positiva, en el modo de adoración o de mirar hacia arriba, de soñar con esperanza en el ideal venerable, inalcanzable, la cosa en sí o como quiera que se lo llame...Esa es la primera actitud, de tirar la toalla, de decir que es imposible y que solo se puede creer, adorar más allá, que no vale ni la pena intentarlo.

En segundo lugar, uno puede decir, al estilo del desencanto, que la idea de que haya una princesa en la cumbre de la montaña, es pura tontería, no hay tal cosa como el alma, el paraíso o el cielo. Es una ilusión, una superstición, una mistificación. Solo hay el mundo empírico, fáctico, positivo, con sus intereses pragmáticos y psicológicamente solo existe el ámbito social y sus intereses personalísticos o egóicos. Esta es la actitud del cinismo y del escepticismo. Aquí la negación tiene la forma de una desvalorización o devaluación y un rechazo por completo del objetivo, es decir, negar que haya una meta que valga la pena...Esta es la respuesta también del sentido común y de la mirada científica de la realidad, o sea, que tonterias que tienen con princesas en la punta de una montaña de cristal. Solo hay una realidad y en la realidad no hay princesas, ni montañas de cristal ni pollas en vinagre. No perdamos el tiempo, eh. Dice él...

...Todas estas son formas de perder de vista el objetivo del cuento...dice él...

Y la tercera posición, la tercera forma de defensa consiste en psicologizar todo el tema lo cual equivale a concebirlo como una experiencia emocional o existencial en el propio, o dentro de, el “inconsciente”...es la tercera manera de perder de vista el sentido de esta historia, eh...aqui hay un sentido de lo que implica realmente el desafío, una interiorización de la meta, pero la misma interiorización es positivizada y actuada, literalizada, ejercitada, como un acontecimiento o una conducta literal. Aquí, el corazón mismo del desafío es visto y aceptado empíricamente, pero al actuarlo positivamente se vuelve sin sentido. El enfoque psicologístico es la defensa más sofisticada, porque invierte la interiorización absoluta negativa desde dentro convirtiéndola en su opuesto. La interiorización absoluta negativa se transforma o es cambiada por un “inconsciente” interior “positivizado” dentro de nosotros...¿Eh?, no, es la psicología normal, es lo que la gente llama psicología, pasar de un exterior que se cree que existe de hecho ahí afuera, a un supuesto interior que es un ámbito tan real como el exterior pero invisible. Y se habla de hechos externos y hechos internos, siguen el mundo de los hechos y por lo tanto no se llega a la princesa que tiene las manzanas de oro en lo alto de la montaña porque no se trasciende. Se invierte la positividad exterior en una supuesta, porque es invisible, positividad interior. No hay trascendencia, no hay cambio de plano, no se sale de Mitgard. Al Mitgard de un afuera se le añade un Mitgard de un adentro. Pero no hay Utgard. Y en lugar de mandar naves espaciales afuera se hace una supuesta introversión en la cama mirándose el ombligo que se supone que es un viaje hacia adentro. No hay ninguna transformación del plano lógico. ¿Se entiende? Y se cambian objetos externos por supuestos objetos internos. Es como poner la linterna para allá o ponerla para acá. No hay cambio de plano, se sigue en la misma horizontalidad. ¿Se entiende lo que quiere decir? ¡Es muy importante entender esto eh!

Esta es la crítica que está haciendo a toda la psicología, a todo lo que pasa por psicología hoy, eh. Según él. Y que no tiene nada que ver con el “logos del alma”, ¡no tiene nada que ver ni con “logos” siquiera! Busca hechos, experimentos, experiencias externas o experiencias internas, datos. No lógica, no procesos, no formas de comprensión. Datos. Un objeto exterior, una emoción interior, se acabó el discurso. ¿Se entiende lo que está diciendo?

Aquí dice, la interiorización absoluto negativa, que quiere decir el salto a la trascendencia, el salir de las montañas empíricas, el evitar todo ascenso literal para comprender que el único ascenso hacia lo absoluto, un ascenso lógico, y es un cambio en el plano de la lógica, no le encuentro en otro tipo de objetos. Dice...

...Aquí, esta interiorización se transforma en un “inconsciente” o un interior positivizado dentro nuestro, y el carácter de movimiento de la dialéctica se transforma en pura emoción o contenido estático, como alimento para estimular las propias emociones, y el carácter lógico e intencional de la vida del alma, se ve en este caso reducido al comportamiento del puro imaginar, sentir o experimentar. Si, sin embargo uno acepta realmente el desafío que el alma plantea con la montaña resbaladiza, sin evitar el desafío actuando la negación, ni positivizando el desafío en un trabajo de vida común de ascender a las montañas, ni tampoco literalizando la interioridad, entonces, si uno acepta este desafío, este desafío interiorizara, no a uno, sino al movimiento mismo de ascenso de una manera cada vez más y más profunda dentro de sí mismo, y automáticamente abrirá la dimensión de la trascendencia, o la tierra del alma, o el paraíso del alma. ¿De qué otro modo sino puede alcanzarse la trascendencia?

Ya sabemos que la trascendencia o “el alma” no es nada que exista positivamente, no hay tal cosa como “el alma”, no hay tal cosa como una trascendencia. No existe allá afuera, de alguna manera como un lugar, como una región, como un reino, como una fuerza, es decir, no existe como ninguna realidad literal. Esencialmente es realizativa, es decir, necesita ser producida, pero por supuesto, no producida como una realidad positiva, es solo y en tanto que absoluta negatividad, como resultado de una negación más la negación consiguiente de esa negación. Es decir, existe solo en cuanto haya un compromiso apasionado. ¿Cuándo existe ese compromiso? En el punto en que existe ese compromiso, y en tanto existe ese compromiso de, ni actuarlo simplemente, ni negarlo simplemente, sino de interiorizarlo en sí mismo de una manera dialéctica absoluta negativamente...Y ahí paramos.

Es difícil lo que estamos hablando y evidentemente sin el recorrido de las viejas estrellas, es imposible captar. Insisto que esto es una escalera rigurosa, no es que lo digo de broma, pero quien haya hecho el camino seguro que está comprendiendo de lo que habla Giegerich, aunque no lo sepan contar. ¿Hay alguien que comprenda de lo que habla Giegerich? Je je je...porque puede que les asuste la palabra pero es muy simple lo que está diciendo eh, lo que pasa que es difícil decir las cosas simples. Por lo tanto la psicología tal como aparece aquí deja de ser el estudio de un supuesto objeto que uno se encuentra afuera, o uno se encuentra en un imaginario adentro. La pregunta que uno se tiene que hacer siempre es ¿qué es adentro cuando te dicen mirar adentro? Porque la gente lo dice pero nadie quiere pensar en lo que dice, ¡ay, yo sé lo que dices!, ¡a ver dilo!, porque lo que imaginabas que sabías, ¡no lo sabías! Adentro. ¿Es adentro físico?, ¿Cogiendo un bisturí y abriendo tu cuerpo y viendo el adentro literal del cuerpo, es ahí adonde vas cuando dices que miras dentro? Pregunta: no. ¿Entonces qué hay dentro de eso?... Bueno, pero es que hay que empezar a definir las cosas y no quedarnos con esas vagas sensaciones. ¿En qué consiste, en qué consiste un objeto interno a diferencia de un objeto externo? Cuando uno dice, miro adentro, ¿qué quiere decir mirar adentro?, ¿adónde miras?, cuando dice, mirar dentro, ¿mirar tiene el mismo significado que cuando dices, veo una puerta? Y por lo tanto cuando dices, mirar dentro, estás hablando metafóricamente, no literalmente, por lo tanto ese dentro no ha de ser un espacio. ¿Qué es ese dentro?...Hombre, ahora no me hagan trucos, repetir algo sin haberlo conquistado es hacer trampa, je je je,...no me hagan trucos, porque el truco se lo hacen Uds eh, no a mí...no cuela eso,...yo no quiero que me contesten, se equivocan si piensan que yo al hacer esta pregunta espero una respuesta. Yo no espero absolutamente nada de Uds. Son Uds los que debieran hacerse la pregunta, y si hago la pregunta es para que se la pregunten, no para que lancen respuestas a ver si alguna respuesta cuela, que es muy infantil. No soy yo quién hace la pregunta, no, les propongo que se hagan la pregunta. No, que lancen una respuesta, no, que escupan algo para olvidarse de la pregunta, sino que se dén cuenta de lo que significa la pregunta. Preguntarse de verdad, lo cual quiere decir dudar, decir ¿de qué diablos estoy hablando y doy por supuesto cuando digo estas cosas?, porque si bien puedo creer que digo cosas, lo más probable es que no diga nada, y crea hablar de cosas cuando estoy hablando de puras fantasías. En cierto sentido, supersticiones, en cierto sentido, nada en absoluto. Y si no es nada en absoluto, entonces...esto es una pregunta, no quiero respuesta...¿de qué hablan cuando dicen, miro dentro?, ¿de qué hablan cuando dicen, hay una interioridad? ¿Es la interioridad un espacio de algún tipo comparable a la exterioridad? ¿Está al lado de la exterioridad? ¿Es esa interioridad algo que está rodeado por una exterioridad? ¿Está contenida dentro de algo? Y si está dentro de algo que no está dentro, ¿hasta qué punto su interior es la exterioridad? Este cuarto está dentro de estas paredes, pero este cuarto es físico, por eso está dentro de unas paredes físicas. ¿Puede un interior estar contenido en un exterior?, y si está contenido en un exterior, ¿no es tan exterior como ese exterior? ¿Entienden la pregunta? ¡Hágansela! Muevan esto, duden, duden de su supuesta y de la supuesta sabiduría. Porque puede ser ideología, porque puede ser pura ilusión, porque puede ser ignorancia. En todo caso no es el Logos de la Psique. O es creencia, o es superstición, o es impresión, o es sentimiento, pero no se puede explicitar. Hasta que no se explicita, no se sabe lo qué es. ¿Se entiende esto?

Todo el trabajo de Giegerich consiste en mostrar esto, no como ego, no simplemente tú como persona pregúntate, no es algo tuyo, no es algo en tanto que Juan o Pedro, no, pregúntatelo como el deseo de conocer, más allá de que seas tú el que conoce, el deseo de saber ¡la verdad! La verdad de las cosas, no tu verdad, no tu deseo de ser mejor ser humano, olvídate de ese deseo de ser mejor ser humano. Y pregúntate por una verdad que no te necesita como bueno o como malo, como un ser humano, solo necesita que seas inteligente, necesita tu inteligencia, no tu bondad, no tus buenos sentimientos, no tu anhelo de perfección. Porque todo eso cierra la puerta a que puedas atender un tema que no sea ventajoso para tí. Y aquí estamos preguntándonos por un tema, no para sacar ventaja, no para ser más sabios, no para ser más buenos, no para tener mejores relaciones con nuestras parejas, no para vivir más años, no para ser más iluminados, no para desplazarnos por la existencia sintiéndonos superiores supuestamente a no sé qué. Porque todo eso es preocupación por el ego, todo eso es ego. ¡No está mal! Pero cierra las puertas a toda verdad que vaya más allá de tí, cierra las puertas a todo interés objetivo. Te deja viviendo en un nivel muy legítimo de pura subjetividad. Eso, no se discute, no se va a clases para eso, eso vívelo como quieras, como puedas, como te gusta, hazte de una religión. Pero eso no es psicología. Eso no es el Logos de la Psique. ¿Se entiende ello? Bueno, uno puede decir, es legítimo, yo no estoy para eso, yo estoy para encontrarme algo que me haga sentirme mejor, y me parece legítimo, y tienes el mismo derecho de apuntarte a un movimiento religioso, comprarte un vestido muy caro o pegarte un chute de caballo, ¡lo que puedas! Si lo que buscas es sentirte mejor hay miles de ofertas para sentirte mejor. Eso es una cuestión de preferencia personal.

Pero el conocimiento del alma no tiene nada que ver con sentirse mejor.

Es igual que las matemáticas, en otro contexto, no vas a ser mejor matemático porque te sientas mejor, ni tampoco te va a hacer mejor matemático tener buenas relaciones de pareja, puedes tenerlas o no tenerlas, pero para las matemáticas no existe eso. Si es eso lo que te importa, no te importan las matemáticas, dedícate a otra cosa. Y Giegerich todo el tiempo está diciendo esto...existe el reino del alma pero si existe no hay acceso desde el interés personal, porque entonces lo que uno solo ve es el sujeto subjetivo. ¿Se entiende? Es como querer oir la radio sin radio, claro que se puede oir la radio pero necesitas el aparato, sin el aparato no. Bueno, se puede entrar en la psicología, si, pero con una disponibilidad, la preocupación por tí ya cierra las puertas a todo lo que no seas tú. No es que esté mal, cuidado, no hay moral, el que no te importen las matemáticas no te hace malo, y tienes todo el derecho del mundo, pero eso no quita que la matemática exista, que esté ahí y esté al alcance de quien interese, no tiene porque interesarte. ¿Se entiende esto que digo?

Bueno. El reino del alma no tiene porque interesarte. Pero si te interesa olvídate de tí, mientras dure tu interés olvídate de tus ventajas porque sino no podrás oir nada que no se conecte directamente con tu ego. ¿Se entiende esto? Pero lo mismo vale para cualquier cosa, yo, no se puede hablar de cine con gente que lo único que quiere es demostrar lo importante que es, porque a esta gente no le importa el cine, solo le importamos porque es importante. Por lo tanto nada les interesa, todo se transforma en un ornato, pues no te interesa. Si tú vas más al cine, esa gente no tiene interés. No es ni buena ni mala. Simplemente no existe, en ese plano no existe, son ausentes. No se me ocurre hablar de cine con las paredes, como decían, no existen para el cine. Una persona que no tiene interés para ver lo que hay ahí, no puede hablar de eso, simplemente es que no está para eso. Punto. ¿Se entiende, no?

Volvemos al mismo tema de siempre, bueno, ese tema será constante...el país del alma, la trascendencia como dice Giegerich, no es algo que tenga que ver con el ego, tiene que ver con la verdad. ¿Te importa la verdad de las cosas? Tienes todo el derecho del mundo de que no te importe, de hecho es lo más común, de hecho lo más usual, la lógica de nuestro tiempo es que las personas no se interesen por la verdad de nada, que solo quieran pasárselo bien. Por lo tanto, es la regla de nuestro tiempo. Ahora bien, si lo que quieres es pasártelo bien, ¡dilo!, y ¡házlo!, y ¡vívelo! Ya está, no pasa nada de malo. Pero ten conciencia que eso te impide el acceso a todo lo que no seas tu. Que no es malo. No ser un gran cocinero no es malo. Uno tiene que reconocer los límites, no tengo interés, no estoy para eso, no estoy ni mejor ni peor pero no me meto en ese rollo, ahora, si voy a hablar de cocina mejor que me entere de lo que hablo, ¿verdad?, sino no voy a hablar de cocina, voy a presumir ante los tontos para sentirme importante, a enseñar algo que no me interesa, la cocina. Un cocinero reconoce a otro que es cocinero, ¿verdad?, lo reconoce, ¿porqué?, porque se olvidan de sus parejas, de sus hijos, de la pasta, en el momento en que hablan, hablan de cocina, y en ese momento no hablan como Juan Pérez ni Pepito García, de lo que hablan es como cocineros. Bien.

La psicología se habla, para empezar, como psicólogo. Y el que está como psicólogo, en ese momento está muerto como la persona concreta que es y está vivo como psicólogo. No piensa en lo que va a ganr, en lo que va a perder, en que si le pica el codo, si no le pica el codo, en que su mujer le mete los cuernos o no le mete. En ese momento, eso no existe, y si eso existe en ese momento el psicólogo está muerto, no hay psicólogo. ¿Se entiende lo que digo? Está claro que cuando digo, está muerto, no es que se esté organizando un funeral en ninguna parte, no. Precisamente esa muerte es simultáneamente el acceso a la princesa que tiene las manzanas de oro. ¿Pero esa muerte qué quiere decir?, haber descubierto que hay un interés, que no es un interés pragmático, que no es un interés literal...interés, no interés de ventaja, eh, sino que hay, lo interesante no necesariamente es lo que me sirve para vivir más, para ser importante, para ser yo. Puede haber lo interesante de que requiera que yo esté muerto para que se manifieste. ¿Esto se entiende o no? ¿Si? ¿De verdad? Pues lo puedo explicar, merece la pena ser explicado. Ya, ya se que lo he dicho mil veces, pero de nada sirve que lo haya dicho mil veces si no entra. ¿Pero entra o no entra?

Ese reino donde uno está muerto como uno concreto, es lo que Giegerich llama, para que no se asusten con la palabra...porque me parece que cada vez que suena la palabra, aaaaay...absoluta negatividad...estar vivo es estar viviendo la positividad, al dinero, a mi novia, a mis hijos, a mi prestigio, a cosas que los demás puedan ver, a experiencias internas o a circunstancias externas. Este es el reino de la vida “común”, si, este es el reino de la positividad, hechos, sublimes o no, hechos. Mientras se viva en el mundo de los hechos no se ha accedido al reino del alma, porque el reino del alma...estoy hablando de Giegerich, eh...no es ninguna, no es ninguna positividad, es negatividad. No es una negatividad relativa a lo positivo, sino una “absoluta negatividad”, es una negatividad que no tiene otro, no es el otro lado de lo positivo...el otro lado de lo positivo sigue estando vinculado a lo positivo...sino que está totalmente fuera, sin relación alguna, absolutamente suelto, absuelto de cualquier positividad. Eso quiere, eso es la palabra que tanto pánico da, ¡absoluta negatividad! No es nada del otro mundo una vez que, una vez que tienes la idea. Ahora, si no tienes ni idea, yo, es que lo noto, yo, es que veo, absoluta negatividad...¡aaaaay Dios mio!...parece que dijéramos la ecuación del diferencial llevado a la extrema potencia sobre el coeficiente analógico, o algo así,....aaaaaah...no, es simplemente, muere a la dimensión común de una existencia interesada, preocupada, centrada en ti. Muere por un momento a eso, sal, permite descienda o que se entre en la dimensión de Utgard, nada más que eso.

No es negar Mitgard. Es salir de Mitgard. Claro, hay, hay por supuesto quien no podrá salir nunca de Mitgard, es una mala suerte. No pasa nada, hay quien nunca será un gran bailarín, ¿y qué?, pues no serás bailarín y te dedicas a otra cosa, no pasa nada. Que quede bien claro, no pasa nada. Pero la condición para estar ahí es que ames la verdad por encima de todo lo demás, por lo menos en el tiempo en que pones atención al tema. Porque si la atención no se basa en el amor a la verdad, sino en el deseo de sacar una ventaja, no hay disponibilidad. Si, eso es de lo que está hablando Giegerich todo el tiempo, la trascendencia no puede ser nunca una trascendencia en positivo, porque si es un hecho positivo no trasciendes. ¿Se entiende esto?

Por lejos que llegues en el mundo físico sigues dentro del mundo físico. Y por alto que subas en el mundo físico es una altura que está dentro del mundo físico. Por lo tanto ir más allá, no puede ser más allá físicamente, ni siquiera puede ser más allá psíquicamente, en la medida que lo psíquico son hechos. El más allá por lo tanto no es un más allá de hechos, no es un más allá positivo. ¿Se entiende lo que quiero decir? Ni siquiera es un más allá que niegue los hechos, porque si niega los hechos sigue vinculado a los hechos. Es un más allá absolutamente negativo. O negativo absoluto, a diferencia de “negativo relativo”. ¿Si?

En esto consiste esencialmente lo que dice el cuento. A la absoluta negatividad o al país del alma se accede vía la dialéctica. ¿Y qué es la dialéctica? No un pensamiento que se escapa de las situaciones sino un pensamiento que las afronta hasta el extremo de des-literalizarlas, de ver su negación y la negación de esta negación, de tal manera que ese pensamiento se sale, se desprende o consigue desprender mejor dicho, de los hechos su positividad y hace aparente la lógica, la manera de estar presentado o la manera de estar vinculado el espíritu, químicamente hablando, atrapado en los hechos. El espíritu atrapado en los hechos no es un hecho. Es tan simple como esto, ¿no? Pero hay gente que dice, yo quiero ver el espíritu, como si fuera un hecho al lado de los hechos. Hay gente que cree que el alma es una especie de substancia invisible que se fotografía con una foto “Kirlian”, y por lo tanto es invisible a los ojos físicos pero es captable porque es una radiación, ¡esa alma es como un riñón, es una positividad! Por lo tanto sigue siendo su supuesta alma un ente entre los entes, no tiene vida lógica, no hay esto de lo que habla Giegerich, no es ese el reino de la princesa. ¿Se entiende lo que dice Giegerich?

Agregar a los hechos visibles, hechos invisibles, es seguir atrapado en el mundo de los hechos. El reino del alma no tiene nada que ver...sí tiene que ver...tiene que ver con los hechos pero no es, bajo ningún punto posible de vista, un hecho. ¿Entonces qué es? Lo dije en la última clase, es la red a través de la cual aparecen encajados y ordenados, todos los hechos. Es la red de entendimiento de los hechos. Casi que podríamos llegar a decir, pero esto es muy crudo de entrar, no hay hechos más que para una mirada. Por lo tanto el alma no son los hechos, sino la mirada ante la cual aparecen los hechos. Pero claro, la mirada no es un hecho junto a los hechos, la mirada está en otro plano, cuando yo miro la taza, mi mirar la taza no es una taza al lado de la taza. ¿Qué es el mirar la taza?, el mirar la taza es una actividad, el mirar la taza no existe sino que se hace, pero no se hace como se fabrica una taza, hacer una taza es fabricar un objeto más. Mirar...estoy hablando un poco alegóricamente pero bueno...mirar una taza no es fabricar un objeto más al lado, es colocarse, y en la colocación aparece una contemplación.

Es lo mismo que está diciendo Giegerich, el alma no existe, no es una cosa, pero aparece en un hacer. El alma es esencialmente “realizativa”. No existe ya, no es como un cuarto al que llego porque ya existía antes de que yo llegara sino que es algo que aparece en el “hacerse” ¿Se comprende esto? Y en ese hacerse no se trata de lo que “yo haga” sino de lo que “se hace en mí” Por lo tanto yo no puedo hacer el alma, el alma se hace, aparece, en un comprender, en un captar, en un aprehender, donde “yo” es lo que no importa. Vuelvo a leer...

...no hay tal cosa como el alma...esto hay que repetírselo una y otra vez, porque en cuando bajamos la guardia, ¡ya está!, el alma es una cosa, el alma me habla, está debajo de la almohada, me cuenta cosas, tiene forma de hada, es un angelito...eh, lo que yo llamo cristianismo mal digerido, ¿no?, concepción religiosa del alma, el alma es algo en lo que yo creo, el alma es algo que me protege, el alma es como Campanilla de Peter Pan,...bueno, les regreso al alma,...en ese caso todavía por muy “espiritual” que uno se crea, uno sigue anclado en un mundo de cosas, en cambio...según Giegerich...el alma no es una cosa...Por eso hablar del alma es peligroso si se entiende que eso es un sujeto, como la casa, el libro, la mesa, el coche, ¡hay algo allí!, el peligro de usar la expresión “el alma”, hay algo así como en el coche, y en el libro, y en un objeto, en el alma hay algo.

¡El alma es una metáfora!, es un forma de hablar como por ejemplo cuando decimos, ¡la dinámica de la bolsa!, ¿qué es la dinámica de la bolsa?, ¿es un coche?, ¿es un coche?, no. ¿Qué es la dinámica de la bolsa? Es una manera de nombrar un movimiento, un proceso, no se ve, no se toca, no ama, no duerme contigo, no está quieto, pero rige al mundo...¡Vaya!, rige más de lo que tú te imaginas...y sin embargo no es un, un objeto entre los objetos, no, es un proceso dentro del cual cada objeto aparece y desaparece y adquiere no el valor que tú le das, sino el valor que tiene en el proceso histórico en el que nos encontramos. ¿Se entiende esto? No digo que eso sea el alma, pero digo que cuando hablamos del alma hablamos de algo análogo a esto.

El alma,...dice Giegerich,...no es una cosa, no hay tal cosa como el alma. Y esta es la pregunta del millón, ¿y entonces de qué hablan?, porque si la mayoría dice, ¡hablo con mi alma!, uno se imagina que habla con una cosa como un riñón , como un corazón invisible, ¡que sería también una cosa!, un corazón pero invisible, un corazón en el abstracto, ¡es una cosa!, ¡por Dios! Y cuando hablas de los átomos y de las moléculas, hablas de cosas invisibles a nuestros ojos pero cosas. Cuando hablas de virus hablas de cosas, y cuando hablas de radiaciones hablas de cosas. Pero cuando hablamos del alma y no es una cosa, no es un virus, no es una radiación, no es una molécula y mucho menos no es un objeto tangible, y mucho menos es un objeto en un supuesto ámbito astral, donde sería físico por lo tanto, físico invisible pero físico. ¿Qué diferencia hay entre un físico y uno que estudia el ámbito astral?, ninguna, son métodos distintos pero ambos exploran ámbitos extensos, reinos de hechos, ¡no se diferencian! Siguen atrapados en la positividad, ninguno de ellos puede ascender a la montaña resbaladiza, porque las únicas montañas que conocen son las literales. O literal en un espacio físico o literal en un supuesto espacio etérico o astral, un ámbito no visible por nuestros ojos, pero captable por fotos kirlianas o no sé qué.
Bueno pues no está ahí el alma, no está no quiere decir que no haya la dimensión del alma, pero no, ahí no. Dice...

...el alma no es una cosa, no existe tal cosa como el alma o la trascendencia...con esto está mostrando claramente que él asocia, no identifica, lo que llama la dimensión del alma con la trascendencia, ¿pero qué es la trascendencia?, te imaginas una trascendencia literal, como que más allá del reino físico, se produce un abismo y está Dios, y Dios es el rey, ¡no!, eso todavía seguiría siendo una positividad. ¿Se entiende esto? No es un lugar ni físico ni extrafísico. Entonces dice él, sigo a ver si se entiende...no está ahí fuera en algún lugar, como un sitio, como una región o como un reino, ni como una fuerza. En síntesis, no existe como realidad literal...realidad literal y positividad es lo mismo, es lo mismo, hecho positivo que se puede experimentar de alguna manera. El alma no se puede experimentar, no hay experiencia alguna, no hay experiencia del alma. Entonces dice, sigo...

...el alma es esencialmente realizativa...es una traducción de una palabra que no existe, se está inventando una palabra, eh, realizativa, es como decir, la danza no existe hasta que no se baila, en ese momento hay danza, pero si nadie baila no hay danza, la danza empieza a existir cuando se está haciendo. ¿Lo entienden esto? No es que la danza sea una estupidez y un invento y que no tiene sentido hacer una teoría de la danza, ¡claro que tiene sentido! Pero la danza empieza a existir en cuanto se la danza. En tanto no se danza, no hay danza. ¿Se entiende esto? Si. Bueno, entonces la danza sería un tipo de realidad no común, un pocillo de café. No como una mesa, no como un átomo, el átomo está ahí lo hagamos o no lo hagamos. No es como la Luna, la luna es el satélite de la Tierra lo miremos o no lo miremos. Pero la danza no existe si no se está haciendo. No es una tontería, no es un invento, no es una ilusión, no es una superchería, no es una imaginación subjetiva, ¡es una realidad la danza!, si, pero solo se hace real, solo existe en tanto que está siendo realizada. ¿Comprenden esto?

Bien. El alma, dice él, es “realizativa”: necesita ser producida. Pero por supuesto, no producida como una realidad positiva, no como una fábrica-de-tacitas-de-café produce tacitas de café. Cuando dice que el alma ha de ser producida, por lo tanto no quiere decir producida como se fabrica un objeto. Cuando digo que la danza tiene que ser danzada y por lo tanto producida por los danzantes, tampoco digo que tiene que ser producida como se produce un tapiz, que una vez que se acabó, queda el tapiz, ¡no! El producir quiere decir que vive, existe en tanto que se está haciendo y no existe más allá de la acción. No es como hacer un tapiz, que una vez que se produjo el tapiz se acabó la acción pero el tapiz quedó. Ni como fabricar la tacita, que cuando la máquina paró, quedó un objeto. Es como llegar a la princesa de la montaña, que no está fuera del movimiento, lo vimos la semana pasada, no es algo que una vez logrado el movimiento se detenga, porque la princesa está en el movimiento mismo. ¿Recuerdan esto? Entonces dice...

...necesita ser producida pero por supuesto no producida como realidad positiva, existe solo...o mejor dicho...es , existe...para decirlo mejor en castellano...solo en y en tanto que absoluta negatividad...ahora tiene que quedar claro, ahora no se va a hacer una ecuación matemática complicada, eh...existe como el resultado de una negación, si fuera simplemente una negación sería una negación relativa a lo que se está negando, no sería absoluta negatividad. Si digo “no llueve” es la negación de un hecho positivo, el hecho positivo es que llueve, negar este hecho no es una negación absoluta, es negar un hecho, es negación de otra cosa, no es absoluta negatividad, por eso dice él...es absoluta negatividad...el resultado de una negación más (plus), más la consiguiente negación de esa negación...es decir existe solo cuando y hasta el punto en que, y tanto en cuanto que hay un compromiso apasionado que no lleva ni a actuarla simplemente ni a negarla simplemente, sino a interiorizarla dentro de sí misma de una manera dialéctica, es decir, absoluto negativamente...

Bueno, dicho esto, uf, hay que pensárselo eh...no hombre, tu no, los que vienen hoy por primera vez, no tienen chance, pero es comprensible que no tengan entrance, no tienen posibilidad, pero los demás sí que tienen posibilidad. Pero también hay que, hay que rumiárselo, eh, lo que está diciendo, porque realmente si pones la atención lo verás. No hay que ser un genio, no hay que serlo, pero hay que estar limpio, hay que estar concentrado, hay que estar sin moscas en la cabeza, hay que, tiene que haber una disponibilidad, tiene que haber una hora al dia, mínimamente, en que puedas dejar atrás todas las angustias, todos los dolores, todas las deudas, todo el futuro, ¡una horita al dia por favor!...je je je...no, es que hay gente que ni una hora al día, ni una. Es decir, voluntariamente si, pero más allá de la voluntad, la ansiedad, la angustia, el vacío, el tormento, lo que yo llamo, la necesidad de la terapia. ¡A él y al alma!...je je je...si, si, si, no se puede parar, ahí pasa algo, ¿no?...hay una dimensión esencialmente humana a la que no se accede, hay un tapón...hay algo que impide parar, no se puede, tal vez sea que no toca, pero no se puede salir de, me pica, me duele, me preocupa, me gusta, me, me, me,...y no se puede, no se puede, y el combatir eso, es seguir ahi, en el “no debo de”, no debo y ya está...todo intento ya es la caída en aquello que se quiere evitar. Si el mismo, es como cuando quieres dormir a voluntad, contra más voluntad pones menos posibilidad hay de dormir, porque lo que requiere dormir es que se...repite la voluntad, y el estar intentando dormir imposibilita dormir, porque lo que se requeriría es no intentar nada, dejarlo ser. El intento de ser espontáneo destruye toda posibilidad de espontaneidad, ¿verdad? Bueno, es lo mismo.

...Diferentes...ahora viene una de las ideas clave, tal como ven nada de ello es de sentido común, eh,...Diferentes momentos de la verdad,...otra idea que proviene de Hegel también, y es que, la verdad tiene momentos, no hay una verdad a-histórica que vale siempre en todo momento y en cada circunstancia, sino que la verdad se va haciendo de la misma manera que el alma se va haciendo, por lo tanto se podría hablar de...Diversos momentos de la verdad,...unos pocos ejemplos...hubo un gran filósofo...como ven, el intento de hacer una psicología rigurosa, obliga a preguntarse cosas básicas, casi casi meterse en la, en la filosofía, no por un interés filosófico, porque la psicología es como dice él, filosofía superada, filosofía no como fin sino como medio para hacer una trasmutación a otro plano, ya no es filosofía para hacer filosofía y quedarte como un filósofo, sino parte del proceso que permite desprender el espíritu de la materia. Si, la filosofía, el filosofar es una operación alquímica aquí, no es un objetivo, no es la meta, pero es inevitable. Porque el proceso de des-literalizar, fundamental para el alma, implica poner en cuestión las supuestas verdades cristalizadas como hechos indudables, que forman la trama de evidencias cotidianas o de realidad del sentido común. ¡Poder dudar de todo esto! Claro, no es necesario dudar de todo esto para pagarle al carnicero la cuenta que le debo, ni es necesario dudar de todo esto para controlar mis ingresos, ni es necesario dudar de todo esto para peinarme, ni para afeitarme ni para tener una relación, ni para...¡no es necesario pragmáticamente! ¡Pero es necesario psicológicamente!

Porque en la medida en que se dé por supuesto que uno ya sabe lo que es la realidad, lo que es la verdad, lo que existe y lo que no existe, lo que cuenta y lo que no cuenta, uno está tratando literalidades donde el espíritu no existe más que “pegoteado” en hechos sólidos incuestionables. No hay alquímia posible. La alquímia consiste en liberar de estos hechos aparentemente sólidos, el espíritu que está tan “enganchado” que no se vé, y que pueda volar. ¿Entienden esto?

Eso requiere por tanto un proceso de negación. Aquí tenemos, sin negación no hay psicología. Sin negación tampoco hay filosofía, eh. La filosofía no se puede hacer cuando uno se cree, como la mayoría de gente, que ya sabe todo, porque si ya sabe todo no se pregunta nada, y el que no se pregunta, no duda, no cuestiona, y no descubre. ¿Se entiende esto? Pero esto ya lo dijo Aristóteles : La filosofía surge del asombro. ¿Pero asombro de qué? De lo que nadie se asombra, y como nadie se asombra no hay filosofía. La filosofía es cuando uno se queda asombrado de que las cosas sean así como se dice que son, y se pregunta: ¿Cómo es que son así?

Y por lo tanto niega provisionalmente lo que está afirmado. Eso origina la re-flexión, fíjense la palabra, re, refleja, no toma la cosa directamente sino, desprende y la re-fleja, la re-flexiona y ahí comienza el proceso dialéctico. ¿Entienden lo que quiero decir?

Por lo tanto todos los grandes psicólogos han hecho filosofía. Cuando uno lee la obra de un, de un Freud, como lo hicimos el curso pasado, hombre, Freud reinterpretó la cultura de su tiempo, hizo un análisis de la historia, creó incluso una idea de cómo surgió la cultura en Occidente para entender la psique en su momento y habló de Totem y Tabú y la represión y mecanismos, pero bueno, que no lo vamos a ver, ¿no?, de la importancia de los mitos. Todo esto, un paleta jamás lo haría, y por supuesto un empírico que busca, busca datos con, con instrumentos, jamás podría tener una teoría de la cultura. Un cazador de hechos que con la lupa va buscando piojos para ver cómo son, no puede tener una interpretación de la cultura, ha de tener una mirada global. Los grandes psicólogos para acercarse al tema del alma lo entendieran como lo entendieran, se han apoyado en grandes concepciones filosóficas. Hablamos de Freud, pero hablamos de Adler o hablamos de Jung, Jung, ni qué decir, hace una revisión de toda la historia, de toda la cultura, de todos los mitos, de las tradiciones de las distintas sociedades, de la evolución del Cristianismo. Todo esto es lo que hace accesible las....Pero la gente se cree que, así como puedo aprender a cocinar sin tener que entrar a cuestionar toda una cultura culinaria, puedo aprender psicología como un cursillo, una habilidad más que desarrollo, no. Tiene que haber un proceso de negación, de ahí la importancia de la negación, de negación de la afirmado. En ese proceso de negación empieza a separarse lo que parecía tan obvio. ¿Vamos bien? Giegerich lo va a hacer, Giegerich es un gran filósofo, en ese sentido toca la filosofía muy seriamente.

Pero vamos a recordar un filósofo impepinable para toda la modernidad que lo vimos en las Reflexiones sobre el Alma, que se llamó Kant, y fue, que hay un antes de Kant y hay un después de Kant, como se puede decir que hay un antes de Cristo y un después de Cristo, es lo mismo. Lo que pasa es que a Cristo lo conocemos todos y a Kant solo los que se han preocupado en relativizar lo que se dá por supuesto como realidad. Pero hay un antes de Kant y un después de Kant, que marca un cambio en la cultura, en la conciencia colectiva, en la manera de vivirse y vivir el mundo de Occidente y por lo tanto el mundo entero porque hoy el mundo entero es Occidente, eh, el mundo entero. Un antes y un después. Kant es el que puso condiciones a la posibilidad de conocimiento, la pretensión de abordarlo todo es una pretensión ingenua que no es más que un prejuicio, porque lo que se puede conocer, se puede conocer porque cumple tales condiciones. Todo conocimiento es relativo. Yo esto no lo voy a explicar pero bueno, está detrás de todo esto. Pero sí que voy a explicar algo muy simple. Kant analizó las afirmaciones, porque todo conocimiento está guardado en el lenguaje, por eso yo insisto, lo que no se dice no se sabe, y el decir, yo lo sé pero no lo puedo decir, en realidad quiere decir, tú te imaginas que sabes pero no sabes. Si supieras lo dirías. Ese saber que no se dice solo es imaginación de saber, es creer que uno sabe y querer decir lo que uno no dice. Pero lo que uno sabe no es lo que uno quiere decir, sino lo que uno dice...¡No!, pero yo quería decir, ¡dilo!... ah, no, porque decirlo es entrar en el esfuerzo del concepto, y es empezar a hacer conciencia, ¡es la alquímia!, liberar el espíritu,...entonces uno dice, pero no, ¡yo ya lo sé!, pero no lo puedo decir, ¡yo sé lo que quiero decir, ¡no!, pero lo que quieres decir es lo que te imaginas, ¡pero lo que sabes es lo que dices! ¿Qué dices?

Bueno, no hay verdad sin lenguaje. No la hay. Ni siquiera hay mundo sin lenguaje. Se puede decir que los animales no tienen mundo o muy poquito mundo. Los vegetales no tienen mundo, los minerales no tienen mundo, ni el más mínimo mundo. En la medida que tengan lenguaje, es el lenguaje que ordena, una ordenación que hace aparecer un mundo. Cuando uno está totalmente inconsciente no hay mundo, ¿no los han operado, no los han dormido alguna vez? ¿recuerdan el volver? Más o menos, porque no...¡en ese volver no hay nada! No hay dentro, no hay fuera, simplemente hay un torpor, un torpor que muy lentamente empieza a abrirse, y según lo que te hayan operado solo existe donde está el dolor, ¡y nada más! Ni otros, ni mundo, ni ideales, ni libertad, ni no libertad, ni yo, ni tú, ni sabes, ¡ni nada! La oscuridad más total y el dolor. Puede que con el tiempo empiece a crearse mundo, porque va apareciendo conciencia, ¡que es lenguaje! Mundo y lenguaje son la misma cosa. Por ahí el intento de conocer la verdad es también analizar el lenguaje, no necesariamente el lenguaje verbal, verbal explícito, el lenguaje oral, porque hay lenguaje que no se enuncia con palabras externas pero se enuncia interiormente.

Pensar es hablar sin necesidad de enunciar. Escribir también es hablar sin pronunciar sonidos pero se está articulando. Pensar es articular. Por eso podemos hablar de gente que no es articulada. Bueno, los animales son muy poco articulados, y las piedras no son articuladas en absoluto, por eso no tienen mundo. Porque no hay articulación. ¿Entienden lo que digo? Me acerco sin darme cuenta y digo, el alma, es la articulación. Y la posibilidad de articulación. Y la articulación no existe, sino que se hace. No es que ya existe la articulación y yo entro en la articulación, la articulación aparece en el momento en que se ejecuta. Bueno.

Kant analiza el lenguaje y descubre...lo voy a sintetizar, tiene tela eso...que el lenguaje...el lenguaje está formado por afirmaciones y por negaciones evidentemente, cosas tales como “¡Oh!” no dicen nada y se llaman exclamaciones, esos no son enunciados, son expresiones, “¡Oh!”, “¡Ay!”, no cuentan nada de nada, por lo tanto, son interjecciones, las interjecciones no son enunciados, no tienen valor ni de verdad ni de falsedad, dice “¡Ay!”, eso no es ni verdadero ni falso. Porque no informa, no expresa nada, no muestra nada, no articula nada. ¿Entienden esto?

Si yo digo “¡levántate!”, tampoco es ni verdadero ni falso, es una orden, no pretende describir nada, no pretende manifestar un estado de cosas, pretende provocar un movimiento y por lo tanto no hay ni verdadero ni falso. ¿Se entiende?
Una pregunta tampoco.

Las verdades solo pueden estar en las afirmaciones o las negaciones. ¿Entienden esto? Las afirmaciones y las negaciones tienen sujetos y predicados. O sea, se dice, afirmativa o negativamente, algo, de alguien o de algo. El, aquél del que se habla, es el sujeto, eso hay que aclararlo, yo no me fio de usar estas palabras sin haberlo definido. Y lo que se dice, afirmativa o negativamente, de ese sujeto, es el predicado. Decir “Esta mesa es verde”, el sujeto es “esta mesa”, el predicado, lo que se predica de la mesa, que “es verde”, es decir, “esta mesa es horrible”, también es un enunciado, ¿cuál es el sujeto?, “esta mesa”, ¿qué se predica de la mesa?, que “es horrible”. ¿Vamos bien?

Kant vió que todos los enunciados se pueden dividir en dos tipos, analíticos, ahora verán es muy importante, o sintéticos.

Un enunciado es analítico cuando el predicado ya está contenido en el sujeto, por ejemplo decir “ dos más uno es tres”, para Kant sería un enunciado analítico...en principio, no es exacto pero da igual...¿porqué?, porque si analizo el sujeto “dos más uno”, ya contiene la idea que se predica, por lo tanto, lo que es el predicado es contar lo que ya está inherentemente en el sujeto. ¿Vamos bien?

Pero hay juicios, enunciados, en las afirmaciones, que el predicado añade algo que no está en el sujeto. Por ejemplo, “el barco que llega de Ibiza vendrá con dos horas de demora”, supongamos que es verdad, bueno, no está contenido en la idea de “el barco que hoy viene de Ibiza”, el que va a venir con demora, no, añade una información. Estos son enunciados sintéticos.

Analíticos, quiere decir que puedo ver la verdad del enunciado con analizarlo. Pero cuando el enunciado es sintético, no me basta analizarlo lingüísticamente, necesito ir a contrastar con los hechos. ¿Comprenden esto? Si yo digo el siguiente enunciado “si llueve, llueve”, si, es verdad, es cierto que si llueve, llueve, pero no me hace falta asomarme a la puerta para saber si este enunciado es verdad, es verdad porque en su misma articulación ya está contenido, decir que si llueve, llueve, el predicado está contenido en el sujeto. ¿Se entiende esto? Pero en cambio si digo “ahora llueve con granizo”, bueno, hay que asomarse aver si es verdad o no es verdad, mirando la frase sola no me doy cuenta de si es verdad, ¿entienden esto? Decir “un trípode tiene tres patas”, no necesita que verifique nada porque la expresión “tripode” ya es “tres patas”, y es verdadero. Eso es analítico. Decir “el trípode es de madera”, ya requiere ir a ver si efectivamente es de madera o es de metal o es de lo que sea, ¿porqué?, porque el predicado no está contenido en el sujeto. ¿Se entiende esto? Bueno.
Todo esto ha sido para poder leer este parrafito. Sigue asi...

...desde Kant conocemos la distinción entre juicios...juicios o enunciados es lo mismo...juicios sintéticos y juicios analíticos,...usted puede decir, no desde Kant, pero sí desde hace cinco minutos, jejeje, pero si bien ustedes la conocen desde hace cinco minutos, la conciencia occidental la conoce desde Kant, ahora ustedes han llegado adonde está la conciencia occidental desde Kant, en este sentido no importa, no importa que yo lo haya contado, lo que yo he contado ya es sabido, desde Kant, aunque uno concretamente recién lo sepa ahora, ahí tienen la diferencia, ¿ves?, el ser sabido y el saber yo, no es lo mismo, el saber yo, es una cuestión mía, puedo saberlo, pero el ser sabido está más allá de yo. Eso es de lo que habla Giegerich cuando habla del alma, no es de lo que tú sabes o no sabes, sino de lo que es sabido más allá de tí. Y tú puedes saber o no lo que es sabido, pero esto no cambia la que es sabido. ¿Comprenden? Bueno...

...desde Kant conocemos la distinción entre juicios sintéticos y juicios analíticos. En los últimos, en los analíticos, el predicado nos dice lo que ya está implícitamente contenido en el sujeto, por ejemplo “todos los cuerpos son extensos”...porque en la idea, en la definición de cuerpo ya entra la idea de extensión, decir que un cuerpo es extenso, es como decir que la luz es clara, en la noción de luz ya está la claridad...mientras que en los juicios sintéticos el predicado nos dá una nueva información más allá de lo que ya esté implicado en el concepto de sujeto, como por ejemplo “algunos cuerpos son pesados”...pesados, hay cuerpos ligeros y hay cuerpos pesados, la idea de cuerpo no está que todo cuerpo sea pesado, pero si está que todo cuerpo tiene que tener extensión, porque si no tiene extensión no es cuerpo...esto, los ejemplos de él son mejores que los míos, y los ejemplos de él son más rigurosos, los ejemplos de él ya están expuestos por Kant, además....uno no puede pensar en un cuerpo que no sea extenso, es decir, tridimensional, si no es tridimensional no es un cuerpo, pero podemos pensar en cuerpos que no tengan, o que tengan muy poquito peso, tal como los cuerpos geométricos. Una esfera en geometría, tiene extensión, tiene volumen, tiene altura, tiene longitud, ¡pero no tiene peso!, y es un cuerpo, un cuerpo geométrico....Por lo tanto puede haber el cuerpo sin peso, pero no puede haber el cuerpo sin extensión...¿se entiende, no?...la noción de cuerpo necesariamente implica la noción de extensión, pero no así de peso, el atributo de peso es una adición, un añadido...

...en mi artículo...el que acabamos de leer...sobre la dialéctica, discutí brevemente el fenómeno o el concepto de voluntad,...¿recuerdan?, dialéctica de la voluntad,...lo que dije acerca de ella tendría que ser entendido como enunciados analíticos en el sentido recién mencionado,...basta analizar el concepto de voluntad sin hacer ningún experimento para ver que todo lo que dijo Giegerich ya está contenido en la idea misma de voluntad, ¿no?...mostré lo que implica “querer”...no lo voy a repetir, eh,...desarrollé o tomé aparte o desmonté las complejidades internas de lo que está agrupado en una sola noción, cuando simplemente decimos “quiero”.

De modo semejante me acerco o enfoco los mitos y las historias vinculadas. Veo en ellos un análisis o una explicación de un único concepto, en cada caso, el concepto o la idea de una situación vital, de un fenómeno, de una verdad, de una realidad arquetipal, solo que este análisis o explicación se presenta en los cuentos o en los mitos de una manera imaginística, es decir, con imágenes y en forma narrativa. Uno podría recordar aquí la frase de Bachoffen, “el mito es la exégesis del símbolo”...frase imposible de entender si uno no sabe lo que quiere decir la palabra exégesis,...evidentemente, jejeje,...como conozco los bueyes con los que aro, podría preguntar, hombre, podría seguir pero no es mi estilo, eso es vocación docente, yo podría seguir y el que no lo entienda que se joda, ¿no?, porque son adultos y tendrían que tener un nivel cultural, pero no lo voy a suponer porque a mí sí que me preocupa que entiendan eso, porque así es un docente, que no quieres impostar un tema sino que quieres que lo entiendan. ¿Qué quiere decir exégesis? Perfecto. Ya quedó claro, ¿lo saben ahora? Bien. Por lo tanto una exégesis es una explicación, una interpretación, un desarrollo, una explicitación. Entonces el dicho de Bachoffen, es “el mito es la exégesis del símbolo”, ¿no?...en tanto que mi lectura del mito es psicológica...recuerden que la palabra psicología en Giegerich está cargada de sentido...y que he definido la psicología como la disciplina de la interioridad,...y ojo que cuando Giegerich dice interioridad, no dice un espacio astral donde están mis sentimientos , ni mucho menos, dice el dentro del dentro, dice la profundidad lógica de las cosas, eh, como cuando uno dice dentro del libro, no está diciendo dentro del objeto, sino dentro de las ideas expuestas en el libro, por lo tanto entrar en el libro no es meterse en un objeto, sino entrar en el contenido lógico del libro, el dentro es un dentro lógico, no un dentro físico ni un dentro emocional, no se trata de sentir el libro, se trata de entender, si entiendo lo que dice el libro, digo que he entrado en el libro, y otros creen que entrar en el libro es meterse dentro de alguna manera, o que entrar en el libro es leerlo y sentir cosas, ¡no!, leer un libro que es lo que estamos haciendo ahora, entrar en el libro, no es un entrar físico ni un entrar emocional, su dentro es un dentro lógico. ¿Lo entienden? Bueno, Ha ido bien, eh, me gusta hacerlo asi. Dice...

... como yo defino la psicología como la disciplina de la interioridad, mi pensamiento acerca del mito, obviamente, tiene que ser analítico en este sentido,...es decir, cuando toma un mito o un cuento, no trata de ir a buscar datos de ninguna realidad externa sino analizar la idea misma y ver que en la idea misma está contenido el sentido del mito. Se entiende, analítico, no sintético...es que me come...¡es analítico, no puede ser sintético!...jejeje...porque si fuera sintético tendría que pensar en algo que ha quedado literalmente fuera del mito, un otro literal o una alteridad literal, y entonces, ipso facto, sería un pensamiento, en términos de la relación externa entre dos o más cosas o personas. ¿Capito?, ¿lo vuelvo a leer o...?...dice...es que se alarga la clase...

...en tanto mi lectura del mito es psicológica y yo defino la psicología como disciplina de la interioridad, mi pensamiento sobre el mito obviamente tiene que ser analítico, no puede ser sintético porque si fuera sintético, pensaría en algo que tiene algo literalmente fuera de sí mismo,...es decir, no está contenido en ello, por eso es sintético, que tengo que relacionarlo con algo que está fuera de ello, entonces sería sintético, dice...entonces, ipso facto, tendría que ser un pensamiento en términos de relaciones externas entre dos o más cosas o personas,...y evidentemente, si fuera un pensamiento en términos de relaciones externas, no pertenecería a la disciplina de la interioridad, y por lo tanto no sería psicológico. Por ello nos reunimos un grupo de hombres a discutir los problemas de hombres, lo que nos vincula, ¿qué es?, es externo, es la forma de un cuerpo, no está en la psique, no está en el alma, la unidad, sino en una información exterior. Esa relación, al ser externa, como, si nos juntamos los judíos para hacer una psicología de los judíos, lo que nos vincula no está en la psique, sino en una clasificación social, o racial, o secreta, externa. Siendo una relación con el exterior, eso no pertenece a la disciplina de la interioridad. Bien, ¿se entiende?, es muy, es muy coherente, se podrá decir lo que se quiera de Giegerich pero no se puede decir que no sea coherente, coherente hasta el final, te lleve hasta donde te lleve esta coherencia. Entonces...

...pero para la psicología no hay un otro...otro, y OTRO con mayúsculas, no hay un alien, porque ¿cómo puede haber para el alma algo más allá del alma?, ¿cómo puede haber más allá del alma, cuando estás dentro del alma? Para hablar del más allá del alma tendrías que estar viendo el alma y lo que hay fuera, pero ¿dónde estás tú entonces?, ¡no estás dentro! Si estás dentro, no hay fuera. El fuera de la psicología no es un fuera no psicológico sino , un ¡más dentro aún! Esto ya lo he dicho en otras clases, eh. Por lo tanto no hay un otro del alma que no sea el alma misma, y su alteridad no es sino un nuevo nivel de profundidad lógica. Su “otro” no está fuera sino que está dentro. Su “otro” es ella misma, en otro plano. ¿Capito? Esto es dialéctica, esto no es pensamiento, o blanco o negro, o dentro o fuera. No es el dentro de un afuera, lo cual sería una interioridad relativa, sino que es, ¡el dentro de un adentro!, que tiene su fuera, adentro. Esto es dialéctica. Esto es NEGATIVIDAD ABSOLUTA. Si dijera, es el adentro de un afuera, como por ejemplo, este cuarto es el adentro de estas paredes, es una INTERIORIDAD RELATIVA, a una exterioridad. Pero el alma no tiene un dentro de un supuesto fuera, porque entonces seguiría estando fuera, seguiría siendo exterior, como aquél ejemplo que he puesto, que es aquél de una tiza, no, no es mío, es de Heidegger, el dentro de una tiza, ¿abro la tiza y qué me encuentro?, fuera, ¿y si vuelvo a abrir la tiza?, fuera, el dentro de la tiza es un dentro tan exterior como su fuera. Por lo tanto, el dentro de un afuera sigue siendo exterior. ¿Capito? Y el dentro de una sala sigue siendo tan físico como el fuera de la sala, de tal manera que, estoy dentro de la sala, dentro de estas paredes, pero si me voy afuera de la sala, ese dentro ha pasado a ser fuera.

Pero el dentro del alma nunca puede volverse afuera, es un dentro que no se vuelve fuera, porque no es relativo a un afuera, es solo relativo a sí mismo. Con lo cual el alma “solo tiene relación consigo misma”, como un otro, el alma es auto-relación. No puede tener relación con un otro que no sea alma, porque no hay otro en el alma que no sea alma, ¿se entiende esto? Bueno, ahora vamos a ver cómo lo dice él, lo que me copie, si, la verdad, ya me da miedo, ¡es un copión!, jejeje,...dice... pero para la psicología no hay un OTRO, o el otro que hay para la psicología, el propio otro, “el alma”, su propio otro interior, es decir, ella misma, en tanto que otro...¿ven cómo me copian?...el alma es “autorelación”, no tiene nada fuera de sí, y conversamente, o al revés, si pensamos en términos de un otro que está verdaderamente afuera y enfrente, si pensamos en una relación literalmente entre dos, por ejemplo, relaciones entre objetos, o relaciones inter-personales, que son literalmente entre dos, o un conflicto entre opuestos, por ejemplo, entonces, en este preciso momento hemos abandonado la psicología. Entonces estamos en el mundo físico, entonces estamos en la realidad exterior, en el mundo social de la gente real, pero ya no estamos en el mundo del alma... ¿Capito?

...En la última parte, que la leeremos luego, de La Vida Lógica del Alma, demostré esta manera de leer el mito, bueno, pero en el capítulo anterior también, porque al leer el mito de la montaña resbaladiza vimos cómo interpreta el mito como la forma gráfica de una idea, la idea de trascendencia. Los que hayan leído aquél maravilloso artículo, que no lo vamos a leer aquí, insisto, pero que es maravilloso, que es ¿Es profunda el alma?, ahí hace el análisis de una sola idea, la idea de profundidad, desprendiéndola de toda implicación física y llevándola a su verdadera dimensión anímica, a una idea de solo profundidad lógica. Y la profundidad del alma no es la profundidad de un pozo físico, ni la profundidad de un sentimiento sino la profundidad lógica, la profundidad de su verdad, el entrar dentro de la verdad del alma. Pero bueno, todo ese artículo maravilloso que pone miles de ejemplos, desde la frase de Heráclito hasta la frase del profeta, “he intentado huir de ti, señor, subiendo a lo más alto de los caminos, en la noche, en el este, en el oeste, en la alegría, en la tristeza, y estabas en todas partes”, muestra que esta forma imaginal es hablar de ninguna parte, porque es hablar de una profundidad que no tiene extensión. Bueno. Todo este maravilloso artículo es un análisis de una sola idea, la idea de profundidad. El cuento de la montaña resbaladiza es el análisis de una sola idea, la idea de trascendencia. Eh, dice, en el alma,...lo veremos luego, porque es maravilloso, dice,...en La Vida Lógica del Alma, su obra cumbre,...

...he pretendido que el mito de Artemisa y Acteón,...que ya lo contaremos,...es acerca de lo que hoy podríamos llamar, una noción o idea rigurosa de psicología, y he intentado mostrar lo que eso implica,...lo voy a contar, porque nos va a hacer falta más adelante, por favor, presten atención, eh, lo voy a simplificar,...

...Artemisa es Diana, una diosa lunar asociada a los bosques, asociada a lo salvaje, como opuesto a lo civilizado, Diana es la diosa de lo agreste, no es urbana ni es cultural sino que es la diosa de los lugares no hollados por la cultura ni por la civilización, las selvas, lo agreste, los lugares vírgenes, de ahí la virginidad de Artemisa. Su atributo es la caza, estamos hablando de una época cultural donde la caza era muy importante. Es el arco, la flecha, y su animal simbólico es el ciervo.

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Y el mito, lo simplifico, luego lo veremos como lo cuenta él con mucha profundidad...El mito cuenta de un joven cazador llamado Acteón, que tenía sus perros de caza, sus lebreles, que una tarde decide salir a cazar. Vuelve a casa cansado y decide salir a cazar con sus lebreles. Y se encamina hacia lo agreste, hacia la selva, apasionado, llevando su arco y su flecha, dispuesto a cazar evidentemente un ciervo. Cuando inesperadamente se encuentra, llevado por sus propios animales, a un rincón donde está Diana, desnuda, bañándose con sus ninfas del bosque. Y él la ve, y en cierto sentido Acteón percibe...bueno esto es ya una interpretación...la verdad desnuda que es lo que Diana simboliza. ¿Y qué ocurre?, las ninfas intentan proteger a Diana en la fuente, pero Diana es más alta que todas ellas. Quedan sus pechos al aire y en ese momento coge agua de la fuente y se la tira a Acteón, lo salpica con el agua. Y en ese mismo momento en que es mojado por el agua de Artemisa, Acteón se transforma en ciervo, le salen unos cuernos terribles, se transforma en ciervo, y sus propios perros lo descuartizan y lo devoran. ¡No está mal, no! Entonces dice...

...he tratado de demostrar y lo veremos, que el mito de Acteón y Artemisa es acerca de lo que hoy podríamos llamar, una idea rigurosa de psicología, he intentado mostrar lo que esto implica. He leído en forma pictórica...o sea con imágenes... de las complejidades internas, de la dialéctica viviente del punto de vista de la psicología. Psico-Logía, el logos de y acerca de el alma, es aquél, aquél momento de la verdad del alma, en el cual el alma añora conocerse a sí misma. Es decir, el mito muestra aquél momento de verdad del alma, en que el alma añora a conocer la verdad desnuda sobre sí misma. Y este conocimiento en el mito de Acteón, se muestra, no como un hecho estático, sino como un movimiento lógico complejo, con diversos estadios y diversas inversiones interiores. Con una analogía técnica inadecuada podríamos decir que si la psicología fuera un coche, entonces el mito nos muestra lo que hay por debajo de la capota y nos muestra cómo opera su motor...

...por lo tanto no se trata de una foto del coche sino de una comprensión de cómo opera. ¿Comprenden? O sea, el mito no retrata algo, sino que pictóricamente muestra su operación, y recuerden que el alma para Giegerich es operación, como el alma, algo que se hace, no algo que se mira porque ya existe y uno está observándolo, es muy importante. Dice...

...el mito nos mostraría lo que está debajo de la capota y cómo opera su motor, Acteón y Artemisa no son dos seres, ¡no!, ni siquiera como sujeto y objeto, dos otros literales,...

...una cosa y otra cosa, que están enfrentadas, donde Acteón sería por ejemplo el sujeto, y Artemisa,...¡no!, no son dos, diversos, más bien es el alma como Acteón la que se encuentra a sí misma como Artemisa, y lentamente se vé obligada a darse cuenta de que la lógica de este encuentro, la lógica del verdadero conocimiento, la lógica de este momento particular de verdad, que es acerca del acontecimiento, la experiencia factual explícita de la verdad misma, es decir, la contemplación del alma, de su propia desnudez en su nuda veritas, su verdad desnuda, deshace la aparente diferencia que había entre los dos...o sea, es el alma como Acteón la que se encuentra a sí misma en tanto que Artemisa, y se ve obligada a darse cuenta de que la lógica de este encuentro, la lógica del verdadero conocimiento, la lógica de este momento particular de la verdad, que se basa en el acontecer de la verdad misma, de la verdad desnuda del alma misma, es un momento que hace desaparecer la aparente diferencia inicial, entre el sujeto y el objeto. Entre Acteón y Artemisa. Eran lo mismo pero no lo sabían, no lo sabían. El encuentro por lo tanto es una transformación, no consiste en que Acteón conoce a Artemisa que está al frente de él, sino que él mismo se vuelve Artemisa. El mismo se vuelve el ciervo, que es el atributo de Artemisa. Por lo tanto es un conocimiento donde uno es atrapado y transformado, y no es un conocimiento donde se entra y se sale, como de ver un programa de la tele, que veo la tele, se acaba el programa y yo vuelvo a ser el que era. El encuentro con la verdad es la desaparición, en la verdad, del que sea, y la fusión con tal verdad que resulta por lo tanto, en una transformación.

¡Wow!, ¡qué idea de verdad psicológica! Nada que ver con sacar fotos y mapas de algo que está fuera que yo lo conozco y sigo siendo el que era antes. Por supuesto, no habla del ego. Acteón no es el ego. Acteón es el intelecto conocedor, que descubre que la verdad es él mismo. Pero no es yo, Acteón no es una persona de carne y hueso, Acteón es el alma en una actitud. Y Artemisa es el alma en la otra actitud. Y es el encuentro del alma consigo misma. Este mito no es lo que le pasa a Pepito ni lo que le pasa a Juanito ni lo que les pasa a algunas personas, es lo que le pasa al alma misma, en el encuentro con su verdad. ¿Se entiende esto? Es interesante. Lo vamos a leer, porque ese es el mito esencial de Giegerich. Eh, y el mito de este libro, al que le dedica cuatro o cinco capítulos espesos. Ya ven que cuando Hillman critíca a Giegerich, de usar ejemplos de devastación, la lanza, el sacrificio, la devoración, la negación,...no ha entrado Hillman en la idea de la imagen de Giegerich, sino que se ha quedado en su impresión exterior. Y ha dicho ¡Ay, son imágenes crueles!, porque lo ha percibido desde afuera, pero no ha entrado en lo que implica, porque lo que está demostrando Giegerich con la devoración de Acteón, no es solo una aparente destrucción exterior, sino una unión amorosa y transformativa. Pero necesariamente tiene que haber transgresión, el ejemplo de la transgresión no es un ejemplo de violencia literal, solo una mente literal entiende la violencia de los perros como una violencia literal. En realidad es la embriaguez donde el observador deja de ser un desapasionado observador, sino que entra a ser el objeto mismo observado y por lo tanto entra en un estado en el que cada uno de sus miembros se vuelve en el objeto a observar. Bueno, hay una violencia, si, porque hay una transgresión de la separación, el no compromiso característico de nuestro tiempo, donde uno se pasea por el mundo intocado por el mundo.

Se interesa por las cosas, pero las cosas siguen estando afuera, se interesa por los temas, pero para uno los temas son los temas, como los programas de la tele, eh, se interesa por verdades espirituales pero las verdades espirituales están allí y yo estoy aquí. Se interesa por doctrinas psicológicas como se interesa por ámbitos físicos, planetas a descubrir sin comprender que en la psicología, el que estudia y lo estudiado, ¡son lo mismo!

¿Y quién habla acerca del alma en la psicología sino el alma misma? ¿Cuál es la diferencia entre el alma estudiando un planeta, el alma estudiando un átomo y el alma estudiándose a sí misma? No hay por lo tanto un observador que tenga un objeto al frente, el otro del alma en la psicología es el alma misma. Mientras que en los demás “conocimientos” el otro siempre está fuera, y por eso todo conocimiento, salvo el psicológico, es un conocimiento exterior, representativo. Por eso dice Giegerich que la ciencia solo puede entrar en la psicología de una manera superada y trascendida. El conocimiento psicológico absorbe todos los demás, no se identifica con ellos, porque en todo conocimiento entra el alma, en todo, siempre el conocedor sigue siendo el alma. La física es una investigación sobre el mundo hecho desde las capacidades y los instrumentos de conocimiento humano, ¡cuidado! Por lo tanto no es el mundo en sí, sino el mundo tal como aparece ante el intelecto y los instrumentos del intelecto humano. ¿Se entiende esto?

Pero bueno, el medio, el objeto y el conocedor, aparentemente aún están separados, esto es lo que ocurre en la física. ¿Y en la psicología ocurre eso? El telescopio que uso para ver el alma, ¿no es ya parte del alma misma? Por lo tanto aquí no puede haber un conocimiento,...sí que lo hay, porque los psicólogos tradicionales creen que hacen un conocimiento objetivo, científico, etc, pero que en realidad es un conocimiento que permanece exterior. ¿Comprenden? Un poquito más y acabamos...De modo que uso el término verdad en dos sentidos diferentes. En un sentido es cuando digo por ejemplo, momentos de verdad, es sintáctico. Mientras que el otro es cuando digo por ejemplo, el acontecer de la verdad, el significado es semántico. O sea, el contenido específico de este acontecimiento resulta ser el del verdadero conocimiento, mientras que otros acontecimientos tienen otros contenidos, es decir, nos hacen “conscientes” de otros momentos de verdad. Jung podría haber dicho por ejemplo en su lenguaje, otros “arquetipos”...en lugar de hablar de otros momentos de verdad, hablar de otros arquetipos, u otras manifestaciones diversas porque arquetipicamente diversas...en cuanto al primer sentido es necesario advertir que las verdades del alma no...esto es muy importante...las verdades del alma no reciben su carácter de verdad de nada que sea, que esté afuera, de nada más. En contraste con nuestro concepto usual de verdad...Nuestro concepto usual de verdad consiste en la correspondencia entre nuestras afirmaciones u opiniones y los hechos reales, y esta es una verdad fundamentalmente comparativa, cuestionable y que necesita justificación... en cambio cuando él habla de la verdad del alma no habla de una verdad que tenga que ser ¡contrastada con ningún hecho exterior! ¿Comprenden lo que está diciendo? ¡Es completamente distinto! Ahora lo va a decir... Puesto que son verdades del alma, estas verdades son primordiales, irreductibles, o si se quiere decirlo asi, arquetipales, es decir, tienen su medida dentro de sí mismas. En verdad ¡son! La medida de... o el fundamento de...lo que empíricamente puede ser experimentado como verdad. Por lo tanto no son, como dice el Upanishads, lo que el ojo puede ver, sino, lo que abre el ojo...Esto es importantísimo, las verdades del alma no son verdades que se puedan ver, sino verdades que hacen visible. Por lo tanto, no es la verdad de las cosas iluminadas, sino la luz que ilumina las cosas. No es un enunciado que uno pueda añadir, sino que es una transformación de todo lo que no había percibido hasta entonces. Orientarse por lo tanto no es conquistar una nueva afirmación que se añade a las que tengo, sino ser transformado por un encuentro que revela un mundo inaccesible anteriormente. No es por lo tanto un objeto que aparezca a la luz, sino la luz que lo ilumina. ¿Entienden la diferencia? ¡Es fundamental! Cuando Giegerich habla de la verdad del alma, no está hablando de la verdad de que hoy llueve o no llueve, y hay que ir a mirar si llueve o no llueve, o la materia está formada por átomos y hay que ir a mirar si es verdad. No, no. Está hablando de un tipo de verdad que no se mide, que no es un nuevo dato, sino que en un cierto sentido es una revelación, que eclipsa todos los datos habidos hasta el momento, y así aparece en un mundo hasta el momento inadvertido. ¿Comprenden esto? La verdad de la psicología abre el mundo de Utgard. No es un dato más en Mitgard, sino que es la aparición, la irrupción, el reconocimiento de Utgard, en Mitgard. No es vincular nuevos datos de Mitgard por lo tanto, sino que Mitgard es atravesado por el gato de Utgard. Es decir, no es más información sobre el gato sino la emergencia de la serpiente en el gato.

Son todas maneras distintas de decir algo que evidentemente no se pueden decir como dos y dos son cuatro. Termino... Artemisa en el mito de Acteón, por contraste, en tanto que imagen semántica de la verdad desnuda, representa la verdad precisamente como aquello que los ojos pueden y necesitan ver...O sea que en el mito de Acteón y Artemisa hay dos conceptos distintos de verdad, la verdad como lo que aparece, Artemisa desnuda, y el momento de verdad en que Acteón es devorado y transformado por sus propios perros...eso ya no es una verdad que se mira sino una transformación íntegra de la separación entre el sujeto y el objeto. Otro sentido de verdad. El primero, Artemisa es la verdad que está al frente, semántica, de la que se habla, y la otra es la verdad sintáctica. El entendimiento es trastocado, otro ordenamiento posible, no un nuevo contenido, sino un plano lógico hasta entonces inimaginado. Un salto. ¿Si? ¿Qué hora es? Preguntas...Voy a entrar en la próxima si quieren. Tenemos dos opciones, lo voy a dejar al gusto de uds, bien, fíjense, el mito de Acteón no se trata de la psicología de los hombres, y el mito de Artemisa no se trata de la psicología de las mujeres, hombres y mujeres no son conceptos psicológicos, son conceptos que pertenecen a la biología, a la antropología, y a la sociología, mientras que la psicología es siempre acerca del alma. En psicología las imágenes de los hombres y las mujeres, lo masculino y lo femenino, son metáforas o alegorías. Pero de lo que son metáforas o alegorías, es siempre del alma en uno u otro de sus disfraces, o de sus momentos. ¿Se entiende? Por lo tanto no es que esto se refiere a hombres o a mujeres y esto a mujeres y no a hombres, sino que aquí el alma se manifiesta en este momento. En Zeus el alma se manifiesta como la fecundadora de nuevas intuiciones. En Semele el alma se manifiesta como anhelando en recibir un rayo que venga de arriba. No es que Semele son mujeres y Zeus son hombres. Eso sería falacia antropológica, hacer de la psicología algo para nosotros, ¿no? ¿Comprenden? Lo repite todo el tiempo, él también lo repite, eh. Dice...dependiendo de qué naturaleza particular de la verdad de sí misma, es la que el alma quiera describir, puede necesitar imaginarse a sí misma como masculina o como femenina, o a veces incluso como una figura neutral o hermafrodítica, una figura que se relaciona consigo misma, el alma, bajo la forma de una figura del sexo opuesto o a veces del mismo sexo,y a veces sin sexo en absoluto. La forma sexual de las figuras, más que ser un dato primario dado, es una función de la idea particular que se quiera describir. Una función de la naturaleza específica del momento respectivo de verdad. Por lo tanto, aparece como hombre o aparece como mujer según qué momento de su verdad, de su revelación, pretende explicitar.

Bueno, la alternativa es, entrar en el mito de Artemisa y Acteón, que va a ser un poco como, con más profundidad pero un poco como lo de la Montaña Resbaladiza, o entrar ya, que es seguir hablando sobre la noción de psicología. Sobre qué es la dimensión psicológica, sobre cuál es el reino del alma. O ya entrar a ver cómo esta noción de psicología, que aún la tenemos vaga, se muestra cuando uno contempla los fenómenos históricos del momento en que estamos viviendo. 


Transcrito del audio de 1h 50m 39s por Ferran Ausiró       

 


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