miércoles, 28 de octubre de 2020

LA VIDA LÓGICA DEL ALMA 4

 
  Venga.

-(Comentarios del público)

Si. ¿Qué te estás imaginando tú? ¿Estás en el reino de la fantasía no? Ah, por eso estás hablando de sensaciones que te dan a ti. No estás hablando de nada que hayas leído ¿no? O sea, de nada que hayas visto aquí, sino de sensaciones que a ti te provoca lo que has visto.

-(Respuesta del público)

¿Porqué te parece que Giegerich no...? Pero tú dijiste de Giegerich que Hillman es más creativo y toca cosas de la fantasía como diciendo, el otro no. ¿Pero porqué el otro no? No, quiero decir, pero las cartas hablan de todo, no hablan



de ellos como personas, hablan de unas teorías, pero para decir que la obra de Hillman defiende la fantasía pero la otra no, hay que ver porqué.

-(Más comentarios del público)

¿Más? ¿Más qué? Chico, esa es una palabra que no me gustaría que la uses si no sabes ni lo que significa. Es verdad, siempre que sepan qué están diciendo cuando dicen ánimus y no estén usando algo que me sugiere cualquier cosa que yo siento pero que no puedo decir. Porque corremos el riesgo de poner una percha donde colgamos no sabemos qué y creemos que los demás nos entienden ¡pero no nos entienden! ¿Qué quiere decir ánimus? Es cierto, pero ¿qué quiere decir ánimus?

-(Respuesta del público)

No le gustaría absolutamente nada a Hillman permitir que se esté diciendo que el pensamiento de Giegerich es más profundo, porque decir que va más al fondo, es decir que es más profundo.

-(Comentarios del público)

¿Quién? Bueno, son los dos actuales. Fíjate que esto es de Septiembre, hace un mes y medio. Están vivos, no como personas eh, como pensamientos, están vivos. Son actuales ambos en el presente, coexisten. Hay toda una escuela privada de psicología imaginal, no sólo Hillman, eh. Están juntos grandes pensadores importantes, muchos de los cuales he traducido yo. Están ahí. Eso es un pensamiento que vive actualmente. Y el otro también es un pensamiento que vive actualmente. Y el tema ahí, el tema que a Uds. debería preocuparles, en tanto les preocupa el tema no como personas completas, no es ¿qué pasa entre ellos?, sino cual es verdadero, es lo único que importa, no cuál me gusta y cuál no me gusta, porque entonces el que está hablando de Uds. es el ego. Si quieren consumir cosas que les gusten, váyanse al corte inglés y cómprense cosas que les gusten.

La psicología como el conocimiento no es un producto de consumo. Es sólo consumo cuando se usa como un ornamento personal. Y si se usa como un ornamento personal ya no pueden entender lo que estamos hablando. Digamos ya que están ausentes, aunque estén físicamente presentes, pues ya no está la posibilidad de entenderlo. Lo que en nosotros puede entender es algo que se interesa por algo, que ya no tiene que ver con las predilecciones personales. Si lo que priman son predilecciones personales no están para esto, aunque estemos físicamente presentes. ¿Se entiende? Así que elecciones personales, es otra cosa. El tema es ¿quién tiene razón? No quién como ser humano, ¿cuál de esos pensamientos? Porque no son compatibles, no pueden ser ambos verdaderos, porque el uno niega al otro.

No puede ser. Si, pero eso sigue siendo un tema que no tiene que ver con Giegerich sino que tiene que ver con lo que te es más fácil a ti. Y volvemos a lo mismo, no se trata de nosotros, no se trata de mi, no se trata de ti, si a mi me gusta más, no estoy hablando de lo que a mi me gusta tanto, ¿qué es esto? No lo tomes a lo personal, no. Lo aclaro, no hay personas.

-(Comentario del público)

¿Ah si? Bueno, vamos a empezar por una cosa, ¿qué has leído de Giegerich? Que cuando nombran a Giegerich ¿qué es lo que hay detrás de esa palabra?

-(Respuesta del público)

¿Todos los artículos que he publicado? Pues podríamos decir que has leído mucho de Giegerich. Has leído más de un libro. Si, si, porque todos estos artículos son un buen libro. Eso ya es haber leído a Giegerich, si los has leído todos ya es haber leído a Giegerich. Ahí está. Pero si uno ha leído sólo lo que hemos leído aquí, pues no. Evidentemente, si uno ha leído sólo un trocito, pues no, no ha leído a Giegerich, entonces eso no es un pensamiento. Lo otro si es un pensamiento. ¿Y Uds. qué han leído de Giegerich? ¿Quién aquí de Giegerich?

-(Respuesta del público)

¿Y a ti también te resulta más fácil? Bueno, eso es muy personal. Ven que aquí ya entramos a hablar de las cualidades de cada uno, no del tema. Que a uno le resultaba fácil. Pero es curioso, porque realmente es más difícil de comprender Giegerich, ¡es más exigente!

-(Comentarios del público)

Ya. Pero es difícil. Es de difícil comprensión. Bueno, el otro, no es que sean...patatas fritas eh...El otro rompió con toda una tradición, hizo una revolución entera, sobre la manera de pensar la psicología, tiró abajo miles de dogmas, ¿qué más? El otro fue una revolución como que no la había habido nunca, desde Jung, nunca. En proporción, la de Giegerich no es más que la de Hillman. Es otra cosa, pero no más intensa eh, de intensidad, de explosión, si se pudiera medir en un aparato de bombas, pues no. La otra fue una bomba, pero una superbomba, que acabó...Por eso yo, dudo que lo hayan entendido.

Incluso a Hillman, cuando dicen que lo entienden, porque, porque, desde dónde ocurren los discursos es desde algo, que si se hubiera comprendido a Hillman, tan mal no podría estar, no podría estar. Realmente no podría estar, joder, de unas convicciones, de realidad, de sanación, de curación, de auto mejoramiento y de auto conocimiento, que prueban....El simple uso de esas expresiones, es que no se comprendió a Hillman, porque si comprendes a Hillman se acabó el auto. Se acabó, se acabó, pero totalmente. Con Hillman aparecen los dioses, los dioses con el alego absolutamente fuera de circulación, y todo deseo de auto mejoramiento es denunciado como una falacia personalista, egocéntrica, subjetiva y dominadora, que se erige como un dios ante los dioses, por lo tanto como una, como una posesión, y....si yo entiendo a Hillman y me parece bien su revolución, y me quiero mejorar, y me quiero conocer, hay que reconocer que ¡es contra la historia! Porque eso se tiene que acabar, si lo han entendido, a mi me parece que va por ahí. ¿Se entiende esto?

Es como decir, si, yo soy cristiano, me han convencido, etc., y ahora me voy eh...de putas...bueno ¿qué tipo de cristiano eres?, ¿qué tipo de fe tienes?, si luego lo que vas a practicar es exactamente, lo que se prescribe en esa, eh, no lo es, no, es como si...Los hechos contradicen tanto a los dichos, y los que hablan, son los hechos, los hechos son los que ponen de manifiesto el entendimiento, no las cosas que salen de la boquita, sino las cosas que se encarnan en la conducta. Porque uno con la boquita puede decir...maravilloso Hillman, los dioses...y vivir en el absoluto querer dominar y controlarlo todo en su beneficio. ¿Y dónde están los dioses? Son una comodidad, los dioses son para cuando me convengan y yo a la mia, y a conseguir que Pepita me quiera, y a conseguir que mi trabajo me vaya mejor, y a conseguir la admiración de los demás, y a conseguir...¿y dónde están los dioses?, no están. ¿Se entiende lo que quiero decir?

-(Comentarios del público)

No, Giegerich no es fácil, en principio, pero sí que es cristalino, o sea que es cierto que si uno hace el esfuerzo de entender lo que está diciendo, y no quedarse con yo, me, mi, conmigo, y...decir no, entender lo que está diciendo, es lo que es cristalino porque no dice nada que no esté fundamentando. No dice nada porque si. Cuando dice algo dice porqué lo dice. Pero eres un ser humano. Pueden ser tus limitaciones intelectuales, es como si tú no sabes castellano y quieres entender las traducciones mías, no puedes, pero no porque las traducciones sean imposibles, sino porque tú no sabes castellano, esto es chino para ti. Bueno, no puedes decir, esto es una mierda, yo no estoy preparado para eso. Pero si tú entiendes lo que dice, lo que dice es muy cristalino. Muy transparente. Es como entender un teorema, un teorema se entiende si entiendes la frase y conoces la teoría, es transparente. No hay truco de magia, no hay seducción, no hay juego de palabras bonitas, no hay manipulación, hacerte sentir importante, hay un total olvido de ti ¿no? Y atención al tema. Y el tema se despliega y está ahí.

Lo que pasa es lo que digo yo siempre, ¿dónde estamos nosotros? ¿Dónde está el que quiere llegar ahí?, porque con su querer, su querer no es real, ya, y se ve, se ve cuando uno dice, yo quiero entender, ¡es mentira! Es mentira en el sentido de que no es realmente lo que está pasando, lo que está pasando es que a uno le gustaría. Pero no está dispuesto a pasar por todo lo que tiene que pasar para que este entender se vuelva una realidad. Lo que llama entender, no es entender. Es lo de siempre, se usan las palabras para decir otras cosas. ¿Pero qué se dice realmente? No, qué se quiere decir. En lo que se quiere dar a entender es que yo quisiera entender, pero no es él, lo que se está diciendo. Lo que se está diciendo es, me gustaría haberlo entendido con esa idea mía de lo que significa entender, que es tener una foto más de algo por la que me paseo y me exhibo. Eso no es entender.

Entender es entrar en un proceso, entrar en un compromiso, aceptar limitaciones y tener que pasar por todo lo que el tema te va a hacer a ti....Es un ejercicio de libertad para sacrificar la libertad...Si no hay un sacrificio de la libertad no hay libertad, y aquí tienen lo que Giegerich dice...no se puede imaginar, sólo se puede pensar...¿Cómo es posible que el ejercicio de la libertad consiste en el mismo acto el ejercicio de la renuncia de la libertad? Porque si quiero estudiar, quiero entender, ese querer implica que tengo que dejar de hacer otras cosas que me gustarían para estar ahí. Que por lo tanto, mi propio querer implica una renuncia a una libertad de querer otras cosas y asumir una limitación. Un querer que no asume ninguna limitación no es un querer, no quiere nada. Luego hay una contradicción en el querer, que es un ejercicio de libertad que renuncia a la libertad, en el mismo acto de ejercer la libertad. Esto, no se puede imaginar, no son dos cosas, el ejercicio de libertad y al lado la renuncia, sino que en el mismo ejercer se renuncia. Y si no se renuncia no se ejerce, y si no se ejerce no se renuncia. En una sola cosa. Es decir, se puede entender pero no se puede representar en imágenes, porque en imágenes no puedes poner una figurita para el ejercicio de la libertad y otra figurita para la imposición a la sumisión. Pero es que no son dos figuritas. Es un solo acto que crea libertad y crea renuncia a la libertad, a la vez. ¿Se entiende esto?

Y eso y el amor son la misma cosa. ¡Vaya! Por lo tanto esto de que yo quiero amar para pasármelo bien, el que dice eso, no sabe lo que es amor, quiere lo que se imagina que es amor, pero no está dispuesto a ninguna renuncia, sólo es una posesión. Lo que da amor es la...del amor. El entendimiento de lo que el amor implica es que lo que el amor implica es una renuncia. Nadie quiere renunciar a menos de que conozca lo que hay dentro del concepto del amor, y ese concepto se vuelva real. Es decir, esto es Giegerich, la realidad del concepto es mucho más poderosa que todas las arbitrariedades del ego, que se cuenta lo que se cuenta, se engaña a si mismo y engaña a los demás, por lo tanto vive en una continua, falsa dualidad. ¿Se entiende esto o no? Díganme algo cuando no lo entiendan, ponen cara rara pero no me dicen nada. Como tú, es decir, no dices pero dices. ¿Eh?

-(Pregunta del público)

¿Nadie le puede contestar? ¿Nadie se atreve a elaborar una respuesta? ¿Nadie? ¿Nadie puede ejercitar un pensamiento? ¡Ah! Je je je...

-(Respuesta del público)

No. Vamos más. No, no, porque vamos a hablar de ti. Que puede ser super interesante para ti. No, no, estamos hablando de verdades, no de opiniones, debiera ser así o debiera ser asá. Hablamos de la verdad. Amar es “amar a...”, si no hay un objeto no hay amor. ¿Esto lo entiendes no? Dar es “dar a...”, no se da en el aire. Hacer es “hacer algo...”, si no hay un algo que se hace no hay hacer. Pensar es “pensar en...”, los verbos no se agotan en los verbos, van dirigidos a..., si no hay un objeto de amor no hay amor. ¿Esto lo entiendes verdad, no es tan difícil? En el objeto de amor está el interés del amor, ¿no? Si el interés del amor es en mi, y no en el objeto al que estás dirigido, este amor no tiene objeto. ¿Cuánto ha de primar un objeto para que podamos hablar de amor? Absolutamente, en el momento en que el objeto no prima absolutamente, entonces no se, de repente ese objeto ha dejado de ser el objeto de tu amor.

-(Comentario del público)

No hablemos de ventajas personales, hablemos de capacidad de que lo otro pese más que todo lo demás. Eso no es cuestión de que uno quiera, uno no puede querer a nadie, sabes. No es una decisión el amor, si fuera una decisión automáticamente sería...quiero por mi, amar a otro...no sería, no puedes querer amar, el amor es más poderoso que yo, si es real, implica la renuncia, no voluntaria, sino inevitable, por la fuerza del amor. Pero si yo lo quiero mucho a él, y él se está muriendo, pero te jodes, porque yo tengo que hacer otra cosa, eso prueba cuánto lo quiero, cuánto lo quiero. ¿Cuánto te quiero a ti si cuando tú estás mal, yo no estoy por ti? ¿Cuánto te quiero? ¿Cuánto quiero a mi gato si cuando mi gato está mal que se joda el gato y yo me voy a hacer lo que a mi me conviene? ¿Cuánto le quiero? ¿Lo quiero lo que digo o lo quiero lo que hago? No hablo de mi, hablo de cualquiera. Fíjense como la sabiduría popular ya lo dice, “obras son amores y no buenas razones”, eh, obras, obras son amores, obras. No las obras que se hacen para dar la talla de nada, sino las obras que se hacen porque no se puede hacer otra cosa, en nombre del objeto que lo requiere. Todo lo demás, masturbaciones, todo lo demás, justificaciones, todo lo demás es no dar la altura del concepto del amor, que es un concepto que se puede pensar pero no imaginar, porque contiene a la vez, afirmación y negación. En el mismo momento en que afirma, niega. No es que primero afirme y luego niegue. En el momento en que afirma al objeto, esa afirmación es ya, a la vez, en el mismo acto, negación, ¿de qué?, de la importancia del yo. Otra cosa son caprichos, antojos, yo estoy hablando del concepto del amor.

El concepto del amor es, la primacía de lo otro. ¿Quién es capaz de vivir a lo otro como un añadido al yo, cuando lo otro es la negación del yo? Por lo tanto, es una afirmación que niega. Pintamelo en un cuadro, dame una imagen de algo que ahora afirma y niega. No puedes. Porque no son dos cosas, por un lado afirma y por un lado niega. Es afirmar y negar simultáneamente, cuando aparece la afirmación aparece con ella la negación. No hay una afirmación por un lado y una negación por otro, que van como dos caminitos, no, ¡se crean a la vez! Coexisten simultáneamente porque no hay la una sin la otra. Lo puede entender el quien en Uds. lo pueda entender, el que no lo puede entender, lo siento, ¿no? Pero cuando lo puedan entender se darán cuenta que esto no se puede pintar en imágenes. Y si llamo a la afirmación Afrodita y a la negación Marte, estoy transformando en dos cosas autosubsistentes, lo que no son dos cosas autosubsistentes, es sólo un acto que afirma y niega a la vez. La negación no es una cosa, la afirmación no es una cosa, son uno y lo mismo contradictorio, y en esta contradicción consiste su ser. No se puede pintar, no se puede imaginar.

-(Pregunta del público)

Imágenes del sacrificio hay muchas, pero el entendimiento del sacrificio hace mal a cualquier imagen. El entendimiento de la imagen. Porque en la imagen del sacrificio hay que ver que lo que se sacrifica es uno mismo. Entonces mostrar cómo sacrificas un animal, lo importante no es la matanza del animal sino la matanza de lo que en uno existía, y que muere cuando se mata al animal. Muere algo en uno, muere aquél sujeto en uno. El mismo acto que afirma el nuevo sujeto, destruye, no sucesivamente, sino en el mismo acto, esto no se puede explicar, tú, en la imagen ves a alguien que mata a un toro, ves a dos, lo entiendes porque lo acabo de explicar, pero entonces he roto la imagen para llegar al concepto. No es que la imagen sobre, eh. Pero la imagen sola, llega hasta donde llega.

-(Pregunta del público)

¿Y qué es la imagen de Cristo en la cruz? Un señor colgado de una cruz. Ya la veo aquí.

-(Comentarios del público)

Claro. Pero no es el entendimiento que uno tenga de la imagen sino el entendimiento que la imagen requiere. Y volvemos a lo mismo de siempre. Es propio de nuestra cultura, incluso de aquellos llamados más espirituales, que inadvertidamente, siempre revierten sobre si mismos. Inadvertidamente creen que el significado que yo le doy...a la imagen...el significado que yo le doy...a la vida...con lo cual estoy diciendo que en sí, no hay significado. Nihilismo. El Nihilismo que está aquí, pero que no se quiere afrontar, es incapaz de afrontarse, es esa persona que dice que ama, pero no hay objetos en su vida. Todo objeto no es más que un pretexto para enaltecer su propia importancia. Y habla mucho de amor, eh. Es esta especie de...neurosis. Dos en uno, y esos dos no se han encontrado, no es que esté mal ni que esté bien, es lo que hay. Hay un dos que no es capaz de vivirse dialécticamente sino que se vive como dos cuartos separados y uno está en uno, y otra parte de uno está en otro, de tal manera que no se tocan ni se produce transformación alguna.

Y no me interesa tanto verlo a nivel de persona concreta, sino incluso a nivel de mentalidad colectiva. Se habla de las cosas más sublimes, desde la posición más vulgar.

Y se cree de que porque se habla de cosas sublimes, se está en lo sublime, y se está en la vulgaridad más espantosa. Porque se es incapaz de ver la sublimidad, la sublimidad es poder vivir en la alteridad y la mismidad al mismo tiempo. Y eso es de lo que, ese sujeto que habla de lo sublime, se escaquea todo el tiempo. Se autopreserva todo el tiempo. Jamás se contradice, no en el sentido de contradicción, eh, sino que jamás se vuelve el otro de sí mismo. Se preserva siempre intacto hablando de muchas cosas, sin entrar en el proceso alquímico. Habla de la alquímia, manteniéndose siempre fuera. Y se cree que porque habla de la alquimia es un alquimista. ¿Se entiende?

Esto es característico de nuestra cultura. No se trata de ¿y qué hago yo para no ser así?, tú no cuentas. Precisamente el que hago yo para ser así, es una manifestación de preservarse intacto, es una manifestación más de querer mantener la sartén por el mango. ¿Cómo hago para dar la sartén? No, si tú la das y no se da sola, ya está, es una vindicación, ¿se entiende? Es una impostura, es como aquél que da una limosna para comprarse el cielo, no da una limosna, se compra el cielo. Bueno, exteriormente da una limosna, el acto aparente contradice la verdad del pensamiento que ha generado el acto, en realidad ese acto esconde. Se podría ver el cómo del acto, la verdad del acto, pero si sacas una foto puramente externa, no. Ves a alguien que le da a un mendigo...¡oh qué generoso!...porque estás en el pensamiento externo, positivista, que toma hechos desde fuera, no ve la lógica que origina el hecho, que vive en ese hecho, es decir, ¡la estructura de pensamiento que hay manifiesta en él!, ¿se entiende lo que quiero decir? No se puede ver en fotos, en fotos tú ves un mendigo y un señor que le da, ¡no ves nada!, ¡es una instantánea! En la vida ese acto es la puesta en acción de una estructura lógica. Y muchas veces el acto pone en acción la estructura lógica de...sentirse importante porque estoy comprando, al dar a ese tio, ¡un terrenito en el más allá!

Bueno. Los superficiales somos nosotros, que sacamos fotos de las cosas y creemos que tenemos la verdad de las cosas. Y nos escondemos detrás de las fotos porque sacamos las fotos de todo el mundo pero nosotros no aparecemos en ninguna foto. Lógico, la cámara nunca aparece en la película. Ese es el sujeto que toda la vida, fijo, se esconde de entrar en el proceso que denuncia exteriormente. ¿Entienden lo que quiero decir? Y esto no es para vivirlo en la persona, ¿Ay yo qué tengo que hacer? ¡Porque lo importante es que te des cuenta de lo que pasa cuando sale este yo que quiere hacer! Lo importante no es lo que tú hagas o no hagas, lo importante es lo que está pasando más allá de lo que tú hagas o no hagas. Porque tu querer hacer también brota de algo, no surge de la nada, también es la expresión de una colocación. Por lo tanto no se trata ni siquiera de querer, se trata de ver qué hay, dejar ser a lo que hay. ¿Entonces qué? No sé si me he ido muy lejos.

Esto es lo que nunca se quiere ver, porque jugar con Venus y jugar con Afrodita, yo lo he dicho...en las críticas que he hecho a Hillman, una de las críticas es...qué sorprendente que Hillman, que toda su vida ha sido urticante, toda su vida, esencialmente, el gran Hillman, que ha sido como echar ácido y corroer estructuras rígidas de pensamiento...¡su obra fue un escándalo, fue un escándalo!...en el 74 Hillman ¡fue expulsado del Instituto Jung de Zurich!...se le cerraron todas las puertas porque era como el...¡anticristo!...por poner una imagen...¡que rompía con todos los dogmas! Tiró ácido a todas esas estructuras laicas, rígidas, mordazmente. Rompió con un montón...¡rompió con el si mismo !...¡por Dios, el primero que rompió con el si mismo!...rompió con la idea de integración personal...rompió con la idea de un proyecto en el que llegaría a ser el mi mismo...rompió con los dogmas más...y rompió con buenas razones y con una retórica increiblemente ácida, mordaz, un gran ataque, pinchó, pinchó, y por eso la gran reacción que creó fue muy defensiva. ¿Cómo es posible que este hombre que incluso en su carta dice...como soy muy marciano...al final lo dice ¿no?...no voy a responder porque sería entrar en el ataque o en la defensa...¿cómo opta por Venus sin pasar por Marte? ¿Cómo puede decir que es marciano cuando lo que está haciendo es renunciar a Marte? Y hablar de una Venus que pueda estar ¡sin Marte! Porque una cosa es servir a Venus ¡con Marte!, esto es lo que nunca se permitió pensar Hillman, que es la contradicción, y otra cosa es que ¡Venus va por aquí y Marte va por allí!, o estoy allí, o estoy aquí, sin comprender que ¡se está en los dos a la vez!, o en ninguno a la vez.

-(Pregunta del público)

¿A quién? ¿A qué? Ah no, ni idea. Esto ya son suposiciones personales. Porque yo lo que supongo es que Hillman es un hombre inteligente y no importa ya...pero creo que es que no tiene argumentos. Y creo que cuando te quedas sin argumentos y hay demasiado interés personal, entonces huyes...y hablas de Dionisios que desaparece debajo del mar. Porque Hillman, cuando ha sido criticado y él ha tenido argumentos, ¡wau!, ha respondido, ¡cómo ha respondido!...ta ta ta ta ta ta ta ...creo que en este caso juega al Dionisios que se escapa para ocultar que no puede hacer frente a estos argumentos. ¡Que no tiene argumentos! Esto es lo que yo creo eh. Pero bueno, eso puede denunciar algo más triste, porque si uno no tiene argumentos, no pasa nada, con decir, no tengo argumentos por lo tanto tienes razón tú, ¡no tú!, ¡ni siquiera tú!, tiene razón ese pensamiento. Eso mantendría vivo al proceso, pero hay algo que se apagó, y lo dice claramente...no quiero que mi obra sea devorada...y me pregunto, ¿qué tiene que ver alrededor de un pensamiento psicológico, el yo quiero que o yo no quiero que?

En el momento en que entramos a eso, se acabó la psicología. Y yo creo que, inadvertidamente, Hillman cae en eso. Hay una herida, yo creo eh, yo creo que hay una herida. Ahí si que, si uno tiene olfato, si se tiene olfato, se puede detectar, cuando dice que, dice...no se debieran tomar las devastaciones que hace Giegerich a Freud, a Jung y a mi, de una manera desagradable, literal y personalmente...Eh, lo que está diciendo es que no se deben tomar de una manera desagradable, literal y personalmente, pero más allá de lo literal y de lo personal, es desagradable. Ahí hay oculto una profunda herida, es muy triste, muy triste. Si yo digo, lo tuyo no es desagradable literalmente, estoy diciendo que lo tuyo es desagradable de otra manera, no literal, claro. ¿Se entiende? Esto está ahí, en el texto, pero lo ve el que ha llegado al punto en que puede verlo. Bueno, es una pena, porque...pero es comprensible, yo lo puedo entender que una persona defienda la obra de toda su vida, que está en juego, pero si defiende su obra, ya no está por la verdad. La verdad no necesita defensores, se defiende sola. Nadie tiene que ir a la guerra para demostrar que en geometría euclidiana, la suma de los ángulos de un triángulo es 180º. Si tú dices que no, mira, no te voy a matar, es así, ya lo verás cuando sepas geometría, no necesito ponerte un revólver. Sólo necesito ponerte un revólver para posiciones que se tienen que defender, es decir, que no valen por si mismas.

Entonces hablamos de ideología. La psicología desgraciadamente como casi todo en el siglo XX, está infectado de ideología. De posiciones que se defienden, de posiciones que se atacan, donde hay un total olvido o desinterés, de que más allá de la defensa o del ataque, ¿qué diablos hay? Curiosamente la gente que más critica el Nihilismo son los que más infectadas están de esta posición. Llevan la peste en su interior, la desparraman por todas partes diciendo que están luchando contra la peste, ¡increíble esto! Quieren combatir el Nihilismo pero querer combatir ya es Nihilismo. ¿Se entiende?

Entonces luego la psicología de Giegerich, en su pensamiento, no porque sea suyo, cuando digo su pensamiento hablo del pensamiento que ha encontrado expresión en su obra, pero podría haberla encontrado a través de Pepito Pérez. Lo importante no es que sea a través de Giegerich o a través de Pepito Pérez, lo importante es que es, ese pensamiento, que no tiene nombre ni apellidos, llamarlo de Giegerich es para sintetizar, que se ha expresado, está puesto en estas obras. Lo importante no es que estas obras las firme Juan o Pedro, lo importante es, ¿de qué hablan estas obras?, no quién las firma, ¿se entiende?

Esto hay que recordarlo todo el tiempo porque parece que cuando bajas la guardia, caemos de nuevo en el tema del ego, eh. Esto sería ya, iría mucho más rápido si esto ya saliera solo, sería una cuestión de amor también, amor por el pensamiento. El pensamiento tal como se expresa en la obra de Giegerich es un pensamiento que ha pasado por el sentimiento, no emocional sino intelectual, estoy hablando de un pensamiento, no de una persona, que ha pasado por la experiencia de Giegerich. Que ha pasado por la experiencia de que hay ocurridos procesos lógicos tremendos y que no estamos como Adán salidos de la mano de Yahvé.

Que la historia es real, que se ha lanzado no hace mucho una bomba que mató a millones de personas, que esto es real, que esto no es una película en la televisión que cuando la apago vuelvo a la realidad. Que esto es real, y que si hay “Alma”, el Alma tiene que ver con lo real. No se puede entrar en el Alma negando la dureza, la guerra, la destrucción, y los...¡que no es solo eso!, no es solo, pero eso lo es...Y que todo pensamiento que pretenda ser del Alma y ser algo dulcificante, ¡es ideológico! Nos separa de la vida, busca consuelos, vende, vende algo, vende ilusión, y está destinado ¿a quién?, al ego. No tiene como sujeto al Alma, tiene como sujeto al ego. No tiene como propósito estar en el corazón de la verdad, tiene como propósito producir un efecto. ¿No sé si me explico? Pero son cosas fundamentales.

Claro, la experiencia de Giegerich, a través de Giegerich, recuerden que Giegerich es el nombre para un pensamiento, no una persona. Lo que la psicología a través de Giegerich está expresando es que esa psicología ha tocado suelo, se ha hecho real. No niega la historia, no puede negar la historia, es más, concibe a la historia como el gran laboratorio alquímico donde se revela la verdad, la verdad del hombre, la verdad del tiempo, la verdad del Alma. ¿Se entiende esto?

Por tanto, pretender que somos, que estamos en un estadio equivalente al chamán, es una falsedad, es una impostación, estamos viviendo en otros momentos, habiendo pasado colectivamente, por otros procesos, y que no hay marcha atrás. Se ha producido un bache, la ilusión de que el bache no existe es la ilusión del niño de vivir en continuidad con su madre. Es no llegar nunca a ser adulto. Es querer, como un astronauta, estar encapsulado en amianto, ¿cómo le llaman en castellano?, ¿amianto?,...esto que es contra el fuego, que no te quemas, ¡amianto! Y volverte por la historia y por el tiempo, intocado, porque tú preservas la inocencia virginal. De tal manera que puedes pasar por toda la historia y seguir intacto, la historia está fuera, la historia no te afecta. No digo aquí como persona, sino que desde donde estás pensando, está ya incorporado este bache histórico.

Y en ese sentido a mí me parece claro, que si, que si, que es así, y que cuando oyes un discurso psicológico del que sea, ¡percibes!, una vez que sabes percibir, si hay el reconocimiento o no, de este bache. Como ahora, como ejemplo, si ves a Pepito te das cuenta si está viviendo como una persona que se hace cargo de sus actos o sigue culpando a papá y a mamá de todo lo que pasó, aunque tenga sesenta años. No se trata de la edad, se trata del estadio de desarrollo de comprensión en el que se mueve el sujeto. Si sigues culpando a papá y a mamá, esta persona aún se vive como apéndice, está en un estado de no-nato aún. Ha nacido biológicamente pero psicológicamente sigue encapsulado en una unidad primal. Bueno, hasta ahora lo que pasa por psicología, ha estado encapsulada en la ilusión de una unidad primal y no ha podido afrontar el corte, que es la alteridad, la negación.

-(Pregunta del público)

Si, sobretodo con respecto a Jung, sobretodo. Jung, todo el tiempo, inadvertidamente intentó construir una psicología que mantuviera intacto el estadio original intocado de la humanidad. Los dioses siguen viviendo, ahora ya no en el cielo sino en el inconsciente. Yo puedo, a pesar de estar en el siglo XXI, tener la experiencia primal de un, de un...esquimal de los, de los orígenes,...y estar en contacto con el...., como el primer día, ¡no ha pasado nada! Hay un lugar en la Psique, no histórico...eso es lo que intenta hacer Jung...Jung, en este sentido es un reaccionario, es decir, viviendo en el siglo XX trata de construir una visión que preserve intacto lo anterior, no ha pasado nada. Ha pasado en la superficie pero interiormente no ha pasado nada. Sus arquetipos por lo tanto no tienen historia, es la promesa de poder vivir, no históricamente, es decir, sin Alma, como en un cuento, por eso los jungianos leen cuentos de hadas.

No, si Jung está vivo. Leen cuentos de hadas que los interpretan por supuesto, no como muchos cuentos eran en su contexto, en su contexto revelavan en su momento la verdad del Alma, pero son traducidos a la moral contemporánea del siglo XXI, que hablan de, el paso de la joven a la virginidad, a la adultez productiva, pero los cuentos nunca han hablado de eso, los cuentos hablaban del tiempo en que aparecen y hablaban del Alma sin duda. Pero en el momento en que yo elijo leer al príncipe del cuento como el ego, y el ego es el sujeto postmoderno...je je je je...que no existía antes de la postmodernidad, no estoy siendo fiel al cuento, estoy reduciendo el cuento a verdades que ya conozco antes de leer el cuento. Que es lo que hace el lecho de Procusto, uso el cuento para contar algo que yo ya sé, de hacer que el cuento diga, ¡el cuento no revela nada! El cuento es una ilustración, en este sentido Giegerich hablaría de abstracción, ¿no?, es como un celo que se pone, es como un cuadro que lo pegas a un texto, ¿lo ven?, como internet, como en mi propia página, una imagen muy bonita de alquimia ilustrando un artículo de tal. Es desde afuera ¿no? Entonces claro, los cuentos son ilustraciones, los mitos para Jung, a partir de él, se han transformado en ilustraciones, ¿de qué?, de morales personales, de sujetos del siglo XXI, a pesar de que lo quieran negar, que juegan a utilizar como un depósito eterno de imágenes primordiales las verdades...ahora hablo como Giegerich...ya obsoletas, que fueron verdades en su tiempo pero que hoy no son más que trajes, vestiduras, ilustraciones, motivos decorativos. ¿Se entiende?

Aquél artículo de Giegerich que habla de...habla mucho de mitos, yo no he traducido pero habla mucho, y los cuentos, pero claro, saca una cosa que nunca se había sacado, no habla de los cuentos para ilustrar lo que ya piensa, permite que el cuento diga, ¡es impresionante!, por eso decía que la imaginación no sé dónde está más desarrollada, no lo sé, pero sobre alquimia es asombroso. Pero en todo momento la convicción es que en los mitos y en los cuentos habla el Alma. ¿Y de qué habla el Alma?, habla de si misma, no habla de gente. Interpretar a todos los personajes de un cuento como propiedades de una persona es caer en lo que estábamos leyendo, la falacia de no respetar la diferencia psicológica, la diferencia entre Alma y persona concreta, que es fundamental. Entonces se leen los cuentos como Atributos de personas concretas. Y el héroe es el yo, la madrasta es la codicia del yo, la sombra del yo, y todo se reduce a cosas personales, con lo cual esa historia en la que el Alma se muestra a si misma, se transformaba en la ganancia del ego, ¿de qué ego?, de un ego que solo es posible a partir de servir a esa imagen, un ego que no tenía ningún chamán, porque en la época chamánica no había la experiencia del ego.

Entonces nos transportamos como astronautas por la historia y todo lo que miramos lo miramos porque está inevitablemente en eso, nuestro propio destino. ¿Qué encontramos en la historia?, lo que ya llevamos puesto, no encontramos nada, no cuenta nada, no habla para nosotros, solo ilustra, solo encontramos ilustraciones. Esto es el sujeto moderno que pasa por la vida como por un Corte Inglés, a sacar provecho, a consumir, a disfrutar, a pasárselo bien. Es decir, todavía no ha bajado a la realidad, todavía no acepta ser transformado por el dolor de la pérdida de la inocencia. No de mi inocencia personal eh, yo como persona no soy culpable, ni tú, de la inocencia del Alma, el Alma deja de ser una cosa bonita. Acabo de recibir su tercer volumen de sus obras que me lo ha enviado amablemente, que son ensayos, que están reunidos, y el nombre de este volumen es Violencia del Alma.

-(Comentario del público)

Porque si el acto de la contradicción es la negación, es ser el otro y no tú mismo, el otro en ti, ¡cuidado!, es darse cuenta de la contradicción permanente, no de la dualidad, tengo luz y tengo sombra, y la luz y la sombra no se tocan, sino de la contradicción, cómo destruye la una a la otra, y eso se, es un movimiento que se niega a si mismo. Que se puede pensar pero no se puede ilustrar. Evidentemente los mejores ejemplos, imágenes de la negación, son la violencia. Pero entender literalmente que Giegerich proponga la violencia es una falacia, que es lo que hace Hillman en su artículo. Es un no entender. Decir que Giegerich defiende el sacrificio es una barbaridad. Y Giegerich, en el mismo artículo que ya he traducido, que es una condensación de uno más largo, dice que ya no podemos retornar al sacrificio, ¡no podemos!

Si yo hoy en día mato a un toro, jamás será la experiencia del griego que sacrifica, en mi, en cada uno de nosotros será una simple matanza. Y no dependerá de nosotros, estamos viviendo en otro tiempo, en otra estructura, no podemos recuperar aquella. Dicho de otra manera, no eran matanzas como nosotros entendemos matanzas. Para nosotros sería una matanza a la que yo disfrazo, invisto y asocio de rituales, pero que en si ya no es más el rito. Ahora es sólo un hecho.

Este es el mundo en el que vivimos, un mundo donde los hechos se han separado de los significados. Pero esto ¡también es histórico! Hubo un tiempo en que el hecho era su significado, no había que buscar significados. El momento en que, la característica de nuestro tiempo...y esto sí que lo vio Jung, y todavía se vende...es la falta de significado. Por eso lo que vende, lo que moviliza, especialmente a la gente concreta...no al Alma de nuestros tiempos, el Alma de nuestros tiempos no necesita significado pero sí la gente...es la búsqueda de un sentido. ¡Pero buscar un sentido indica automáticamente que se ha perdido! ¿Se entiende? Se lo busca porque está perdido, pero no se pasa por la experiencia de la pérdida, simplemente se quiere cubrir esa experiencia con una adquisición. Es importante.

-(Pregunta del público)

Es exclusivo de la modernidad.

-(Sigue el público)

No, es que la propia...el Alma no tiene experiencia del Alma. Somos nosotros los que tenemos experiencia, el sujeto que tiene experiencia, es histórico. Los griegos no tenían experiencias ¿sabes? El hecho de que empezamos a tener experiencias, surge un sujeto que experimenta y se ve el mundo a través de un sujeto que experimenta, que no había surgido, no estaba, no existía, y por tanto no se podía vivir así, no se vivía así. Es la modernidad. Por lo tanto la búsqueda de experiencia es característico de la modernidad. ¿Entienden? No había experiencia. Ya el hablar de experiencia implica una escisión entre lo que se experimenta y yo, el que lo experimento, ya no están unidos, busco unirlos porque ya se han separado. Los antiguos no buscaban, no tenían ni noción de unión ni noción de separación, porque la unión y la separación surgen a la vez. ¿Se entiende? Antes no había ni unión ni separación, directamente no existía.

Y volvemos a lo que se puede pensar pero no se puede imaginar. Sólo surge la unión en el momento en que ya hay separación, y en el momento en que aparece la separación, trae consigo la unión. No son dos cosas, sólo se puede vivir como unión porque ya hay separación, sino no se vive como unión. Y sólo se vive como separación porque ya se vive como unión. ¡Pero si no hay unión no hay separación y si no hay separación no hay unión! Quiero decir que, cuando esto aparece, aparece con las dos cosas, unión-separación.

-(Comentario del público)

¿Eh? Histórico en el sentido de que no sólo es un hecho que apareció afuera, en un tiempo, sino de que es historia del Alma, es historia de la conciencia. Por lo tanto está, sin que lo advirtamos, en la, en la estructura desde la cual pensamos....Aunque no me dé cuenta. Está ya en la estructura de nuestro pensamiento, y no podemos pasar de la estructura de nuestro pensamiento, a través de la cual pensamos. Dentro de...ya está producida la escisión, y por supuesto la idea de...antes de que se produjera, en un antes anímico, no sólo histórico, no cabía hablar ni de unión ni de separación, surgen a la vez. Como surge a la vez el corte y la unión, como no hay corte ni siquiera hay unión. Es lo mismo, y si es lo mismo no hay unión, ¡es lo mismo!

En el momento en que tú dices...quiero unirme con mis padres, ya estás separado...quiero regresar al paraíso, ya lo perdiste, cuando se está en el paraíso no hay regreso ni pérdida ni nada, ¡ni siquiera hay conciencia del paraíso!, cuando ya se habla del paraíso, ¡ya está perdido! Lo que posibilita por lo tanto, mencionarlo, es que algo en uno, en el que menciona, ya está afuera. Si no ni siquiera es mencionable, ¿lo entienden?

Y esto no son cosas que estén al frente nuestro, no, sinó que es lo que hace que aparezca el mundo que aparece para nosotros. El mundo colectivo que aparece para nosotros, no el que yo quiero que aparezca. Yo puedo en mi libertad individual, decir, no quiero este mundo, y pintar otro, pero en mi casa. Por lo tanto, estoy instalado en el que no quiero y desde ahí me invento lo que yo quiero...pero lo que veo es el otro, es esta especie de, de, de, falsedad, de dualidad mala, no de contradicción viviente sinó de separar ¿no? Yo vivo en este pero en mi está viviendo otro, que no se encuentran nunca. La cara amarga de la vida. ¿Eh?

-(Pregunta del público)

No, bueno, lo postmoderno en realidad es la, la convicción de que no hay ni verdad ni mentira y que todo depende del punto de vista, y que todo vale por lo tanto igual. Que todo son textos y que los textos son sometibles a infinitas interpretaciones, cada una de ellas válida en si misma, y por lo tanto, no hay verdad. Sólo hay...en este sentido Hillman es postmoderno...sólo hay perspectivas. Pero claro, esas perspectivas parecen como los arquetipos platónicos, alguna cosa flotante en el aire, pero sin historia. Con lo cual, yo veo a través de esta perspectiva, yo veo a través de aquella perspectiva, yo me deslizo por las, ¿quién es ese yo intocado por las perspectivas?...je je je je...el astronauta con su traje de amianto impermeabilizado que se desliza por el tiempo, sin ser temporal. ¿Lo ven?

Todo el tiempo, todo el tiempo hay un,...Por eso,...tiene que morir el niño, tiene que morir. El adulto es la muerte del niño. No es que muere el niño y viene el adulto, no. Es uno, uno. Cuando lo quiero pintar como seres aparecen dos entidades, la imaginación necesariamente sustancializa, no puede ver los dos en uno que no es ni este ni aquél. No puede ver el acto, ve cosas, ve la cosa puer, la cosa senex, no ve ¡el acto! Que genera simultáneamente dos manifestaciones, ¿de qué?, es de un acto, no de una sustancia. Entonces sí que se puede entender, naturalmente, pero no lo puedes pintar. ¿Comprenden? Porque a veces hay un deleite en pintar.

Bueno, más que leer voy a explicar y eso también va bien. Cosas que necesitamos para entender esto, cosas que son para entender la propia lógica, no la propia mía, la propia lógica ¡de la era!, ¡que no es mía! Nadie ha elegido el tiempo donde vive, pero todos somos hijos de ese tiempo. Es como, yo hablo castellano, ¡no es mio!, dentro del castellano lo puedo usar así o asá, pero tengo que, necesariamente estoy condicionado por el castellano, no puede ser “mi castellano” y “tu castellano”. Pues el hablar esa lengua, ya quiera yo o no, implica una estructura sintáctica. En castellano la frase “el dónde viene corriendo” no tiene sentido, no tiene sentido porque rompe una regla sintáctica. Las reglas del castellano de construcción de frases, dice que un adverbio no puede ser nunca un sustantivo. “El dónde” no tiene sentido porque “dónde” es un adverbio, “el perro viene corriendo” sí que tiene sentido, pero puede ser verdad o falso, si bien la frase tiene sentido, está bien construida, “el dónde” no tiene, “el dónde viene corriendo”, “dónde” no puede correr porque es un adverbio, no puede ser. ¿Se entiende no?

Por lo tanto hay reglas que obligan, si hablas en castellano, tanto da si me gustan o no, necesariamente sigo las reglas. Aunque no las entienda, porque hay gente que es, que habla en castellano, y no conoce conscientemente las reglas del castellano, pero está viviéndolas, las conozca o no. No hace falta en conocimiento consciente. Como que todos respiramos y no sabemos necesariamente la mecánica de la respiración, no importa que la sepamos o no, pero se está practicando todo el tiempo en nosotros. ¿Si o no?

Bueno. El proceso de pensar se está practicando todo el tiempo en nosotros. Según sus reglas. Sus reglas cambian históricamente, lo que es pensable en un tiempo, podría no ser pensable en otro tiempo. Los, los, el pensamiento tiene historia, el pensamiento del Alma tiene historia. Es como los lenguajes, tienen historia. Decía ciertas frases del Quijote que tienen que ser modernizadas para que las entienda la audiencia actual, porque están en castellano antiguo y si no se modernizan, no suenan. La misma lengua tiene su historia, pero cada hablante habla desde la lengua del momento en el que está, no la que él quiere, ¡la que le tocó! Y nadie le pide permiso, nadie le dice, ¿tú quieres que sea así o no? Ya cuando dices, quiero o no, ya estás metido en ella. Sinó no podrías ni hablar. ¿Se entiende esto?

Bueno. Estructura sintáctica del Alma es una cosa, es cómo se ordena, es lo que hace posible pensar. Pero luego está de lo que se habla, los temas de los que hablo. Los temas se llaman, en un lenguaje, la semántica. Una frase tiene una estructura, sujeto, verbo y predicado, pero tiene aquello de lo que habla. En un lenguaje se puede hablar de dios, no sé, de diablos, se puede decir “dios existe” o “dios no existe”, las dos son frases legítimas del castellano. Curiosamente “dios existe” y “dios no existe”, tienen la misma sintaxis pero semánticamente son muy distintas, porque una niega aquello que la otra afirma. ¿Comprenden lo que quiero decir?

Hay una diferencia entre sintaxis y semántica. De lo que quiere hablar y de lo que habla Giegerich no es de los temas, la semántica, de lo que nos ocupamos, si no de la sintaxis que está siendo usada en esa semántica. Y lo que muestra de una manera razonada es que la sintaxis con la que se habla normalmente, niega lo que semánticamente se está afirmando. Así yo puedo hablar de la unidad primordial con el ser absoluto, luego mi tema semánticamente es la unidad, pero mi lenguaje pone de manifiesto la ruptura. Entonces es increíble que alguien “roto” esté hablando de la unidad. No alguien como alguien roto, si no un pensamiento roto, no una persona rota. Desde esa rotura pretende aludir a la unidad creyendo que está unido porque habla de la unidad, cuando hablar de la unidad sólo es posible desde la rotura. ¿Comprenden que hay una contradicción, un cambio, un desacuerdo, un estar en diferentes tiempos? Lo que se dice y el lenguaje que lo dice. Este tremendo desacuerdo es lo que produce justamente lo que llamaremos, la neurosis del mundo en el que vivimos. No somos nosotros los neuróticos, el neurótico es el mundo en que vivimos. ¿Comprenden algo o no?

Esto, esto es pensar. Yo sé que algunos no tienen la costumbre y que acaban de enterarse por primera vez en su vida, no sólo de que hablan castellano, si no de que al hablar castellano respetan una sintaxis que no la habían oído en su puta vida. Bueno, han aprendido algo, algo, es lo mínimo que hay que saber para estar en estas cosas, lo mínimo. Que hay una sintaxis y que hay una semántica. Vale.

El mismo Giegerich cuando habla de aquél personaje tan famoso de Molière. Molière gran autor. Claro, yo puedo creer que soy un hombre primordial, porque no sé todo lo que pasó entre el hombre primordial y mI, pero no importa que yo lo sepa o no. La lógica de la que pienso lo sabe. Y aunque yo sea un analfabeto seguiré siendo un occidental del siglo XXI, analfabeto, pero del siglo XXI, con todos los tics y valores del siglo XXI, por muy analfabeto que sea. ¿Entienden? Aunque yo no sepa que Molière existió, Molière ha existido y ha sido incorporado en la lógica del pensamiento, lo sepa él o no. Pues Molière...lo dice Giegerich, como un gran ejemplo... tiene un personaje burgués gentilhombre, de una obra que....en su época fue prohibida porque cuestionaba la sociedad del momento, que es anterior a la revolución francesa. ¿Sabían que hubo una revolución francesa eh?

¿Y qué tiene que ver conmigo la revolución francesa? No me arregla mi vida, Pepita no me quiere por eso, no gano más por eso. ¿Y qué tiene que ver conmigo la revolución francesa? Y sin embargo, no me sentiría ni juzgaría ni valoraría, ni tendría experiencias, de no haber sido por la revolución francesa. No sólo fue un hecho histórico. La lógica que llevó a la revolución francesa, que hizo posible ver lo que no se veía antes, ¿se entiende?

Las cosas aparecen cuando se ven. Incluso podríamos decir, existen en ese momento. Y hasta que no son vistas, no por alguien sinó por la capacidad, ¡no existen! ¿Entienden algo de esto? Esto es importante pensárselo. Porque si no quedan atrapados en un mundo positivista que se creen que es igual para todo el mundo en todos los tiempos. Eso sí que fue una fábula, ¡Y vaya qué fábula!

Entonces él habla de este señor burgués muy rico, accede por dinero a la riqueza, burgués, no noble. En esa época existen las clases sociales del momento, que son la burguesía, la nobleza y?...el clero, jolín. ¿Como van a comprender algo del mundo en el que viven si viven totalmente desconectados de toda su dinámica? Imposible. Y este es un señor de la burguesía, de la alta burguesía, por lo tanto se quiere, como todos los burgueses, aliar con la nobleza. Eso no ha cambiado. Por lo tanto necesita de la cultura, no basta el dinero, y claro, como no tiene cultura, contrata a profesores que le enseñen. Que le enseñen a hablar, a comer, que le enseñen a vestir. Cuando el profesor de lenguaje le enseña que hay lenguaje en prosa y lenguaje en verso...¿saben Uds que hay una diferencia entre la prosa y el verso?...entonces descubre que toda su vida él hablaba en prosa, y se pavonea por la sala hablando en prosa. Siempre habló en prosa pero ahora al saberlo lo vive como,...¿ha cambiado algo?,...no,...pero él siente que sí ha cambiado algo, él ahora es importante. Simplemente le ha puesto un rótulo a lo que siempre hubo, es decir, semánticamente ha habido un cambio pero sintácticamente está al mismo nivel.

Cuando yo, a una experiencia personal, a una circunstancia, le pongo el rótulo y un dios, no por ello se vuelve sagrada. Pero lo hacemos. Y creemos que porque ya no hablo más de mi calentura por Pepita, sino que hablo del furor volcánico de Afrodita, estoy volviendo sagrado un acto,...je je je je,...simplemente le estoy pegando una etiqueta. Como me siento un... a su lenguaje le pega la etiqueta del lenguaje en prosa. Ya....es algo ¿no? Bueno los psicólogos jungianos y la psicología en general hacen eso. Al ego le encanta, se siente como ego, se siente encantado de hablar en prosa. Pero su estructura no ha cambiado en lo más mínimo. Ha cambiado su sentimiento personal, ¿se entiende esto?, pero lo que rige no son los sentimientos personales. Lo que mueve al mundo, lo que determina los saltos lógicos, no son los sentimientos personales. Lo que determina la historia, el Alma por lo tanto, y la cultura, no son los sentimientos personales, es la dinámica de esa lógica, que pasa por encima de las cabezas de los gentilhombres de este mundo.

Por lo tanto uno no sabe dónde está viviendo. Naturalmente puede construir con su ser lo que quiera, la escafandra que quiera, pero la historia no es la escafandra que uno se construye. Es más, por estar dónde tú estás puedes construirte esta escafandra. Esta escafandra que te construyes para ser a-histórico, lleva la presencia de la historia. Increíble. Hasta la frase que construyo para decir que el castellano es una mierda, pertenece al castellano... je je je je...y por mucho que lo niegue, al negarlo lo estoy afirmando, porque lo estoy hablando, aunque sea para destruirlo, es una destrucción semántica pero imposible sintácticamente.

Naturalmente los lenguajes no los pueden construir ni destruir las personas. Se construyen y se transforman ellos mismos. No la gente. La gente lo encuentra, la gente lo padece, la gente está a merced de eso. Y mientras más lo ignora, más a merced. Porque la ignorancia deja libre el espacio para la fantasía ¡arbitraria!, de que yo soy libre porque yo me salto las reglas, ¡y eres un esclavo!

Todos los mitos, por lo tanto, de la caverna, etc., siguen presentes pero pasan a otro plano. Ya no es el individuo el que está en la caverna, ni el individuo el que se va a liberar de la caverna. ¿Se entiende? Es el Alma que está atrapada en la materia, no el individuo, claro que el individuo puede vivir con o sin Alma. Esto sigue siendo verdad, el individuo puede vivir en la verdad del Alma o fuera de la verdad del Alma, eso si. No hay ganancia individual, en todo caso....para Giegerich no hay ganancia, es ganancia para el Alma. El que una persona se dedique a investigación de la verdad, no hay una ganancia para la persona, hay una ganancia para la verdad, porque podrá expresarse, podrá desplegarse, pero para la persona no, no necesariamente, la persona puede llegar incluso a ser más infeliz, vete tú a saber. Pero para la verdad hay una ganancia en el sentido de que puede ser expresada. A la verdad no le importa que sea Pepito o Juanita quien la exprese, simplemente puede, se presenta a través de este o de aquél, pero para aquél no hay ninguna ganancia, personal. ¿Comprenden?

Esta diferencia entre sintaxis y semántica es fundamental. Cuando Giegerich habla del estatus del Alma habla del plano sintáctico en el que se está. Cuando habla de los temas en cambio habla de lo semántico. La gran denuncia de Giegerich es que la semántica, de lo que habla la psicología hasta ahora, no tiene nada que ver con su estructura sintáctica. Dicho de otra manera, el Alma está en la sintaxis. El Alma es la vida lógica, no los temas tratados, si no la vida lógica, lo que pasa es que la vida lógica tañe los temas, pero al no percibir la vida lógica, no lo percibes, crees que los temas tienen su propia vida, los temas no tienen su propia vida, los temas pueden haberse vuelto obsoletos. Por lo tanto cuando yo mato un toro vestido de romano, no soy un romano matando un toro, por mucho que me crea, estoy, atendiendo a lo mío, del lugar dónde estoy, la dinámica de ello ya es totalmente distinta. ¿Comprenden?

Ya no se trata de qué me gusta y qué no me gusta, de lo que quiero, no, se trata de dónde estamos, más allá de nuestros gustos, más allá. Más allá de toda imposición, más allá de toda determinación. Cuando un tema aparece como tema, todavía no está incorporado en la estructura del pensamiento, pero cuando un tema ha podido ser absorbido por el Alma, se ha vuelto sintaxis, ya no aparece más como tema, ya no se ve afuera, ya está en la propia lógica. Fíjense, y no es que nadie lo haya hecho, lo ha hecho el Alma. Por eso es que de repente en la historia hay temas que no es que se refuten o no, simplemente desaparecen de vista colectivamente, han perdido interés, ya no se ven más, se ven otros. Y nadie lo ha elegido, se ha producido que aquello que exteriormente era interesante, al adquirirlo el Alma en su sintaxis, ha cambiado tanto el plano que ya no está ahí.

Claro, aparecen otros temas. Vamos a usar una imagen: las cruzadas. Las cruzadas comienzan más o menos en el siglo XIII, XIV, bien. La tierra santa, para usar el lenguaje de las cruzadas, estaba en manos de los infieles desde hacía muchos siglos antes, pero no importaba, ni siquiera se veía, no existía como tema. Apareció como tema y se empleó tal cantidad de energía que movió a la historia ese tema. ¿Verdad? La tierra santa sigue en manos de los infieles, pero las cruzadas perdieron, se disolvieron, se originaron en otro tiempo, pero ya no hubo más cruzadas. Luego no fue el tema lo que determinó el pensamiento, más bien lo que pasaba a nivel de pensamiento presenta el tema, lo digiere y origina nuevos temas. Querer que las cruzadas empezaron porque se quería reconquistar tierra santa, si, ¿porqué se quiso entonces y no trescientos años antes o quinientos años antes? ¿Porqué no se quiso reconquistar tierra santa en el Cristianismo del siglo V? ¡Ni del siglo VI, ni del siglo VII, ni del siglo VIII, ni del siglo IX, ni del siglo X! ¿Se dan cuenta de los cientos, miles de años que la tierra santa estaba en manos de los infieles y no, no aparecía como tema? Estoy hablando de algo que lo pueden verificar en cualquier libro de historia, eh. La historia....tanto cuento, tanto cuento, ahí hay mucho cuento, eh. Muchos.

Bueno ¿qué ha pasado? ¿Cómo es que pasó algo ahí? ¿Y cómo desapareció el tema?, porque no le ganamos la tierra santa a los infieles. De repente la mente occidental perdió interés porque apareció otro tema. Se dio un salto lógico. Lo que resultaba vital en un estatus, dejó de ser vital. Como aquél niño que un buen día, poco a poco, esos juguetes que ocupaban todo su tiempo, terminan en el cuarto trastero, no por una decisión de él, ya no interesan. ¿Son los mismos juguetes?, no, no son los mismos juguetes, ahora no están, no ocupan, no hablan. Pero ahora hay otra, hay otra colocación, hay otro nivel en el cual aquello que era primordial se guarda en el trastero, queda abandonado, la muñeca de la niña queda abandonada, la niña ya no juega más con la muñeca, ¿pero lo decidió la niña?, no, no lo decidió, le pasó. ¿Qué pasó?, hubo un cambio de estatus, se saltó el plano. Sin la intervención de la voluntad del yo.

Uds. nunca dijeron, a partir de hoy no me van a interesar más los soldaditos de plomo, me van a interesar las chicas. No, eso no. Te encuentras. Ni siquiera lo adviertes. Y un día te sorprendes que ya, ¡oh!, ¡esos soldaditos!, ¿qué serán esos soldaditos?, llevaba tiempo sin verlos, sin ni siquiera saber. ¿Qué cuenta el ego?, nada. Lo importante no es lo que uno ve o no ve, si no ¿qué ha pasado ahí?, ¿qué salto se ha producido?, ¿qué transmutación? Eso es como un proceso alquímico. Lo que estaba en un plano, no es que haya desaparecido, ha entrado en otro plano, tiene otra manifestación mucho más fina, con lo cual ese estadio anterior ya no, no por una decisión, ya no llama. Pero a su vez llama, aparece, por, la realidad de otra.

Bueno el ejemplo que pongo es relativamente malo porque hablo de una persona concreta. Yo no quiero hablar de una persona concreta, quiero hablar de una, de una conciencia, que puede durar siglos. Durante siglos vivió la cruzada, durante muchos siglos no existía y durante muchos siglos después desapareció. No fue una cuestión de Papas, porque Papas habían antes de la cruzada, nobles también habían antes de la cruzada. No eran las clases sociales, todo eso estaba. ¿Qué pasó? En una época en que, no los individuos sino la conciencia, estamos hablando de una época muy anterior a la modernidad, lo que congregaba al Alma era lo religioso. Las religiones han muerto, no en el sentido de que fácticamente no existan, ya no mueven el mundo. Precisamente por eso son decisiones personales. La religión es algo que una persona puede tomar o dejar a su gusto, y se respeta, ¿no? Ha pasado a ser un acto individual, pero no lo era en un tiempo, era de vida o muerte, no era que nadie decidiera qué fuera lo mejor, era un momento en que la verdad del Alma, se expresaba religiosamente. Hoy claro que hay gente religiosa, por supuesto, esto es una libertad de las personas. Pero ya no es de la conciencia histórica. No es que antes no hubiera economía, ¡claro que había economía!, pero no era primordial. Era primordial lo religioso. Pero dejó de serlo, no fue que nadie quiso que lo fuera, simplemente que, lo que el Alma tenía que aprender ahí, lo pudo absorber, destilar. El Alma pasó a otro estadio y eso se desvanece.

Bien, el tema es, ¿qué es lo que hoy apasiona al Alma occidental? No a ti como persona. Naturalmente a ti como persona te va a condicionar, lo sepas o no. Pero no depende de ti como persona, ¿se entiende lo que quiero decir?

-(Comentario del público)

Si, es muy complejo este tema. Inevitablemente es un tema del que no podemos hablar más que desde la orilla donde estamos. Estamos en una orilla. Podemos hacer el esfuerzo de saltar, pero siempre estamos en nuestra orilla, no podemos volver hacia la de aquellos, ¿no? Pero por ahí va un poco la idea de,...es mucho más fuerte, mucho más fuerte. Una de las grandezas de Jung, una de las grandes ideas de Jung, primero, Alma objetiva, el Alma no está en el hombre, el hombre está en el Alma, el Alma no es mía ni me pertenece, sino estamos viviendo empapados, inundados, rodeados, el alma por lo tanto, contiene, simbólicamente porque no es un espacio eh, y toda la vida individual está permeada por algo mucho mayor que no está sometido a la voluntad del individuo, esto es el Alma objetiva. Esto lo descubrió Jung.

También Jung habló de la muerte de un símbolo, Jung habló de que un símbolo muere en el momento en que su significado se hace explícito, y entonces queda la cáscara de un símbolo, ese símbolo queda ya no como un símbolo vivo sino como un símbolo muerto, porque lo que contenía en si de savia vital ya ha podido explicitarse y entrar en la conciencia. Y por lo tanto queda como, como, como, como hoy las piezas históricas, están en el museo del Louvre, ya no están donde estaban. Ya no está aquella pieza en aquella catedral en aquel momento, no, ahora es un objeto que visito en el Louvre al lado de otros objetos, es la misma pieza, es así y no, ya no. No es sólo que la pieza ha cambiado, sino que en nosotros ha cambiado lo que podía apreciarla. Por tanto si, sigue siendo un testimonio de lo que fue. Pero ya no es, ya no es.

Hay gente que no quiere que ya no sea, no puede soltar el cordel, el niño quiere el cordón umbilical ligado a su madre. ¡Hombre todavía lo es! Y si lo es, es culpa nuestra, pero si nosotros tratáramos de sentir,...volveríamos a estar en el Louvre ante la piedra egipcia, y nos recuperaríamos el Egipto....je je je je...La culpa es de la humanidad, la gente fue mala, se olvidó de los dioses. Eso es un explicación ego-céntrica, que cree que los ciclos del Alma dependen de las decisiones de los egos. ¿Se entiende? Que creen que es, la gente que decide que un buen día la religión ya no sea más el motor de la historia y ya está. Entonces se hace un congreso y se decide, si nosotros los humanos no hubiéramos decidido, ¿no? Todavía están antropocéntricos. Para mi se desconoce tanto la diferencia psicológica entre persona y Alma que todo se ve como cosas de las personas. Todo se ve en la horizontal, pero se carece de la verticalidad del Alma. ¿Comprenden? Y todavía se vive como si el hombre decidiera por el Alma, el hombre contuviera al Alma. No. No hay Psique objetiva, se puede hablar de Psique objetiva, pero la estructura del pensamiento que sigue como una lógica, antropocéntrica. ¿Entienden o no?, es muy importante entenderlo, ¿alguien entiende de lo que hablo?

-(Comentarios del público)

Porque es importante, eh. La realidad cambia, la realidad cambia también, eh. La realidad cambia, la realidad tiene historia, ¿lo entienden esto?, la realidad de hoy no será la realidad de mañana, y la realidad de ayer no es la realidad de hoy. La realidad se mueve.

-(Más comentarios)

Ah, al hoy, al tiempo que nos toca vivir. A la hora, no la hora de un reloj, eh.

-(Más comentarios)

¿Qué Giegerich?, pero si no hubiera habido, a esto iba. Jung tiene muchas ideas, pero una de las geniales, es, la conciencia tiene historia, y cuando un símbolo, su sentido, el sentido del símbolo, no el sentido para mi del símbolo sino el sentido que es, el símbolo, se ha destilado del símbolo, ha sido absorbido por la conciencia, se ha concienciado, se ha cambiado y ha perdido, ha muerto como símbolo, queda como resto histórico. Esto es de Jung. ¿Eh?

-(Comentario del público)

Pero la noción de misterio también cambia. Entonces querer hoy encontrar el mismo tipo de misterio que en la antigüedad, sin advertir que hoy, misterioso tiene otro sentido, y está en otra parte. Entonces, irme hoy a las cuevas donde los antiguos hacían sus ritos de iniciaciones, es querer buscar lo de aquella época, hoy, y no darme cuenta de dónde está el misterio hoy, el misterio ha cambiado de sentido, ya no es misterioso lo que en los antiguos lo era, pero lo que hoy es misterioso antiguamente no lo podía ser. Esta falta de sensitividad al hoy, es propio del hombre que no ha cortado con la infancia. Del nihilista que sin saberlo, añora aquello y no puede acoger a lo que ahora se está manifestando.

Yo recuerdo al principio, recuerdo en Giegerich, desde, por su pensamiento, le escribí, y que me decía, él me hablaba del misterio de ahora, y entonces yo, anclado aún en una lógica más antigua, le confieso que yo no veo ningún misterio, pero usaba la palabra con la semántica antigua, en Internet, ni en la economía, ni en la bolsa. O sea yo todavía misterio era, las.....y fue muy amable en responder, dice, porque Ud. sigue buscando semánticamente, el misterio, en el locus, en el lugar, donde ya no está, con la connotación que no tiene, Ud. busca la ruina que quisiera que viva y no comprende de que la vida ya no tiene esa forma. A lo que Ud. llama misterio, ya no es el misterio. Y eso fue como un....es cierto, mi, quiero que sea misterio lo que coincide con mi idea de misterio, me cierra a percibir la dimensión del misterio que ha cambiado de lugar. No es que ya no haya misterio,tienen otra forma. Ya no vienenbajo la forma de un, ritual sacrificial, no. Hoy en día eso es una carnicería, ya no es un misterio. Hoy en día, día a día, prendan la tele y verán matanzas, ¡a manta!, pero ya no es aquello. Montse, con todo lo del sacrificio quiero hacer una constancia, antes del sacrificio animal también estuvo el sacrificio humano, eh, entonces no sólo era matar animales, se mataba a gente también, eh. Cosa que desde el lado donde estamos nosotros, no puede no ser horripilante, pues ya hemos perdido la posibilidad de ver en ello, de que ello sea lo que fue. Hoy esto no es más que una brutalidad, y no puede ser de otra manera, y es condenable, evidentemente.

Si me voy con mi mentalidad de hoy a juzgar aquello, no puedo captar lo que había allí. Y lo que había allí fue el surgimiento de esto que hay hoy. Estamos ya viviendo desde el sacrificio sin saberlo.

Bueno, la segunda idea....todo esto lo decía por tu pregunta...bueno, salgamos ya de,...de Hillman, a la cual es mucho más fiel Giegerich que el mismo Hillman. Esta es la grandeza, ¿no? Hillman cogió lo que Jung dijo y lo llevó mucho más lógicamente que el mismo Jung, porque Jung lo dijo semánticamente, pero no lo incorpora sintácticamente. En cambio, en este sentido, criticándolo, Hillman lo hizo real, mientras que en Jung se hablaba de,...pero era un tema del que se hablaba pero la conciencia no estaba tocada por ese tema. Fue mucho más coherente a pesar de que los jungianos vieron en Hillman un hereje, ¡Hillman representaba el espíritu viviente de Jung! Y los otros el dogma. Por lo tanto no estaba siendo infiel a Jung. Al llevar su idea al...estaba siendo jungiano, pero claro, exteriormente no, al serlo no lo era, volvemos a la contradicción. Si hubiera sido fiel no hubiera sido fiel. Para ser fiel, en el mismo acto de fidelidad hay que ser infiel. Otra vez con la alteridad, esto tiene que ver con la lógica que se requiere para captar la vida del Alma. Está viva precisamente por esa contradicción. Porque fue fiel fue infiel, en el mismo acto de fidelidad está la infidelidad. Es decir, coger su pensamiento y llevarlo, es romper con la forma en que ese pensamiento se decía. ¿Y cómo lo rompió? Diciendo, fue grandioso en eso Hillman, el Alma se hace.

Hacer Alma, fue la gran frase de la psicología arquetípica, una de las grandes. Soul made. El Alma se hace, ¡no está hecha por lo tanto! No está dada, no es como un órgano. Los riñones no se hacen, nacen y ya están hechos los riñones. Pero el Alma se hace. Por lo tanto el Alma se construye, se realiza, no está dada, no es un hecho, se crea en un hacer. Con esto Hillman fue grandioso también. Esto ya estaba contenido en Jung, pero en Jung no estaba explicitado. ¿Se entiende lo que quiero decir? El proceso de hacer Alma. Y toda la psicología arquetipal es el proceso de hacer Alma. Esto es lo que Giegerich lleva mucho más a fondo que el mismo Hillman, y al llevarlo al fondo lo niega, lo supera y lo trasciende, como hizo Hillman con Jung. Porque hacer Alma implica por lo tanto historia. En la terminología arquetipal todavía se puede entender que, el hacer Alma, es algo que yo hago. Y volvemos a lo de siempre, yo quiero hacer el Alma, yo hago Alma.

Entonces lo que mostró Giegerich es que a través de la falacia que no distingue la diferencia psicológica, el Alma se hace a si misma. ¿Y cómo se hace a si misma el Alma? En la historia. La historia no es sino el sitio de hacer Alma. No la gente, la gente no hace Alma, en cuanto nos centramos en la gente, ha desaparecido el Alma, han quedado los síntomas del Alma. Pero no la vida misma del Alma. Aparecen las patologías, las neurosis, los desórdenes en el individuo, pero no es, no es nada del individuo, mirarlo ahí es equivocarse, es no tener las herramientas para mirarlo en donde está. ¡El Alma está en el Alma, no en la gente! La gente sí que está en el Alma, eso si, pero el Alma en la gente, no. ¿Entienden? Por lo tanto buscarla en gente es perderla. Es dejar de ver donde está, es buscar el mar en los peces, y sacar peces para, para ver el mar, pero los peces no son el mar, ¡están en el mar!, y por mucho que estudies a los peces no ves el mar. El mar es el ente, eh, y es un mal ejemplo, porque es fisico, eh, es una ilustración, no es exacto. Lo malo de las imágenes es que no permiten pensar. Si te quedas sólo con la imagen no entras, la imagen es para que vayas más allá. Pues así como estudiar los peces no es percibir el mar, a pesar de que los peces están en el mar, pero el mar no está en los peces. ¿Se entiende esto?

Mirar a las personas no es ver el Alma, no se puede, es ver, eso si, manifestaciones, claro, si, yo abro un pez y sale, la agüita del mar, lo salado, pero no el mar. El mar está en una categoría totalmente distinta a los peces, los peces son individuos, sustancia, el mar es el medio en el que viven los peces. El Alma no es una cosa como una persona, es el medio en el cual viven, y no sólo la gente, pero no hay gente, en cuanto traes gente y la sientas, ya has perdido el medio, la sensitividad al medio, me refiero al instrumento, eh.

-(Comentario del público)

Esa es la palabra exacta, lo has dicho muy bien, me gustaría,...representar,...Pensar no es representar. Representar es el pensamiento normal, saca fotos, y las vincula, no entra en el corazón del proceso.

-(Sigue el comentario)

Eso ya no es representar que es como sacar fotos, medir las cosas, todo esto, sino entrar en el corazón de la vida, del proceso, de la dinámica. Esa dinámica es lógica, no se puede fotografiar, cuando haces fotos es como el cine, hay muchas instantáneas y parece que se mueve, pero no se está moviendo. Y en el cine se mueven muchas cosas pero tú estás quieto. Para pensar, entrar en el pensamiento, no es contemplar algo, sino ver el proceso mismo, que está en ti y está fuera de ti, ya no es ser tú ni la cosa, es ser el proceso. Es una actividad, es una actividad, ya no hay un sujeto que ejerce una actividad. Es ser la actividad misma. Y esto no lo puede hacer ni imaginar, ni pintar, ni fotografiar, ni re-presentar, que es la forma moderna del conocimiento. Los griegos no tenían representaciones, las representaciones aparecen en la edad moderna. Los medievales tampoco tenían representaciones, no representaban nada ni tampoco tenían experiencias. Aún estaban unidos, sin saberlo, justamente por eso, por eso podemos saberlo nosotros, que ya conocemos la separación a la reunión. Es fuerte el corte que implicaba en el sujeto moderno. Y no es culpa del hombre, es una etapa del Alma. El Alma buscó al sujeto moderno, y el Alma lo está dejando atrás. Y mientras nos preocupamos de mi, y yo, y mi dolor, y Pepita y mis sentimientos, y cómo madurar, y cómo, ¡está pasando todo esto y tú no estás!, je je je je, ¿se entiende? El universo que hay allí, ¡vivo!, con una vida que trasciende la tuya, y tú preocupado con, ¿cómo voy a ser más honesto con Pepita y con Juanita y cómo me lo paso mejor?, que que que que, con esa categoría lo otro no existe, ¡sí que existe!, pero no existe porque tú no existes. Tú estás con tu traje de amianto en tu burbuja personal, hay una expresión que se usa mucho que es, encapsulado, encapsulado, viviendo encapsuladamente.

Entonces bueno. Hacer Alma. He aquí una idea importantísima, el Alma se hace. El Alma no está hecha. Dicho de otra manera, colectivamente imaginemos la humanidad, ¡no nace con Alma! El Alma no es naturaleza, no es un órgano, no es una cosa, no está dada, se genera y tiene su propia vida. El gran tema es, el nacimiento del Alma. El nacimiento del Alma es el nacimiento del pensamiento, no de mi pensamiento, del pensamiento. Aquél momento, que no es un momento histórico, sino un momento en el decurso del Alma, que también tendrá su historia, en que podemos imaginar que, imaginemos un perro, un gato, digamos que el hombre nace mamífero, pero no nace hombre, es decir, no nace a la altura de la humanidad. Nace como un mamífero, un mamífero, los mamíferos no tienen cuerpo, son. Ni siquiera lo son, están totalmente sumergidos, identificados con el cuerpo, de tal manera que ni siquiera hay una conciencia de cuerpo. No hay una distancia tampoco en el cuerpo, no hay, ¡ay me duele!                                                              

El dolor lo es todo, el hambre lo es todo, la sed lo es todo, no hay un ¡yo tengo sed!, porque para que haya un ¡yo tengo sed!, tiene que haber una distancia lógica entre la sed.

Es un salto, de repente en medio de la naturaleza aparece algo que no es natural, que es la negación de lo natural. Aparece la negación, que no es una cosa. Este es el misterio, ¿cómo aparece la negación? Y por lo tanto lo que rompe todo lo natural, dejándolo ser, pero entrando en un estadio donde lo natural ya no es más, sino que está ahí. ¿Cómo se crea la distancia?, en el ser humano, en tanto que ser animado, no animal, hay una distancia insalvable. Por eso yo puedo hablar de mis sentimientos, yo puedo sentir que tengo un cuerpo y que el cuerpo me tiene a mi. Pero en cualquiera de las dos cosas, ese yo, esa experiencia de ser tenido o de tener, no es identidad con el cuerpo. Ya no hay para nosotros una identificación con el cuerpo, no la hay. Nuestra relación con el cuerpo es mediada por la lógica. Hay un salto, no podemos volver, no podemos ser mamíferos como antes. El mamífero está en nosotros, trascendido, transformado en otra cosa que ya no es simplemente un mamífero.

Antes que en el cuerpo, vivimos en la conciencia. Y ese bache entre la conciencia, la mente, como lo quieran llamar, espíritu, si quieren llamarlo así, y la naturaleza, es insalvable. Y ahora nos relacionamos con eso que llamamos naturaleza, a través del espíritu. Incluso en nosotros mismos. De tal manera que cómo siente la diabetes mi gato y cómo siente la diabetes un humano, ¡nada que ver! El humano la vive en el espíritu, y el gato ¡es la diabetes!, no hay un ¡me pasa eso!, se es eso, es el...de una total identidad, ¡total!, no hay diferencia, no hay alteridad. La emergencia de este salto,....claro, Giegerich dirá, este salto no lo da nadie, se da solo. ¿Qué fuerza dormida, completamente inexistente, sin embargo potencialmente existente en la naturaleza, se vuelve contra la naturaleza? Esa es la cuestión. Pero cuando es Alma ya no es más naturaleza. Es la muerte de la naturaleza.

El Alma surge por lo tanto, en el mismo acto de surgir, negando a la naturaleza. Y al negarla la afirma, porque antes ni siquiera naturaleza había, no había nada, identidad total, ¡cero! Ese paso del cero al uno, eso es lo misterioso, porque presupone alteridad, un nivel inexistente antes, es lo que Giegerich apunta en El Sacrificio. El sacrificio ritual, no matar, el animal mata, el animal mata para comer, el hombre, antes de la aparición del Alma, ¡mataba!, como cualquier animal, pero para comer. Ni siquiera él mataba, se mataba en él, no había un él, no había ni siquiera un individuo, había una obediencia, una manifestación pura de una acción mecánica. No había ni voluntad electiva, no había la posibilidad de elegir.

Mi gato no tiene posibilidad de elegir, yo recuerdo que cuando hace mucho que tuve otro gato, que era mucho más amante de gente que este, estaba más cerca de lo humano, je je je je, era divino, y era alto, un gato muy especial. No lo castraba, porque mi idea, yo era muy moralista, decía no, hacerle esto a un animal, ¿porqué?, pero claro, llegó un momento inevitable en que no se puede convivir, porque no hay cosa menos natural que un gato en un piso, je je je je, pero tardó, mi gato tardó, tardó años, entonces yo podía tener la suerte de tener un gato no castrado, que no me...no hacía nada de eso, lo sacaba todos los fines de semana, lo soltaba en el campo, era feliz, venía a casa, y luego venía a casa conmigo, y bien. Pero llegó el inexorable momento, y empezó a marcarse, no se puede vivir con eso, no es un pis normal, es un pis de celo muy, muy fuerte, que lo impregna todo, no se puede vivir, ¡o él o yo! Y en los plantares, en el baño, en la casa, no. Me encontré con el problema moral, o él o yo. Y entonces, el veterinario, que es muy amigo, me dijo, que hay que castrarlo. Entonces le digo yo prefiero que él elija, je je je je, claro, que él elija, entonces me lo llevo a Cadaqués que es donde lo suelto, y que él elija, si volver conmigo o quedarse. Y entonces el veterinario me hizo verlo y me dijo, él no tiene elección, no tiene elección, no puede, hará lo que aparezca, no sé. Tú tienes elección, él no tiene, si,no tiene elección. Uno proyecta en él una conciencia que no existe en él, una distancia del instinto.

Eso es el Alma. La distancia del instinto, que ya no hay instinto, la negación del instinto. ¿Cómo del instinto surge la negación del instinto? El único ser de la naturaleza, que ya no es más de la naturaleza, justamente por esa negación, pero que apareció en la naturaleza y la ha podido dejar, es el ser humano. ¡El único que puede negar el instinto! Y por lo tanto mediar una distancia. Ni un perro, ni un gato, ni un caballo, ni una vaca ni una mosca, ¡son todo instinto!, es total esclavitud, es que ni siquiera es esclavitud, la esclavitud surge cuando surge la libertad, en el mismo acto, sólo puede haber esclavos cuando hay libres. Es así. La mesa no es libre ni esclava, es. El animal puramente viviente es como una mesa, tiene la misma elección que la mesa, sometido a otro, si, es una sumisión, pero ni siquiera una sumisión, porque no hay un sujeto que se someta. ¿Entienden? Traten de pensarlo.

¿Cómo ocurre este salto? ¿Cómo aparece el Alma? ¿Cómo se inicia? El cuándo es imposible pensarlo, uno puede mirar la historia desde fuera, re-presentar la historia no nos va a llevar nunca a la historia del Alma. Esto sería la ilusión positivista, si estudiamos cultura muy antigua, es la que estamos representando, pero la dinámica...¿se entiende lo que quiero decir?....entonces Giegerich pone el sacrificio ritual, porque el matar no es un sacrificio, pero matar sin ningún beneficio, un matar que no está destinado a satisfacer el hambre, ¡ese sí que existía!, tan natural como para la mesa estar apoyada en el suelo, no tiene opción, la mesa se apoya en el suelo, es que no le queda otra. Bueno, el hombre, mata, no le queda otra, y el tigre mata, y el gato mata, eso no es un sacrificio. Pero el acto de matar que no está movido por ningún beneficio, ninguna necesidad de supervivencia, la separación por lo tanto, no es que primero esté separado el hombre y luego aparece el acto, no,....dice Giegerich...el acto hace la separación. No hay dos.

En la psicología arquetipal y en la psicología de Jung, y en toda la psicología, siempre el acto parece secundario, primero es lo psíquico. Lo que muestra Giegerich es que no hay lo psíquico sino en el acto mismo. Y eso tiene unas consecuencias enormes para la comprensión de la psicología y el aterrizaje. Precisamente porque el Alma es real, no es que haya Alma y luego acción real, sino que el Alma es la acción, original, que vive aún en nosotros. La acción original, ¿y cuál es esa acción original?, la ruptura de la naturaleza. No, primero rompo la naturaleza, se rompe y hay Alma, no, el Alma es la ruptura con la naturaleza, que origina, a la vez, naturaleza y cultura. Hasta entonces no hay ni cultura ni naturaleza, hay mesa, ni siquiera mesa, porque es producto de la cultura humana. Hay piedras, nada. En el momento en el que se produce el sacrificio, en ese mismo acto se escinden, surgen simultáneamente dos reinos, que ya no se pueden volver a tocar nunca más. Naturaleza y cultura.

Conciencia. Una forma, que no es la forma nuestra de conciencia, es la ….isima forma de conciencia, estamos hablando de diez mil años atrás, el momento en que el ser humano se vuelve humano. Hasta entonces no es humano, el concepto de humano aún es sólo un concepto, no es la realidad del concepto, la realidad del concepto es cuando se hace algo. El primer acto de hacer Alma, el acto fundamental de hacer Alma es el sacrificio ritual. ¿Se entiende? Esa es la idea, no se trata de imaginarla, sino ver la dinámica que hay dentro ¿no? Porque entonces niega que el Alma esté separada de los hechos, mientras que en la psicología tradicional y en especial Hillman, el Alma imagina todo su hacer. Pero imaginar, ¿recuerdan la carta de Hillman?...no voy a discutir, no voy a entrar en la batalla, prefiero imaginar...¿qué es eso?, ¿qué es eso de prefiero imaginar?, como si hubiera Alma en el, el Alma no tiene que ver con la acción, el Alma está flotando en una dimensión invisible y ésta es otra cosa.

Para Giegerich el Alma surge en esta dimensión y surge como la separación que hace aparecer esta dimensión y la otra. En realidad sólo podemos hablar de esta dimensión porque ya estamos separados. El Alma no es sólo la otra, ¡es el hueco entre esta y la otra! El Alma no es por lo tanto, una dimensión, al lado de la naturaleza, como dos reinos, sino que es el hueco. El hueco en el cual, hay dos dimensiones. Y podemos llamar Alma a una dimensión o a la otra, pero es en realidad la diferencia y la identidad entre ambas. Son diferentes, son diferentes pero son idénticas, porque son, no hay una sin la otra. En su mismidad y su diferencia, está el Alma. ¿Se entiende esto? Por lo tanto, el Alma, cada vez que se hace Alma, que es que se produce un salto histórico, entonces puedes hablar de la historia como una especie de laboratorio alquímico, donde va mutando el Alma y naturalmente va mutando la naturaleza.

-(Pregunta del público)

Permanente. Es como una destilación. Imagínate...por supuesto entramos en lo imaginario...un perfume, ¿de dónde sale el perfume?, de manera que al abrir una botellita, una gotita mínima contiene un máximo de esencia, ¿pero dónde estaba esa esencia antes?, en la flor, en la cosa concreta ¿no?, la vuelta de esos pétalos de flor en un líquido que contiene la esencia, eso es un proceso. En ese proceso ¿qué les ha pasado a las flores?, han sido machacadas, torturadas, negadas, trituradas, pulverizadas, transformadas en algo que ya no es tocable, sólo olible, tan sutil que es casi un aire. Bueno, imagínate que es es el proceso que hace el Alma. Es una negación, pero en lo que hay está contenido todo lo anterior. Porque en esa superesencia está contenido lo que había originariamente en la flor. No sólo es algo totalmente distinto, es totalmente distinto pero es lo mismo. Como en el adulto está contenido el niño, no fisicamente, pero no hay adulto sin la esencia de lo que fue, y en él está como metido, pero está separado. No voy a decir que yo estoy totalmente separado del niño, ese niño está transformado en el adulto, el adulto es otro plano, pero que contiene al niño, transformado, como la esencia contiene el olor, pero potenciado y en otro medio.

Estos saltos del Alma, van cambiando el medio, el medio cada vez es más sutil. Y por lo tanto, hubo un medio que fue muy visible, muy tangible, muy, el Alma estaba como cosa presente, no es que no estuviera, ¡estaba!, era la cosa presente, el Alma estaba en los planetas, no había planetas por un lado, y dioses por el otro, los dioses eran los planetas, no dos momentos. La naturaleza, para aquella conciencia, estaban presentes los dioses. Nosotros en cambio, cuando queremos jugar a eso, vemos una rosa y le ponemos la etiqueta de Afrodita, juntamos dos cosas, y jugamos a que la rosa me habla, la rosa me dice, me susurra, ¿no? Pero inevitablemente vemos una rosa por un lado, conocemos un dios de la mitología por el otro, y los juntamos, ¿no? Eso es un artefacto del ego, eso es un producto que yo puedo o no hacer, pero no se hace solo. Pero para la primera mentalidad, la primera aparición del Alma, ¡el mundo era el Alma!

Por eso Giegerich dice, el primer sacrificio ritual es que el Alma hace en si misma, negándose en el ser. Se hace ser. Se mata a si misma en el ser. Y es ser, es árbol, es planta, es la luz del sol, es el sol. No es que hay una piedra que además es un dios, no hay piedra, es dios sin piedra, está presente. El primer medio del Alma es la inmediatez. Que ya supone una mediación, ya supone un estar en la conciencia esa inmediatez. Pero es una conciencia pegada a las cosas. El hombre todavía no es consciente, auto-consciente, la conciencia le habla desde afuera. La conciencia está en las cosas, no en mi conciencia, las cosas hablan. El vuelo de los pájaros le indica. Era así. Ahora no podemos jugar a que veo unos pájaros volando y luego leo, ¡pero primero veo unos pájaros!, je je je je, y luego digo, es un mensaje. No son el mensaje. Pero en aquella primera conciencia que, que Giegerich llama ritualista, las cosas son puro mensaje, el significado es la cosa misma. Y todavía hoy, de haber un significado, no sería un significado de algo, sino aquello que en si, significa. ¿Y qué es lo que hoy significa en si, sin tener que remitirse a otra cosa? ¿Se entiende esto?

Entonces claro, lo que ha pasado en la historia es que se ha perdido el significado de las cosas. En realidad no es culpa de nadie, el Alma se ha retirado de las cosas, ha pasado a un plano más sutil. Y al abandonarlas, las cosas son cosas, no, no queda otra, ¡son cosas!

-(Comentario del público)

Bueno, lo material sigue siendo una imagen poderosa.

-(Sigue el comentario)

Pero no son cosas. ¿Pero qué es el dinero?, no te quedes con la literalidad del dinero. ¿Qué es el dinero?, ¿es un objeto o es un proceso? ¡Aaah! Es un proceso. Por lo tanto no es un objeto, simplemente papel, ni es simplemente metal. Cuando dices el dinero hablas de un tejido social importantísimo. Yo siempre recuerdo aquella aventura de cuando estaba en el Nepal y me quedé sin dinero, sin nada de dinero, pero nada de nada, ¡cero!, ni billetes, nada, nada. Un susto total, ¿qué hago, qué hago? Bueno, esto te lo garantizo, no te dejan. Pero claro, en este momento, tenía que generar para vivir, lo que fuera. Y era muy poquito, como un nepalés, para vivir el día a día. Lo mínimo, comer y dormir. Pero no para poder salir de alli, simplemente vivir. Estaban cortadas todas las comunicaciones con occidente, no, no había forma de comunicarse. Pero un día me comuniqué con unos amigos que estaban en Delhi y que se venían para aquí. Recibo de un turista español que me buscó, de que estos amigos en Delhi, le habían dado un sobre que había llegado para mi, por el correo de Delhi, como ellos tenían que seguir, sabían que si me lo mandaban, y era un sobre con el primer billete que yo había visto, con un billete de 5000 ptas, ¡aaah!, acababan de salir, 5000 ptas eran, no una fortuna pero bueno, era una gran liberación, me podía ir a Delhi y desde Delhi comunicarme con aquí, conseguir un billete, ¡era la salida! ¡Qué alegría tan grande! ¡Un papel! Bueno, eso, ¿qué pasaba? No había trato comercial entre Nepal y España, por lo tanto no había cambio, no se cambiaba por ninguna moneda, era un papel, ¡papel!, ¡desapareció el valor!, por lo tanto a mi el papel no me interesaba. Era como tener esta hoja en el bolsillo. Lo que me interesaba era eso que tú llamas dinero. No es papel, es todo un juego de dinámica social. Una persona en una isla, ¿de qué le sirve tener dinero?, nada, no es nada.

El dinero por lo tanto no es más que la manifestación intangible de un intercambio social. Un modo de relación social. El dinero no es una cosa, es una dinámica, no hay que ser tan superficial, eh. Si tú lo abstraes de todo eso, queda como un objeto sin valor. El dinero es valor, no papel. El papel sólo sirve como testimonio de un valor. Pero si no hay ese valor, ya lo veremos lo que va a pasar con el papel cuando, eh, je je je je, y tendremos papel y nos empapelaremos mucho, je je je je. Ya verán, ya verán dónde está el dinero, qué es el dinero. En cambio los materialistas superficiales creen que el dinero es el papel. Y el papel simplemente adquiere su dimensión de cosa, no ya de dinero, y ya verás que susto. Cuando el papel no vale nada, ¿qué? Por lo tanto es el valor, no hay que ser tan superficial. Bueno, ¿qué hay ahí? Habría de mirar qué dice el Alma a través de eso.

-(Comentario del público)

¿Y de Tahilandia qué? ¿Y los parques temáticos qué? No hace falta, las grandes catedrales ahora, no, son las ciudades mismas. Donde por 10 euros te tomas un avión y te vas un fin de semana a Paris, ¿Paris qué es?, un lugar de fotos, de visitas, de estar tres días y luego volver, un lugar como Roma o Barcelona. ¿Qué está pasando en el mundo?, ¿cuál es la realidad de las ciudades? Por supuesto el ego está en otro plano, de repente el ego desconecta del Alma y entra en su capsulita, pero en su capsulita vive su vida, ¿no? Su vida que es perecedera y naturalmente no es testimonio de nada pero que para uno es lo más importante. Pero entretanto hay otra cosa, que aunque uno lo ignore, le ha marcado a uno, le ha condicionado y uno no se ha enterado, nada más. Que es, como alguien me decía, tú, que estás con todo eso del ahora y el ahora, pues piensa que ahora en el mismo momento hay en el planeta, pueblos enteros que ni saben que existe Internet. ¿Y qué me importa que lo sepan o no?, pero están afectados por Internet. ¿Qué importa que haya una tribu que no sepa de la contaminación de la naturaleza?, lo sepa o no, la está padeciendo. Lo importante, creer que el ego, ¡es que el ego no cuenta!, el que una persona no sepa que hay lluvia ácida, no quiere decir que no la haya, y la recibirá pero no lo sabrá. Creer que cuando el ego se entera, las cosas son, es un error de la falacia personalista. El Alma no son las personas. Uno puede no enterarse del Alma, ¿y qué? Pero el Alma está, y las personas viven en medio de ella, aunque no lo sepan. ¿Qué importa que no supiéramos qué era el sida y que era un virus, cuando ya lo había? La gente se moría igual, sólo que no se explicaba. Pero aunque lo sepas o no, qué es un retrovirus, no cambia, tu saber no cambia. ¡Lo hay, lo sepas o no! ¿Se entiende esto? Como un ejemplo.

Las cosas no empiezan a existir cuando tú te enteras. Cuando tú te enteras llevan mucho rato existiendo. El tema es ¿cómo es que recién te enteras, no? ¿Cómo? ¿Dónde has estado en todo el tiempo que no te enterabas? ¿Dónde? ¿Cómo es que recién te enteras de que vives en un medio poderoso en el que se está expresando la vida? ¿Dónde estabas? ¿Y adónde vuelves? Bueno, esa primera etapa ritualista de la conciencia, pasa a, hay otra explicación, hay otra que dice María, religiosa, la religiosa ya ha muerto, ya no está. En la religiosa ya cambia, en la religiosa lo importante es el comulgar con un objetivo, el nivel de plano consciente es mayor, el acto es menor, el acto sólo conmemora algo, mientras que antes el acto, era. Del estadio religioso se pasa a un estadio metafísico. ¿Se entiende?

Y en cada estadio la verdad del Alma es distinta. Es la verdad de su estadio. Por lo tanto, la verdad del estadio metafísico no es la verdad de nuestro tiempo, ni tampoco la verdad del estadio religioso. Pero no es cierto que aquél estadio, era falso, ¡era la verdad de ese momento! La verdad tiene ¡momentos! Por lo tanto va cambiando en cada momento, es como otra verdad. Es y no es. Volvemos a esto. Es pero ya no es. Es la misma pero no es la misma. Es la identidad entre lo que es lo mismo y lo que es diferente. Y esto, otra vez, no se puede imaginar.                

Transcrito del audio de 2h 01m 05s por Ferran Ausiró
 


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