Bueno,
ya estamos. Lo que sí he decidido es aminorar la marcha quizás. Si
les parece bien, es el ponerme más a la altura de Uds., en lugar de
ser impaciente, como soy. Soy impaciente, y por ahí me irrito, lo
noto, no se pescan las cosas. En el fondo la irritación se debe a
que, es como lo veo, hay una idea de un tiempo y una serie de temas a
desarrollar,
entonces desde esa expectativa, cuando veo que no, no va
con la fluidez que creo, porque en realidad eso debería estar a la
altura de Uds. Se llega a lo que se llega, y si no se llega, no se
llega, pero que lo que se haga, les cunda, eh. Y no mi impaciencia
para poder finalmente llegar a esto, que sé que es maravilloso, pero
que no se puede llegar así, sino que antes hay que, ¡ah ya, fuera!,
¿no? No hay ¡ah ya!, no, no es mío, lo mío ya lo hago yo, la
caminata que hago yo, sólo sé que la hago yo, y punto, ¿no? Esto
es más para Uds. Entonces vamos a disminuir la marcha, a hacerlo más
accesible todavía y evitar malos entendidos, porque nos movemos con
muchos malos entendidos.
Por
ejemplo, los otros días, salió por el aire un poco la idea de que,
con la confrontación Hillman Giegerich, de que Giegerich es más
riguroso, casi rígido, menos imaginativo, le da menos a la poesía,
¡fallos absolutos y totales!, totales. La preocupación de Giegerich
con los mitos y con la poesía es ¡asombrosa!, lo que pasa es que
Uds se cogen los artículos que yo he traducido, que son un 3% de su
obra, yo he intentado traducir aquellos donde está el concentrado de
ideas, pero claro, es un 3% de libros enteros sobre mitos, sobre
cuentos, sobre sueños, sobre la poesía, es uno de los pensadores
más monumentales que hay, y de los más imaginativos. Entonces
claro, quizás haya que dar un poquito más de espacio a lo otro,
para que puedan ver también cómo funciona del otro lado. No se
queden con que...y aparte de ello, se mira con prejuicios, porque
cuando se dice lógica, Uds creen que lógica es una regla estricta
de razonamiento, y no lo es. Cuando Giegerich habla de lógica habla
de logos, no habla de una regla rígida, de una calculadora
que aprietas un botón, él habla de todo lo opuesto. Eso no es
razonar, eso es computar, eso es calcular, eso es dominar, eso es no
entrar nunca en un tema, sino ponerlo en cajitas para manejarlo, para
digitarlo, para tener resultados.
Entonces
él habla de lógica, es entrar en el Alma misma de las cosas, entrar
en aquello que las mueve interiormente, entrar y ser movido por el
tema. Y eso no tiene nada que ver con un cálculo abstracto.
Justamente el cálculo abstracto está muerto, curiosamente la gente
que cree que pensar es el cálculo abstracto, ¡son!, los que
inadvertidamente viven bajo el cálculo abstracto, es decir,
incapaces de un pensamiento más fino que llegue al corazón de las
cosas. Prefieren sentir como alternativa, falsa, porque va adjunto,
de un pensar mecánico. Y como huyen de un pensar mecánico caen en
un sentir literalista, superficial, vacío. Son las dos caras de lo
mismo, son dos maneras de no entrar, de no entrar en el qué, que nos
presenta la vida, sino de darnos la vuelta. Una, ponerle etiquetas,
transformarlo en un caso de una regla, ya ya está, no lo tengo que
pensar. Otra, no quiero pensar, quiero sentir, quiero sentir, no me
incumbe. Son dos formas de una huída. Una huída que no es personal,
eh, se entiende, no es que la persona elija esto, generalmente es lo
único que hay a mano, es lo único de lo que se dispone. ¿Se
entiende lo que estoy diciendo?
Entonces
luego, van, van, voy a terminar de leer un poquito, el de los otros
días, que es muy importante, que vuelvo a insistir que es el primer
Giegerich. Realmente casi todo lo que he leído no debería producir
ninguna reacción extraña, porque es lo que Hillman ha dicho toda su
vida, bueno, toda su vida, toda su obra, el que, que, que, que el
fenómeno tiene su propio fin, que no es el fin del ego, eso
es Hillman...el vivir esperando un tiempo futuro como una huída
de la presencia del Alma...eso es Hillman. Hasta ahora no hay
nada en todo lo que he leído que esté la voz específica de
Giegerich, quizás el estilo de escribir, nada más, pero no ha
habido hasta ahora novedad, sin embargo sé que a algunos les ha
parecido urticante.
Pero
vuelvo de nuevo a insistir, no se pierdan la oportunidad de ver en
vivo y en directo, en su propio laboratorio interior, cómo están
respondiendo a miedos, a fantasías, y a proyecciones. No se dejen
coger por eso, no se pierdan la oportunidad real de ver cómo en uno,
aparecen miedos y rechazos, que no se basan en lo que hay, porque ni
siquiera le hemos dejado hacer, sino que se basan en actitudes
defensivas. Es inevitable, no es culpa de uno que aparezcan, pero ahí
uno tiene la oportunidad de decir, ¡jolín, en mí también los
miedos peores! En el momento en que uno puede hacer eso, uno ha
saltado atrás. Ya no es todo, el miedo que hace ver las cosas, que
hace ver, sino que uno ha reconocido el miedo, entonces el miedo ahí
está. No de la otra manera que parece que no hubiera miedo y todo lo
que se ve, es el miedo que esté detrás. ¿Comprenden lo que les
digo?
Es
una gran oportunidad, porque el verdadero laboratorio, el verdadera
¡prueba!, la prueba real, esta en la experiencia que uno tiene de
las cosas. No esta en leer un libro, no esta en lo que pasa afuera,
esta en el propio acto de comprensión. Todos vivimos desde ahí,
¡todos!, ahí esta reconocer lo que pasa, reconocer, ser, no hay
otro reconocimiento. Cada uno ya está metido en la retorta, cada uno
está, lo sepa o no, en mitad del trabajo. Miramos para otro lado
buscando un trabajo afuera, y el trabajo consiste justamente en eso,
que es lo que nos está pasando, mientras miramos fuera. ¿Se
entiende? O sea que, no hay, ni siquiera, ni tiene que haberla, pero
si en cambio hay la posibilidad de re-conocer, a-percibir, ser
consciente de la conciencia. ¿Se entiende?
No
vivir una conciencia como algo que está fuera, que está dado, sino
darse cuenta de lo que está pasando en el acto de ser consciente, y
el acto de ser consciente es...24 horas al día...no hay escapada de
eso, hasta cuando crees que estás siendo instintivo, eso que llaman
instinto, sigue siendo una idea. No hay escapada. Y cuando crees que
estás explicando porque los hechos son así, eso que llamas hechos
siguen siendo ideas. No hay forma de salir ni tiene que haberla. Pero
hay formas de huir en una salida imaginaria, y hay formas de
reconocer que no hay salida. Y por lo tanto, de permitirse entrar del
todo y no estar siempre en el umbral, adentro pero queriéndose
imaginar un afuera donde uno se está, sino pegar el salto atrás y
caer en ello. ¿Se entiende? Avísenme cuando no, me esfuerzo para
que Uds lo comprendan. No se queden con cara de pasmados, esto no es
ningún misterio esotérico reservado para iniciados, no, je je je,
está a la mano de todos.
Luego
voy a seguir porque nos acercamos al punto donde aparece realmente,
el que, muy jovencito, piensen que aquí Giegerich tiene 30 años, un
poquito más, 30 años, es muy jovencito. ¿Quiénes de aquí tienen
sólo 30 años? ¿Hay alguno que sólo tenga 30? Pues miren, ya son
todos mayores que lo que era él cuando ya hacía esto. Claro, en los
treinta y pico, cuarenta años, cincuenta, ya casi años que han,
cuarenta años que han pasado, de aquí a donde está se ha hecho un
camino eh, un verdadero camino. Pero habíamos llegado aquí.
Una
de las cosas interesantes es la pregunta de, ¿cómo, cómo un
psicólogo como Jung puede haber afirmado que lo que importa en la
vida del Alma, en la vida psíquica, nunca son las causas, porque no
hay causas, sólo hay visiones causales? ¿Se entiende esto? Cuando
uno busca causas lo que busca está en la mirada de uno, no existen
las causas más que, la idea de que tiene que haber una causa,
volvemos a lo mismo, siempre son ideas. La persona que busca causas
está atrapada por una idea que no percibe y que le hace mirar fuera
buscando cosas que están en su ojo, mira a través de ese ojo pero
no ve ese ojo, está poseído por una mirada. ¿Se entiende esto?
Entonces lo que, lo que intenta preguntarse Giegerich es, cómo un
psicólogo que ha puesto a caldo la visión causal y que ha propuesto
otra mirada, mirada, no realidades, otra idea, la idea de que todo
fenómeno del Alma, todo, un miedo, una angustia, aquél síntoma,
una patología,un estado de ánimo, un sentimiento, un acto volitivo,
todo, absolutamente todo, si se mira psicológicamente, está
orientado a un fin. Tiene una meta. No tiene una causa sino que tiene
una meta. ¿Si?
Y
sin embargo...dice Giegerich...siempre que miramos al futuro de algo,
estamos desatendiendo al algo...mirar al futuro es lo mismo que, lo
mismo, dos en uno, así como mirar para atrás es dejar de atender en
lo que hay, especular con la fantasía de lo que vendrá, es la cara
correspondiente, análoga, a mirar para atrás. Son dos formas de no
atender. ¿Entienden? Entonces la pregunta es, ¿cómo puede ser
conciliar esta aspiración a la finalidad del fenómeno, que sin
embargo es descentrarse en el presente? Si el tema es el presente,
¿cómo puede ser una finalidad que no se vincule con el futuro?, y
un sentido que no se vincule con el pasado, sino que esté presente,
¿se entiende? Y la respuesta de Giegerich es que, el fin no quiere
decir un objetivo más adelante, sino que el sentido del fenómeno
está en un presente más rico que un presente literal. Un presente
que tenga profundidad, no un presente chato donde transcurran los
hechos, sino captar que el presente tiene altura y profundidad, y que
el fenómeno busca su fin siendo más profunda que la mirada, con una
mirada de presente más amplia, que la mirada chata de un punto que
viene “de” y que va “a”. ¿Entienden?
Es
decir, descubrir, no sólo la horizontalidad, viene de aquí y se va
hacia, al ir para adelante, una línea, sino, la verticalidad. Cada
instante, no sólo está ligado a un pasado y a un evento al futuro,
sino que está vinculado a un arriba y a un abajo. Percibir la
totalidad del ahora, es lo que el fenómeno busca. ¿Se entiende
esto? Es muy poético y además muy cierto y ademá muy,muy
platónico, viene, esto viene de una tradición muy antigua, todavía
no hay novedad. Hay novedad en que una persona joven en medio de un
mundo positivista, materialista, ciego, torpe, mecanizado,
computerizado, cientificiado, gris y anisado, moralizado,
transformado en cúmulo de datos, lo asombroso es que alguien joven,
en medio de este mundo, diga, esa mirada es chata, hay una mirada de
profundidad. Pero no es nuevo, pero es valiente. Porque lo “moderno”
en este momento es decir, no hay Alma, sino que sólo hay cerebro,
sólo estamos en un mundo de cosas analizables, computables y
calculables. Todo lo podemos explicar por flujos sanguíneos,
terminales nerviosas, procesos químicos, que vienen de, no hay
profundidad, no hay altura, sólo hay “chatura” digitalizable. Y
en eso estamos. ¿Se entiende?
La
gente que mira hacia un mundo de fantasía para salir de este, cae en
este. La fantasía ilusoria es la otra cara de este mundo. Creer que
se sale, entrando en un terreno de, buenos deseos, y si te lo crees
existe, es estar justamente atrapado en aquello de lo que uno cree
que va a huir, pero que la otra cara es, ante un mundo vacío, la
necesidad de establecer fantasías subjetivas para enriquecerlo.
Automáticamente se está aceptando que este mundo es pobre. Por eso,
la necesidad de enriquecerlo con sueños. Cuando uno quiere
enriquecer este mundo, ya da por hecho, que este mundo está vacío.
Y lo que dice Giegerich y lo que es verdad, es que si en este mundo
del que quiere huir, porque lo que está vacía es su mirada. Y una
mirada vacía se encuentra con el vacío a donde mire. No hay para
esa mirada, otro mundo. ¿Se entiende?
Por
eso la pregunta, el quién, del proceso psicológico, es lo que
determina el que se vaya a encontrar. ¿Quién en mí, busca? ¿Quién
en mí, mira? Ese atrapado en una realidad vulgar, mira buscando otra
realidad, todo lo que va a encontrar estará hecho a su medida,
vulgar. Sólo otro sujeto en mí, puede encontrar otro mundo, otro
sujeto que no es el yo, atrapado en la servidumbre de los
hechos. ¿Si? Bueno, sigo a partir de ahí.
...Al
distinguir la finalidad del síntoma o del proceso psíquico, de la
finalidad del paciente...y esto es lo que él advirtió, la
mayoría de los psicólogos jungianos, cuando preguntan, ¿qué
sentido tiene un síntoma, o qué fin tiene un síntoma?, preguntan,
¿qué sentido tiene para el paciente? Igual que nosotros,
tenemos un sueño y nos preguntamos, ¿qué sentido tiene el sueño?,
¿para él?, ¡para mí!, como si por un lado está el sueño y por
el otro lado estoy yo. Y el sentido de todo lo psíquico, sea lo que
sea, debiera ser para mí, dicho de otra manera, como si “en si”
no tuviera sentido. La pregunta es, ¿qué sentido tiene para mí?
Sin un yo, en sí mismo no tiene sentido. Por eso la búsqueda
de significado implica ya, sin darse cuenta, la confesión de que se
está viviendo, de hecho, en la carencia de significado. Y no sólo
se está viviendo, no se lo está reconociendo y no se lo está
aceptando. ¿Entienden?
La
misma, el mismo hecho de que yo huya, el estar huyendo no sólo es el
estar yendo a algún lado, es el estar escapando de algo, y por mucho
que digan, no, yo estoy yendo hacía allí, si es una huida, lo
importante no es adónde creo estar yendo, lo importante es, ¿de qué
escapo?, por mucho que no advierta que es un escape. Lo determinante
del movimiento por lo tanto, el motor del movimiento está presente
en mi como aquello de lo que hay de huir. Pero no miro ese presente,
miro el futuro que busco, pero ¿con qué vivo al buscar ese futuro?,
¿qué vive en mi?, eso es lo que requiere saber. ¿Es muy difícil
esto?, ¿no?, no, es que es automático, es difícil en la auto
aplicación, naturalmente en el estado de turbación. Pero es muy
fácil en la observación de todo tu entorno. Si por un momento
miras, con una mirada desapegada, qué hay ahí, es muy fácil
reconocerlo, facilísimo. Esto no quiere decir que los demás quieran
reconocerlo y que hay que respetar el proceso de cada cual,...Pero
aparece en la experiencia, es simplemente dejar que aparezca. No es
algo del otro mundo, no hace falta hacer tests ni estadísticas, ni
pruebas de laboratorio ni nada por el estilo. Es permitirse soltar
una mirada.
Pegar
un salto, saltar hacia atrás, ¡abandonar tantos esquemas! Pero da
miedo. Los mismos esquemas a los que no aferramos porque creemos que
nos dan seguridad, nos tienen prisioneros. Es salir de la prisión,
el gran tema neoplatónico, pero la prisión no está allí, la
prisión es, por lo cual aparece así lo que hay allí. La prisión
no es el mundo, la prisión es lo que hace que el mundo aparezca
aprisionante. De tal manera que si huyo siempre dentro de la prisión,
adónde quiera que huya, encontraré un mundo aprisionante. Incluso
cuando huyo al mundo de las fantasías, ese mundo de las fantasías
es un sustituto aprisionante de la prisión de la que me escapo. Por
eso nunca veo nada. Por eso no pasa nada en la vida de uno, salta de
una visión a otra que la compensa, uno puede decir que está en otra
visión, pero está atrapado en la misma circunstancia. Y los
“hechos” se repiten porque no ha habido un cambio. Sólo ha
habido otra versión de lo mismo. ¿Se entiende? El mismo traje con
un remiendo, la misma ropa de siempre, ¿se entiende?
Entonces
él dice...la finalidad nunca es la del sujeto, la finalidad es la
del Alma...por lo tanto, ¿qué sentido tiene el sueño?, no es
qué sentido tiene para mi, sino en sí mismo, independiente de mi.
¿Qué sentido tiene esta angustia?, no para mi, sino que el fin de
la angustia es para la angustia, es para el Alma,...por lo tanto, la
finalidad nunca es la finalidad del ego, sino la finalidad del
Alma. Esto tampoco es muy nuevo, ¿no?, yo llevo años ya diciéndolo,
siguiendo a Hillman, la gran pregunta no es ¿qué quiero yo?, sino
¿qué quiere el Alma?, la pregunta es qué quiere el Alma, no lo que
quieres tú, lo que quieres tú ya lo sabemos, tú quieres pasártelo
bien, tú quieres que la cosa sea como tú quieres, tú quieres lo
que tú quieres, pero la pregunta es ciertamente...tú no quieres el
síntoma pero esao es lo que hay....la pregunta no es lo que quieres
tú, pero eso ya lo sabemos, la pregunta es ¿qué quiere el
síntoma?, no ¿qué quieres tú?, ¿qué quiere el síntoma, el
Alma, qué quiere ella?, incluso ¿qué quiere ella de ti? ¡Waw!
Por
lo tanto aquí no cuenta lo que yo quiero, aquí cuenta lo que me
re-quiere. Esto es muy duro para el sujeto occidental moderno, para
el sujeto occidental moderno, todo está para que ¡yo! crezca, saque
provecho, consiga, gane,...el único sujeto, no es que lo digamos,
no, está dicho en nosotros,... por eso es tan importante escuchar lo
que en uno se dice, porque el no oirlo ¡no hace que no esté!, hace
que lo actuemos continuamente inadvertidamente. El hecho de que
finalmente, nos revelamos contra el Nihilismo, cuando la colocación
de nuestro ser es la más nihilista que existe. Queremos un mundo en
paz cuando somos cada uno de nosotros, la guerra. Queremos un mundo
de armonía cuando somos los peores jueces. Cuando no entendemos
¡nada! , de lo que hay, sólo queremos que haya lo que queremos que
haya, nos consideramos la última autoridad, que sabe lo que tendría
que ser, cómo tendría que ser, dónde están los culpables, cómo
se arregla todo y cómo yo estaría allí.
Bueno,
¿quién es ese que sabe tanto pero que tiene que vivir, a pesar
suyo, a través del síntoma? La pregunta es ¿qué quiere el síntoma
de ti? No es ¿qué significa para ti?, sino, ¿qué pide de ti? No
esperes que eso se transforme en una idea que tú tienes y tú eres
el mismo de antes, más tu idea bonita, y el síntoma ya no te jode,
eh, es decir, has arrasado al enemigo y como un conquistador avanzas
por el camino del autocrecimiento, sino al revés, has padecido una
derrota. Estás atado al carro de lo otro que a pesar tuyo, te lleva
a una vida que tú jamás hubieras descubierto. A una vida o a una
visión, que es lo mismo. Si. No es tan difícil. Avísenme, me pegan
el grito, eh. Bueno.
Dice...al
distinguir la finalidad del síntoma de la del paciente, nos hemos
topado con un hecho importante, generalizando y modelando mi
formulación sobre un ejemplo o una formulación semejante de
Heidegger,...¿saben quién es Heidegger?, no pasa nada si no lo
saben, no tienen por qué saberlo, pero está a la mano, el que lo
quiera saber, aquí lo tienen, si no lo saben no digan porque es
difícil, ni porque es inaccesible, digan, enfrenten la verdad ¿no?,
algo en mi, no quiere, me gustaría pero no quiero, de la misma
manera que a mi me gustaría dejar de fumar sin tener que hacerlo en
pipa, pero si quiero dejar de fumar, es muy distinto de que me
gustaría, tengo que querer pasar por todo lo que hay que pasar, y
no, sin hacer nada, ya está, eso es lo que me gustaría, que sería
un, no quererlo, un fantasearlo, ¿no? Bueno, no es lo mismo. Si uno,
si en uno se quiere, está. Ahora bien, uno no es responsable de que
en uno se quiera o no, eso está clarísimo, pero uno es responsable
de la honestidad de reconocer, lo que no lo hay, y punto. No hay que
saberlo a Heidegger ni mucho menos, lo que pasa es que es una piedra
importante en la construcción de Giegerich.
Hace
años cuando daba un curso...ahora entiendo que tenía calor yo,
si,...hay algo ahí que,...¿no se puede, no se puede regular?,...
-(Risas
del público)
Bueno,
sigo. Hace años cuando daba un curso, no aquí, sino en el el
centro, sobre las distintas visiones de la psicología, de la
psicología profunda, vimos que....si, apágalo, apágalo,...desde
Freud en adelante no ha habido descubrimiento del Alma que no sea una
revolución cultural. No es como una investigación de laboratorio,
que hay una casillita más entre las ratas, pero cuando salgo a vivir
el mundo, es el mismo mundo de siempre, no. Los grandes psicólogos,
empezando por Freud, no pueden abrir la perspectiva del Alma, sin
transformar la visión entera de la historia de la humanidad. ¡Es
asi!
Y
por lo tanto, ¿qué es la moral?, ¿qué es la religión?, ¿cuál
es el papel de la religión?, ¿qué es la civilización?, ¿qué es
la realidad?, la gran pregunta para el psicólogo. No se puede ser un
buen psicólogo siendo un especialista en ratitas, que aceptas sin
más ni más una visión del mundo pero te vas a tu laboratorio y
estás haciendo psicología, no. La psicología, como el Logos del
Alma, es una puesta en cuestión necesaria de toda la visión que
determina la realidad. Estos son las grandes psicólogos. Me acuerdo
que había un muchacho, muy ingenuo, la conciencia ingenua, ¿no?,
que es la común, la normal, la llamada sensata, que es de una
ingenuidad abismal, que no es psicológica digamos, no puede serlo,
es tan simple y sencilla que quiere sumar, juntar ladrillos para
poder explicarlo todo, sin mojarse, ¿no? Bueno, esa conciencia es
infantil, pero muy común. Dice,...¡oh, pero qué culto que era
Freud, no! O sea que Freud no sólo era un médico o un psicólogo,
sino que hacía análisis de la religión, análisis de la
literatura, cuestionaba la....entonces a mi me sorprendió y recuerdo
mi respuesta que fue más o menos asi,...un gran pensador no puede
ser un ignorante,...esto no tiene, no hay nada malo con ser una
persona que no tiene conocimiento, pero una persona que no tiene
conocimiento, no existe en este mundo, no puede aportar ninguna
transformación para la conciencia de la humanidad, ninguna, por lo
tanto no sólo Freud, ¿Jung qué?,...¿Usted qué cree?, ¿que Jung
se preocupaba de su mujer, de su dinero, de sus pacientes?, ¿y a
partir de esta experiencia limitada cuestionaba la visión entera de
Occidente?, ¡Claro que son conocedores, son pensadores!,...No se
puede ir por el camino de la verdad desde la total ignorancia e
indiferencia por todo lo que existe, es imposible. Asi, el camino
está cerrado.
Por
lo tanto quien quiera comprometerse en conocer el Alma, tiene que
conocer ¡mucho más!, que los temas que existen en los libros o en
las facultades de psicología. ¡Mucho más! ¿Se entiende esto?
Tiene que empezar a preguntarse, ¿lo que yo llamo real y lo que se
vende cómo real, es real?, ¿o es un cuento? Miren que pregunta, es
importante. ¿Tengo yo las herramientas para poder discernir qué es
real o no es real? ¿Tengo cómo contrastar?, ¿o me muevo yo mismo
con todos los prejuicios que hacen que diga lo que dijo mi abuelo y
lo que dijo mi papá? ¿Quién soy por lo tanto, en tanto que
conocedor, para diagnosticar y hablar y aconsejar a los demás,
acerca de su desarrollo psicológico? ¿Quién soy?, ¿cuáles son
mis herramientas de conocimiento? ¿Cómo puedo meterme en esto con
tanta inocencia sin saber si no llevo yo los mismos virus que
pretendo exterminar? Bien. Por lo tanto, minimamente, debiera tratar
de saber. No digo saber, pero sí tratar de saber. Pero tratar de
saber, es saber. No hay un saber que se tiene y se acabó, el saber
es la conquista cotidiana en el tratar de saber. No hay un, llegué,
se acabó, ya sé. En el momento en que se acabó, ya no sabes nada.
¿Se entiende esto?
Por
lo tanto es un hacer, como todo en la vida. La fantasía que
sustituye al hecho es, ¡ah, saberlo todo! Tenerlo ya sabido, sentado
en la cama como quien mira la tele. Esto no es saber, saber es hacer
un camino. Está en el camino. Y el camino te muestra cosas que no
las ves hasta que no llegas alli. Pero lo que ves en esta fase del
camino será sustituido por visiones que aún no imaginas porque te
aguardan en el recodo que sigue. Pero nadie llegará al recodo que
sigue sin haber pasado por aquí. ¿Se entiende? Nunca es “ya
está”. Pero claro, todo lo hecho no es en balde. Es más, sin todo
lo hecho no hay más fuera, ¿comprenden esto? Por eso es imposible,
yo creo que es absurdo, con una conciencia ingenua, no psicológica,
traída de la calle, pretender entender a Giegerich. O pretender
entender a Hillman. O pretender entender a Jung. Porque cada uno de
ellos es un hito en un camino, que hay que hacer. Cuando uno llega a
Giegerich, todo lo que dijo Jung, va en él, incluso cuando está
negado, está negado y conservado. No es lo mismo que, no Jung, llegó
a Giegerich, no, Giegerich contiene a todo Jung, recordado. No hay
nada de lo que diga Jung que no esté contenido, pero destilado,
esencializado, llevado a otro punto, en Hillman. Por lo tanto si tú
crees que Hillman implica negar la introspección, la proyección, la
individualización, el concepto de diamond, no. Si eso no lo conocen,
no puedes entender Hillman. Claro que Hillman no repite, va más
allá, pero lo contiene.
Bueno.
No hay nada que esté afirmado en Hillman, que no esté contenido en
Giegerich. Nada. Por lo tanto decir, Giegerich no es Hillman, no
quiere decir que se puede pasar de Hillman y llegar ahí. ¡Imposible!
Porque lo contiene, todo. Contiene su savia. Por lo tanto, si no se
hace el proceso de introspección, si no se conoce a la sombra, si no
hay un trabajo de auto conocimiento, por mucho que el ego esté
cuestionado en Giegerich, está cuestionado porque se ha pasado por
ahí. El no pasar por ahí, no lleva a ninguna parte. Y pretender
hablar del Alma sin mirar en mi, qué proyecciones hay, dónde va la
sombra, cuál es mi novela neurótica familiar, las expectativas de
papá, los problemas sexuales, la fantasía psicológica. Todo esto,
que por supuesto, Giegerich niega, lo niega porque ya lo contiene, ya
lo absorbió. Creer que ¡ah!, ahora puedo enterarme de psicología
sin un proceso de poner en cuestión mi vida, ¡ni te lo sueñes!, la
puerta está cerrada. ¿Se entiende?
O
sea que no es, dejo todo aquello para mirar esto, sino, sólo
adquiriendo todo aquello, esto es visible. Sin aquello, esto no
existe. ¿Vamos bien? Por lo tanto, negar no quiere decir tirar por
la borda. Negar es como en la alquimia, es machacarlo hasta tal
punto, que ya no está como era. Tiene un resto porque se ha tomado
la esencia. A lo que se dice que no, desde este pensamiento, se le
dice que si. Nada es tan simple como un no, sin un si. Y un si sin un
no. Estos síes que no tienen noes, los tienen, sólo que no
reconocidos. Esos noes que no tienen síes, los tienen. Por lo tanto
el verdadero no, es el no y el si, simultáneamente, como si y no
simultáneamente. Si sólo digo que si en la conciencia, el no, no
tardará en aparecer inconscientemente, y aparecerá, aparecerá como
rechazo, aparecerá como defensividad, aparecerá como paranoia de
todo lo que pueda poner en cuestión mi si en condicional, ese si en
condicional contenía un no terrible. ¿Se entiende lo que digo?
Ese
no total que tiro por la borda, hace que lo que tiro por la borda,
siga viviendo en mi desconocidamente y me tenga anclado. Por eso,
negar la historia, el atropello con la historia, no es haberla
superado, es ser un esclavo de ella, estar condenado a repetirla. La
gente cree que el ser revolucionario es tirar el pensamiento del
pasado, sin haberlo pensado, es preso de ese pensamiento. Repite las
trivialidades que ya estarían superadas si las hubiera pensado. Su
negación a todo lo que hubo, es un esclavo de todo lo que hubo. ¿Se
entiende esto?
Por
lo tanto, la única forma de superar el pasado es hacerlo presente,
absorberlo hasta la última gota. Clavarlo de tal manera que se
destile en ti, se habrá negado porque se habrá transformado en otra
cosa, no porque se habrá descartado. ¿Entienden algo de lo que
digo?, no, lo digo de verdad. Vale en todo, vale en lo grande y vale
en lo pequeño. Este es el proceso del logos. El logos es
liberarse de ese proceso tan banal que dice, si si, entonces no no,
si no, entonces no si. Sino que ve en cada si, su no. Y que se atreve
a vivir el si, desde el no. Y el no, desde el si. Sabiendo que todo
es y nada es, simultáneamente y a la vez, y que entrando en esa
contradicción, se entra en el corazón de las cosas.
Esto
ya lo dije la clase pasada, lo vimos muy claramente, vimos como las
cosas, el atrás y el adelante empiezan en el mismo momento en el que
se marca un punto, antes de marcar el punto no hay ni atrás ni
adelante, no hay nada. En el solo acto surgen todas las diferencias,
por lo tanto, si hay un si, aunque uno no lo sepa, ya hay un no. Y
cuando uno no mira el no del si, ese no se transforma en el dueño de
la propia vida. Y cuando uno dice ¡no!, a todo aquello, y no ve el
si que hay en ello, en su propia negación uno está poseído por la
contención, la afirmación implícita de lo que está negando.
Ese
si que es capaz de ver el no, de acoger el no como su propio motor,
ese no que acoge lo que niega como su propio motor, este es el
pensamiento dialéctico, ni más ni menos. Lo habrán leído una y
otra vez, Giegerich habla de ello, la dialéctica no es fácil. Si,
porque nuestro pensamiento cotidiano es lo más antidialéctico que
existe...si es blanco es blanco y no puede ser otra cosa, si es si no
puede ser no...a lo más que llega ese pensamiento es....adónde hay
amor hay odio...no comprende la unidad y la transformación del uno
en el otro, simplemente los pone juntos, y no entre en la relación
que hay entre ellos. Sigue siendo un pensamiento estático, por ello
el mundo que se construye desde ahí es un mundo estático, es un
mundo muerto. Para captar la vida de la realidad, tiene que estar
vivo el pensamiento. Un pensamiento que se mueve, no que yo me mueva,
sino que se mueva él y me lleve en su movimiento, ¿entienden la
diferencia? Sigo.
Dice
así...me gustaría referirme a una diferencia análoga a una de
Heidegger....es importante esto...Heidegger...esto si que
es importante entenderlo eh, Heidegger, un gran pensador, siglo XX,
no hay pensamiento en el siglo XX aún, el que niega a Heidegger, que
no esté condicionado por Heidegger, otra vez su negación lo lleva,
o sea que, todo lo que pasa en el siglo XX y por supuesto en el siglo
XXI, ya lleva la impronta impepinable de Heidegger, ya no es como si
no hubiera habido Heidegger, a pesar de que hay gente que quiere
vivir como si no hubiera habido historia y todo está por descubrir,
pero es que la gente está marcada por la impronta, incluso sin
saberlo, de Heidegger.
De
la misma manera que esta gente está marcada por la impronta de un
bomba nuclear lo quiera o no lo quiera saber, de la misma manera que
esta gente está viviendo en un medio contaminado químicamente, lo
quiera saber o no lo quiera saber. De la misma manera que aunque esta
gente hable del pristimo dia de la creación, habla desde un lugar
contaminado, condenado a la extinción, donde hay millones de
especies que mueren, con una humanidad sometida en condiciones
deplorables de miseria, a pesar de que no lo quiera ver, todo lo que
ve, está visto desde ahí. Puede hablar de las cosas más
maravillosas pero su lenguaje lleva la tintura de lo que no dice.
Habla de temas bonitos pero su lenguaje lleva el rastro de todo el
terror inevitable, inexorable, que no quiere nombrar.
Como
dijimos en la clase pasada, semánticamente toca muchos temas, pero
su sintaxis, a pesar suya, ya es la sintaxis del tiempo en el que
vive. Por lo tanto allá hay una distancia entre, de lo que se habla,
y quién habla en uno. Hay como una mentira. Inadvertida sin duda.
Hay un desacuerdo, hay una neurosis. Se vive neuróticamente, aunque
no se sepa. La neurosis por lo tanto es la condición de un
pensamiento. Es una forma de pensar, por cierto una forma de pensar
muy común. Hablo de dioses, de estrellitas, de altarcitos y de buena
fe, pero vivo en un mundo donde si no jodes, te joden. Por supuesto,
no quiero ver que hago esto, pero vivo dos realidadades, la de todos
los dias, en un mundo vacío, competitivo, donde vivo en la
desconfianza de que ¡uy que me la van a dar!, ¡yo tengo que ser
listo, yo tengo!
Pongo
un ejemplo, además por lo que yo sé es de todos, un ejemplo muy
común, no dicho eh, yo soy buenito, buenito, pero a ver, yo que sé,
a lo mejor me la váis a dar, ¿cómo me aseguro el futuro?, tengo
miedo, con mis calculitos, pu pu pu pu,...¡pero eso no es mi
realidad!, mi realidad son los fines de semana, que hago un altarcito
en casa y medito, me siento un dios, no, hablo con los dioses
griegos, miro las estrellas, y digo....el primer dia del mundo es
hoy.... ¡digo eso!, y no me doy cuenta que ese fin de semana tan
maravilloso, sólo es posible por los otros cinco dias de la semana.
No son dos, es lo mismo, lo que lleva a vivir cinco dias, sostiene
eso. Lo que eso permite es soportar los cinco dias de la semana. Y
uno, en su fantasía dice, ¡ay si yo pudiera que los cinco dias de
la semana fueran como el fin de semana! Pero no pueden ser, porque es
posible el fin de semana porque hay esos cinco dias. A su vez, es
posible seguir con esos cinco dias porque hay el fin de semana,
romper uno es romperlo todo.
Pero
se vive neuróticamente, se vive una escisión, sólo que no se la
nombra. Se habla de dioses, de contactos, de fusión mística con el
todo, y no se vive eso. Los temas que me ocupan, digámoslo así, los
canales de la tele que miro, son los canales místicos. Sin embargo
los miro en una tele superdigital, con un mando que implica la última
tecnología, en medio de una casa construída en la sociedad
postindustrial, en medio de la catástrofe de la naturaleza y la
extinción de las especies, y la globalización, y la explotación.
En medio de ello, yo me miro películas ¡de budismo! ¿Lo ven? ¿Lo
ven al cuadro? No se coloquen en, el que está viendo la película
que está metido en ella, ¡mírenlo a él, mirar la película! No,
en qué está ocupada su mente, sean conscientes de esa conciencia.
No solamente en qué piensa, dónde está mientras piensa lo que
piensa. ¿Qué es lo que posibilita que piense eso? ¿Qué?, no de
qué se está dando cuenta sino de qué se está dando cuenta al
darse cuenta de eso. Al atender eso, ¿qué es lo que no está
atendiendo en esa atención?, ¿entienden?
Porque
van a la par. No son dos cosas, son la misma. La realidad es
contradictoria por lo tanto. Pillar esa, esa, esa tensión, eh, es
entrar en la cosa misma. Empezar a ver, ¡qué vivo está todo!, nada
es A o no A, nada es estático, a pesar de que al pensamiento
manipulador le vendría bien que todo tuviera un rótulo. Ah,
entonces, todo tiene un rótulo, el mundo va mal porque hay los
malos. Hay la codicia, los malos, y estamos los buenos, y ya está
todo explicado. Eh, y nosotros somos buenos, y nosotros somos
ecológicos, pero claro, el mal está en los malos, los hitleres, los
no se qué.
El
otro. El pensamiento de la alteridad sigue puesto afuera, sabiendo
que no se atreve a vivir su propia alteridad. Y todo lo que no se
piensa, se hace, se vuelve hecho. En Freud, que fue un genio, aunque
está superado, yo no asentiría, nada, literalmente, de lo que dijo
Freud, todo me parece equivocado, pero sin esa equivocación no
habría habido la marcha del pensamiento posterior. ¡Está bien! Es
contenerlo, no tirarlo al bote, pero no es afirmarlo ingenuamente.
Freud creó, y los psicoanalistas, quiero decir, los freudianos, y
todos sus descendientes, usan una expresión muy válida, cuando un
paciente no reconoce la fantasía que le habita, y por lo tanto no la
puede mencionar, porque está poseído por ella, la actúa. La
expresión es muy difícil de traducir al castellano, se dice Acting
Out, actuar afuera. El acting out no es una elección que tenga
el sujeto, es una compulsión, es un síntoma, no es algo que uno
elija, es algo que le posee a uno y uno no se da cuenta. Y está
viviendo en la realidad, como si fuera un escenario, el teatro donde
se actúa la fantasía. Por lo tanto lo que esa persona llame
realidad puede tener muy poco que ver con lo que las otras personas
llaman realidad, porque para esta persona la realidad es lugar dónde
se actúa su fantasía, no puede prescindir. Precisamente porque no
hay conciencia del inconsciente. El inconsciente si no es consciente
se vuelve realidad. ¿Lo entienden?
Compulsivamente,
sin tomar, no es ninguna maravilla que este inconsciente se vuelva
realidad. Es una cárcel espantosa. Por ejemplo, puedo sentir que
todo el mundo me acecha, que está contra mi, que me persiguen, que
hay, y la persona que hay en mi y vive eso, ¡lo vive!, no es que
juega a que lo vive, si juega a que lo vive ya no lo vive. Ahora,
¿qué está viviendo?, ¿realmente hay cámaras, realmente?, no,
pero en su Alma si que hay cámaras. El no reconocer ese estado de
observación compulsiva, le lleva a padecerla, a padecerla
li-te-ral-men-te. ¿Entienden esto?
De
ahí viene la formulación que tanto le gusta a Jung y que toma
Hillman, y que dice...el inconsciente crea realidad cada
día...Quiero decir, que cuando uno dice, el mundo es lo que es,
uno está viviendo en el mundo que ha creado lo que en uno es
inconsciente. ¿Cómo voy a luchar contra eso afuera si ese Out no
es más que la puesta en acción de lo que hay In, ¿comprenden?
Por eso uno se puede ir adónde se quiera ir a buscar ángeles, pero
adonde quiera que uno vaya, uno encuentra sus demonios. Porque no
están vistos en uno, y por lo tanto, actúan, aparecen en todas
partes, en todas partes. Entonces, aquello contra lo que yo lucho, me
posee. La lucha es afuera, donde está la representación de una
obra, que está enteramente en el Alma. ¿Se entiende?
Bueno,
esto son ideas, ya vienen de Freud, pasan a Jung, las retoma Hillman,
pero evidentemente, las destila, pero no las tira por la borda como
inútiles, que es lo que a muchos les gustaría, eh. A mucha gente
les gustó Jung porque creían que Jung era la negación simple, no
la negación dialéctica de Freud. Pero como con Freud tenías que ir
inevitablemente a la infancia, inevitablemente tenías que enfrentar
la fantasía sexual, mucha gente decía,...ay, me gusta Jung porque
en Jung hablamos de dioses y no pasamos por el sexo...claro, je je je
je, ¡gravísmo error!, porque cuando se encontraba con una auténtica
terapia de Jung, también había una reconstrucción de la infancia y
de la sexualidad. ¡No sólo eso!, pero había que pasar por aquí.
Así que esta idea de que,...quiero el espíritu para no tocar el
sexo,...fíjense que ese espíritu ya está sexualizado,
completamente. Bueno, hay gente que dice,...ay, quiero la psicología
imaginal porque es más hippie y menos rígida que la jungiana...Ese
hippismo de flexibilidad que buscas, muestra que estás actuando
exteriormente, una rebelión contra la rigidez que te posee. Va a
venir porque está en ti.
Este
proceso de re-conocer que, en lo que pienso, en mi conciencia de,
¡hay más que sólo mi conciencia de!, este es el devenir
auto-consciente. ¿Se entiende? Es básico.
Bien,
volvamos a Heidegger. Heidegger distinguió,...bueno, no Heidegger,
toda la tradición occidental, sólo que Heidegger lo puso
claro...dos planos, son planos que una vez ya uno los perciba ya no
es difícil mantener esa percepción, lo que es difícil es llegar a
reconocerlos.
El
plano de las cosas, el plano común, la vida común está llena de
cosas, tanto que se define el mundo como la totalidad de las cosas,
si, la gente cree que el mundo es la totalidad de los objetos, y yo
me voy y el mundo sigue porque siguen todos los objetos, y el mundo
es como un gran saco donde están las cosas. Bueno, esta es una
visión totalmente, ¿se entiende? Para ser más estricto, en
filosofía, más que cosas, se habla de entes, un ente es cualquier
cosa que sea, de todo lo que se puede decir que es, es un ente. Por
lo tanto la mesa es un ente, pero la luz también es un ente, puedo
decir, la luz es caliente, la luz es cálida, es rosada, es, y por lo
tanto es un ente. ¿Si? Los entes son de distintos tipos, hay entes
de naturaleza matemática, números, sería absurdo entrar en un
cuarto y encontrarme un número, ¿porqué?, porque el cuarto es un
ente de naturaleza física, pero los números son entes de otra
naturaleza, por lo tanto no los debo buscar en el plano físico, pero
son entes también. Esta visión de los entes, lo que, lo que,
digamos que todo lo que existe, en tanto que existe, es un ente.
Por
eso se dijo que la filosofía es la más abarcadora de todas las
ramas del saber. El físico estudia lo real en tanto que sometido a
las leyes de la física, lo demás no le interesa, no es que no haya
lo demás, es que no le interesa, define su campo de objetos, y se
aplica estrictamente a ellos. El astrónomo sólo se interesa por un
tipo de entes, los astros, su constitución y sus relaciones, lo
demás no existe, ¿no? Cada conocimiento define el tipo de objeto,
¿se entiende, no? Pero la filosofía es el más amplio, porque se
interesa por todo lo que es. No, en su ser estrella, ser número, ser
objeto físico, sino que le interesa, ¡sólo!, en tanto que es. O
sea que no me interesa la gente porque sean hombres o mujeres, ni
siquiera porque sean gente...como filósofo eh...me interesan, porque
son, eh. ¿En qué consiste ser? No en qué consiste ser un ser
humano, esto se llama una pregunta antropológica, los antropólogos
tratan de ver en qué se distinguen los seres humanos de los demás,
pero a nosotros no nos importa eso, nos importa el acto de ser, tanto
si es de un ser humano como si es de una mesa, si es de la luz, de
cualquier ente. No el ente mismo, sino el ser, del ente. ¿Entienden
eso, no?
Ahora
bien, el acto de ser, no es un ente más entre los entes. Hay muchos
tipos de entes, pero ¿el ser es un ente más entre los entes o es
algo que no es ente?, sino, todo ente es ente, por ser. ¿Entienden
la pregunta? Esto requiere un grado de pensamiento abstracto, es
fundamental. La pregunta por el ser es la característica de la
filosofía. Ya el mismo Aristóteles dijo,...la filosofía es lo
primero,...filosofía, primera porque pregunta por el rasgo
primordial, nada puede ser nada si antes no es, luego puede ser vaca,
puede ser cosa, puede ser luz, puede ser número, pero antes que
nada, es. ¿Y qué es, qué es? ¿Qué quiere decir que algo se es?
Pregunta muy difícil, y la mayoría piensa ¿para qué sirve?, pues
no sirve para nada. Y sin embargo no hubieran surgido las ciencias de
no ser por esa pregunta. Y vaya que las ciencias si que sirven, son
las máximas sirvientas del poder. No hubieran surgido si no hubiera
surgido esa pregunta, por lo tanto la pregunta en si, no tiene
utilidad. Pero toda pregunta utilitaria ya presupone, sin haberse
hecho cuestión, una respuesta determinada. ¿Comprenden esto?
Heidegger
vio que la verdadera cuestión de la filosofía, es más, él, esto
es discutible, él vio que toda la filosofía occidental desde sus
orígenes, ha consisitido en olvidar la pregunta por el ser, y en
quedarse atrapado por los entes. Y cuando, y distinguir los tipos de
entes, entes físicos, entes ideales, entes matemáticos, entes
concretos, pero al preocuparse por los entes, perdió de vista, el
ser. Es más, de repente el ser, en la historia de la filosofía, ha
ido ocupando inadvertidamente, el lugar de un ente, un ente por
encima de todos los entes. Por ejemplo, con el tiempo, se le llamó
“el fundamento”, el ser es el fundamento, pero luego se imaginó
que el fundamento era un tipo de ente muy especial, por ejemplo,
dios. Pero claro, dios, es un ente, quizás el mejor, el más
perfecto, pero un ente. El poner a dios como fundamento y decir que
esta es la última explicación, es olvidar el reino del ser para
tener una organización de los entes. ¿Se entiende esto?
Lo
que Heidegger vio, es que la pregunta básica, no es la pregunta por
el ente, sino por el ser, distinguiendo el ser del ente, porque están
en planos distintos. Si atendemos a los entes, ya no podemos captar
al ser del ente. El ser del ente, por lo tanto, no es un ente que
tenga que buscar mirando a los entes, ¿comprenden esto? La
característica bajo la cual aparece toda realidad, no depende de los
entes, los entes aparecen como aparecen, porque aparecen desde ya, de
una presupuesta,...manifestación, o suposición, de los que es el
ser. Por lo tanto, la pregunta por el ser, nunca se ha hecho
explícita. Distinguir la pregunta por el ser, de la pregunta por el
ente, distinguir estos dos ámbitos, es lo que en Heidegger llamó,
la diferencia ontológica. Preguntar por un ente, no es preguntar por
un ser.
Bueno,
voy a poner un ejemplo, claro, los ejemplos desnaturalizan, pero es
muy importante entenderlo. En clase esto ha estado desde hace muchos
años, eh, siempre ha estado. No lo he dicho, pero soy consciente de
que he estado en él, no en el discurso, no en el tema, pero sí en
la sintaxis, por lo tanto siempre ha estado. Un minutito. Cuando la
gente se pregunta, por una pregunta que luego entraremos en cuestión,
por el sentido de la vida, inadvertidamente espera que la respuesta
sea...una cosa...está rodeado de cosas, de cosas que pueden ser
bienes, personas, relaciones, ideas, aspiraciones,...todo eso son
entes...busca el sentido como si fuera un ente más entre los entes.
Pero es probable que eso que llama el sentido, no sea un ente que se
pueda añadir a, sino una mirada ante la cual, todo lo que aparecía
como ente, es transformado. Por lo tanto, no puedo encontrarme con un
sentido, como me encuentro con Juan Pérez a la vuelta de la esquina,
o como me encuentro con una ciudad desconocida, o como me encuentro
un objeto que perdí. Porque todos estos son entes. Y acaso lo que se
llama sentido, aunque gramaticalmente parezca un ente, nunca va a
aparecer cuando miro los entes. ¿Comprenden esto? Tal vez no es lo
que aparece en una perspectiva sino la perspectiva misma. El mundo en
es así, esto es un ejemplo, eh, pero así es cómo tenemos que
distinguir la perspectiva de todo lo que aparece dentro la
perspectiva. ¿Lo entienden este ejemplo, muy claro?
El
ser no es lo mismo que los entes, porque los entes es todo lo que
aparece, pero el ser nunca aparece como un ente más. Es lo que hace
posible que aparezcan todos estos entes. Una cosa es, descubrir más
entes dentro de la misma perspectiva, y más, y más, y más, pero la
perspectiva es siempre la misma, y otra cosa es que esa perspectiva
se transfigure de tal manera, que aparezca una visión tal, que lo
que veía antes, ya no existe. Hay una nueva perspectiva, y de
repente hay una nueva posibilidad de emergencia del ente. Esta
perspectiva no es un ente más que he cogido de los que había por
ahí, imposible, ¿entienden esto o no?
Sin
embargo cuando buscamos el sentido de la vida, los que lo buscan,
todavía creen que tienen que llegar a algún lugar, o tener algún
objeto, ya sea dios, que es el ente supremo, ya sea una pareja, que
es un ente, ya sea dinero, que es un ente, ya sea prestigio, que es
un ente. Pero siempre lo buscan, inevitablemente, dentro de una
perspectiva que nunca es puesta en cuestión. Buscan entes, y
permanecen por lo tanto, cegados para el ser. El ser, por lo tanto,
está en otro plano, no se puede ver la perspectiva cuando sólo miro
a los entes, sino hay que ¡mirar la mirada! ¿Comprenden? Mirar la
mirada no es mirar un ente más, sino que es como un salto atrás.
Esto, salto en alemán es sprüng, y original es ur, pero
ursprüng también quiere decir, origen y fundamento, por eso
Heidegger hace el juego de que, lo que se requiere es ¡un salto
fundamental!, no meter más cosas en el horizonte, sino un salto
atrás, que me hace caer en un suelo en el quizás ya estaba pero que
nunca había visto. Por lo tanto ya no es, seguir buscando, sino
comprender que toda búsqueda presupone un campo, y es el campo en
cuestión lo cuestionable, no lo que aparece en el campo, no es lo
cuestionable. Lo importante es discernir.
Si.
¿Qué me ibas a preguntar?
-(Pregunta
del público)
El
ente. Si. Es lo mismo. Lo ente, el ente también se puede decir, un
ente. Lo ente, es una manera de, es como decir, el ser humano, o lo
humano. Lo ente es una manera de hablar de la totalidad del campo de
los entes. Es una propiedad de cualquier ente, si, o de lo ente. Pero
siempre distinguiendo que no es lo mismo que hablar del ser.
¿Comprenden esto? Es muy difícil de puntualizar, un tema fascinante
y apasionante. Y por supuesto, olvidado, en el positivismo
científico. En el positivismo científico ya no hay ser, todo lo que
hay es puro ente. Y se, y no consiste en cuestionar la visión porque
nisiquiera hay conciencia de la visión, sino en el estudio de todo
lo ente que aparece para esta visión, que ya no se pone en cuestión.
Y el mundo se convierte en una cosa plana, en la que se colocan cada
vez más objetos, que se etiquetan, y se cree que se posee el mundo,
cuando sólo se está atrapado en una dimensión posible, que no deja
ser otro mundo que el que esa dimensión posibilita.
Para
la investigación científica sólo es objeto de ciencia lo que
cumple sus condiciones de experimentación. Lo que no cumple, no, no,
no es real, por lo tanto lo que la ciencia cuenta como real, es todo
lo que haya entrado en el campo de sus visibilidad. Pero ese campo de
su visibilidad no se pone nunca en cuestión, porque no es
científico. Claro, la física se pregunta por los objetos físicos,
no se pregunta por la física misma. La medicina se preocupa por los
órganos y por la salud, pero no encuentra entre sus temas, el tema
de la medicina. La química se pregunta por entes químicos, pero no
por la química misma. El única área del saber que se preocupa por
sí misma, fue la filosofía, la filosofía no solo se pregunta por
lo que hay sino que se pregunta por ella misma,¡por todas las formas
de saber! Ahí Giegerich insiste, dice que...la ciencia...no conoce,
sólo domina, sólo maneja, sólo controla...su famosa formulación
es...la ciencia no piensa. Claro, si lo tomas literal esto es
absurdo, la ciencia piensa, computando y calculando, pero no hace un
pensamiento que deje ser al ser, sino que, controla entes,
que sólo son posibles porque ya se está en un horizonte. Bueno,
¿lo entienden a esto, verdad?
La
misma diferencia quiere hacer Giegerich en psicología. Hablar de
entes no es hablar del ser. En psicología hablar de
seres humanos no es hablar del Alma. Por lo tanto, cada vez que nos
preocupamos de las personas, nos olvidamos del Alma. Cada vez que
atendemos al Alma, la persona deja de ser el punto central. Cada vez
que nos preocupamos por el ser, los entes, no es que no
existan, se retiran, para dejar aparecer un tema que ningún ente
puede sustituir. Cada vez que me centro en los entes, el
ser se retira evidentemente. Si me preocupo por los planetas
como un físico o un químico, ¡me preocupo por los planetas!, los
estudio para mandar un cohete a uno de ellos, el tema del ser ha
desaparecido, ¡no pueden estar a la vez! Pero cuando aparece el tema
del ser, el ente, se retira. ¿Se entiende esto? Bien.
Esto
es muy importante entenderlo, porque estamos hablando de planos
distintos. El plano del ente es el plano de las cosas. El
plano del ser es el plano de las visiones que hacen posible
las cosas. Por esto, hablar de ideas, no es hablar de gente, esto es
muy importante. La psicología quizás no tenga tanto que ver con la
gente, pero sí, mucho que ver con las ideas. Piensen que cada vez
que decimos...es un sentimiento, es un
impulso,..................estamos expresando inadvertidamente, una
idea. Sólo que, no hablamos de una idea, la damos por supuesto.
Caemos en los entes sin comprender que los entes aparecen
como aparecen, porque se está en una perspectiva que lo hace
posible. Y no se cuestiona la perspectiva, ¿entienden esto?
El
otro ejemplo que suelo poner yo, que es bastante interesante, no, es
relativo, es el cine, el cine es un fantástico ejemplo...cuando tu
ves una película, ves todo lo que aparece en pantalla,
evidentemente, pero en pantalla jamás aparece la cámara, que lo que
hace posible que aparezca esa imagen. Todo lo que ves, está captado
por la cámara, pero la cámara nunca aparece en la pantalla. Cuando
aparece, es porque hay otra cámara, no esa. Por lo tanto, una
película siempre está contada desde un sitio que nunca se muestra,
pero todo lo que se muestra, sólo es posible por el punto desde el
cual se ha enfocado. El punto desde el cual se enfoca, no es, nunca,
un elemento dentro de la película. Bien, el elemento que aparece en
la película, son los entes. Pero la cámara que hace posible
esto, no, no, es como ejemplo, es el ser. Por lo tanto,
preguntarte por el ser, no es lo mismo que preguntarte por los
entes. Preguntarte por los entes, no es preguntarte por
el ser. Son dos cosas válidas, pero hay que reconocer que hay
diferencia entre lo que plantea una pregunta, y lo que plantea la
otra. ¿Lo captan o no lo captan? Y es muy importante, bueno, sigo,
dice asi...
...me
gustaría referirme a esa diferencia como...y ahora lo, lo,...y
toda su obra lo contiene, la, la,...la diferencia psicológica, es
decir, la diferencia entre Alma y ser humano...Alma y Hombre,
hombre quiere decir ser humano, no varón, eh?...Alma y Hombre
“deben” distinguirse. El Hombre no es el Alma, y no la posee como
su propiedad ni tampoco como una cualidad, éste es el gran error de
toda la psicología. Así como yo tengo riñones, tengo manos, tengo
inteligencia, o belleza, o agilidad, son mis cualidades,...¡debo
tener Alma!...es como si el Alma fuera un ente más, entre los
que me constituyen y que yo tengo. ¿Comprenden esto? Lo que está
sucediendo es que el Alma no es un ente más, ni una propiedad
de un sujeto humano. En esto está siendo más fiel a Jung, que
nadie, ¡que el mismo Jung!, jeje...quiero decir, que Jung vió, y
traicionó su propia idea, que la afirmó, pero la contradijo en el
resto de su obra.
Pero
lo que hace Giegerich es ir ¡a fondo!, con esta visión, incluso más
allá y en contra de lo que el mismo Jung llegó a hacer, porque Jung
habló de un Alma objetiva, habló del Alma como no propiedad de
nadie, habló de que el ser humano y todo lo que vive, está en el
Alma, y no el Alma en las cosas, ¡lo dijo!, pero nadie se lo tomó
en serio, ¡nadie! Todo el mundo juega con eso, hasta los propios
jungianos. Todo está en el Alma hasta que topo con la realidad,
entonces, la realidad no está en el Alma, el Alma se vuelve en un
adentro, ¿un adentro de quién?, pregunta, jejeje,...¿mio,
tuyo?...por lo tanto lo real soy yo, y tu, en cuyo adentro hay una
cosa llamada Alma, esto es, el Alma deja de ser objetiva, pasa a ser
una cosa del sujeto. Pero incluso cuando uno lo quiere afirmar, como
objetivo, un incosciente que nos contiene, siempre se choca con...la
realidad. Ahora bien, si el Alma es lo inconsciente, que tiene una
realidad fuera de ella, entonces la realidad no está en el Alma,
¿no?, sino que hay, el mundo del Alma, y su límite, fuera del cual,
hay una realidad. Pero la afirmación original es que, ¡todo está
en el Alma!, pero de repente encontramos u “fuera del Alma” que
no está en el Alma. Hay una contradicción. Y luego los psicólogos
jungianos tratando que te adaptes a la realidad, una conducta
adaptada, por ejemplo, no puede ser que con cuarenta años vivas como
un púber, has de ser maduro, y su idea de madurez, ¿cuál
es?, ¡la adaptación a una norma!, pero...¿cómo el Alma puede
adaptarse a algo que no sea Alma? Entonces eso que no es Alma, que se
da por supuesto, es considerado como lo más importante, aunque no se
diga, hay un doble estandart, por un lado se dice que lo importante
es el Alma, pero por el otro lado se insiste en que eso llamado Alma,
debe funcionar de acuerdo a algo que no es Alma, ¡es la realidad!
Estoy poniendo muy claro, lo que nadie ha dicho claro pero que está
ahí, ¿no?, cualquiera que quiera verlo, lo ve, hay que ser muy
obstinado para negarlo. Tanto que hasta quieren transformar los
sueños, que son fenómenos del Alma, en significadores de cosas que
están fuera de los sueños. Por lo tanto el valor de un sueño se
mide por su supuesta correspondencia con una supuesta realidad
extra-psíquica, ¡esto es una contradicción! Por lo tanto ¿hay una
realidad “fuera de” el Alma?, ¿y cómo sé que hay una realidad
fuera del Alma?, ¿cómo puedo hablar de lo que hay fuera del Alma,
si yo estoy, y cada uno de Uds., teóricamente, en medio del Alma?,
¿cómo en medio del Alma puedo hablar de un fuera del Alma?, ¿cómo
un pez, dentro de la pecera, puede tener la experiencia de que hay un
fuera de la pecera? Yo sí que puedo hablar de un fuera de la pecera
porque yo no estoy dentro de la pecera, veo al pez, porque estoy
fuera, pero si yo fuera el pez, contenido en la pecera, ¿cómo puedo
hablar de un “más allá” de la pecera?, si estoy totalmente
dentro, incluso mi imagen de un fuera de la pecera sería una imagen
“desde dentro.”
Si
llevamos este pensamiento, lo ponemos explícito, lo ponemos en
marcha, vemos que es un pensamiento, que se contradice. Y en lugar de
detenernos, ¿porqué no entramos en esa contradicción y lo pensamos
más? La mayoría lo que hace es..¡ah!..bueno, de alguna manera, era
la sicronicidad, tiene que haber un sistema,...¡no lo voy a pensar!,
¡ya está!, jejeje...bueno, pero ahí, no es el pensar, es que has
cortado, algo en ti ha dicho, ¡basta! Pero el pensamiento sigue,
está ahí, ¡quiere ser pensado!, ¡el pensamiento está ahí!, tu
no lo vas a llevar adónde tu quieras,...el tema está en...¿cómo
has perdido el amor, la curiosidad, en saber lo que realmente cuente
este pensamiento?...si esto pasa, ¿qué te ha pasado?, ha sido
como...¡un espasmo!...bueno, mira ese espasmo, porque algo en ti se
ha soltado, hay una defensa. Hay un acting out, se ha vuelto
acción algo en ti que no se ha formulado, ¡se podría formular!,
pero algo no quería formularlo, hay una huída del pensamiento, una
huída del Alma, y así y todo, no hay huída del Alma, sólo el
intento de una huída, que sigue dentro del Alma...hay una detención
de la “psico-logía”,...en ese momento vuelves a la realidad
común, a la visión de los entes, al olvido del ser, y
ya eres tecnológico. Bueno, ya pasa, ya somos así, no podemos vivir
todo el tiempo, psicológicamente. Pero en ese momento, no es que el
tema desapareció, nosotros hemos desaparecido. Es bueno darse cuenta
de estas...desapariciones. ¿Qué pasa en mi que desaparece?, ¿qué
pasa en mi que no está al tanto?, generalmente hay un miedo, y donde
hay un miedo, ya hay una presencia, se está a las puertas del
descubrimiento, si, pero como ya saben todos los psicoanalistas,
cuanto más cerca se está de derribar la defensa, es cuando aparecen
todos los mecanismos de protección,...me aburro,...no avanzo,...dejo
el análisis, me distraigo, me surgen problemas, tengo que hacer otra
cosa. Todo psicoanalista lo sabe, que cuando el proceso se acerca,
surgen todos los obstáculos. Se llaman defensas. Algo se defiende,
algo se defiende contra la verdad, el supuesto paciente que quiere
curarse, defiende la enfermedad, finalmente, el paciente es la
enfermedad. Por esto se defiende ¿no?, es como, ¡yo!, me defiendo.
¿De qué? Supuestamente yo sufro por el síntoma, sin embargo, ante
la ¡inminente!, emergencia, surgen todos los mecanismos
reactivos,...¡ay, me olvidé de la consulta!, porque tenía que
esto,...¡ay, fui para la consulta!, pero el autobús no sé
qué,...¡ay, no me alcanza el dinero!, siento que esto está
estancado,...postergo un dia, postergo dos,...y en poco tiempo, se
abandona. Naturalmente, el psicólogo experto lo sabe antes que el
paciente, sabe que va a pasar, el paciente, luego dice, ay mira,
fijate, y el otro, podría haberlo visto cuatro meses antes, que ya
empezaban las conductas re-activas.
Bueno,
esto, que es un ejemplo, nos ocurre a todos nosotros, en el momento
en que algo en nosotros se defiende. El tema es, puedes darte cuenta.
Pero requiere un compromiso contigo, hay algo que quiere tirar la
toalla, ¿porqué quiere tirar la toalla?, ¿qué se defiende?,
porque el pensamiento está, el pensamiento, aunque tu no lo pienses,
se sigue pensando, todo el tiempo. De ahí la afirmación de
Giegerich,...el Alma, no yo, el Alma,...piensa siempre. Pero nosotros
desconectamos, desenchufamos, cambiamos la sintonía, nos olvidamos,
pero estamos viviendo aún sin saberlo, ese pensamiento, que al no
ser explícito, se acting out. ¿Se entiende? Vivimos la
realidad que vivimos porque es la actuación del pensamiento
no pensado.
Menos
pensado o más me ocupe de otras cosas, no va a dejar de ser menos
real, más real será, pero, menos comprendido. Más neuróticamente
real. Será real pero yo lo atribuiré a los otros, a la mala suerte,
a,...lo que los jungianos llaman la proyección de la sombra.Y
diré, bueno, yo tengo razón, pero las cosas son como son porque hay
malos en alguna parte. Este pensamiento que no se atreve a enfrentar
su contradicción, ve siempre “contras” efectivizadas en la
realidad...los malos, mi papá, mi mamá, los codiciosos, los negros,
los homosexuales, los indisciplinados, los hippies, los musulmanes,
los,...siempre ve la contra, semánticamente,...pero no entra en el
proceso de la contradicción sintáctica, que hay algo que no quiere
revelar. Y bueno, no entra, en contradicción allí, pero vives
contrariado,...es que no hay alternativa,...¡no hay salida del
Alma!, aún cuando los mismos jungianos se imaginen que hay una
realidad, ¡no hay salida del Alma! Esto es la coherencia con el
espíritu jungiano, ¡no hay afuera! Si hay un fuera del Alma, está
en el Alma mismo. El Alma tiene su propio afuera, ¡dentro! Creer que
el Alma tiene un fuera, fuera de ella, es creer en el pensamiento que
separa cosas, eh, el pensamiento normal, la lógica vulgar, no la
lógica aristotélica, no, un cuarto y un fuera del cuarto, el fuera
del cuarto no está en el cuarto.
Pero
claro, con esto ya supone, extensa, el Alma ya es extensa, hay una
zona dentro y una zona fuera, pero el reino de la extensión, es el
reino de los entes,...para ver el ser de los entes,
se requiere un cambio de perspectiva. Ya no moverte en la
horizontal, sino en la vertical. Y ves el plano de los entes, y
aparece otro plano. Tal vez el Alma no tiene un fuera, horizontal,
sino que ese es un ente que imagino como un ente distinto,
pero sigue siendo un ente, sino un cambio de perspectiva. Y en
el cambio de perspectiva, el Alma puede hablar de un afuera, pero que
no es un afuera, literal, sino que es un “más adentro” del Alma.
Y entonces el Alma se transforma en aquella cosa que se puede pensar
pero no imaginar: en aquello que tiene su “fuera” dentro de si, y
no su “fuera” fuera de si. Fuera de si, es, no dialécticamente,
¿no?, hay un dentro separado de un fuera, y el fuera no está
dentro, y el dentro no está fuera, ¿se entiende esto?, en lo común.
Y en cambio hay un fuera, contenido dentro. No es un fuera espacial,
sino que es un salto lógico. Fuera de ese plano, hay más Alma, pero
ya no en ese plano, ese plano ha conducido a salirse de ese plano.
Para entrar más en el Alma, el fuera del Alma, es más dentro aún,
del Alma. Pero cuando se está en un fuera del Alma superficial, uno
se imagina un fuera que ya no es adentro, y uno está atrapado en una
superficie que es, el dentro de esa superficie o el fuera de esa
superficie. Si uno entra en el Alma descubre que tiene un fuera de
ese plano, que es un más dentro. Este es el pensamiento lógico que
la imagen no puede captar...algo que tenga su exterioridad dentro de
si mismo y no fuera, algo que sea a la vez, su propio exterior y su
propio interior...esto es pensamiento dialéctico. Bueno, leo un
pelín más y acabo. ¿Entienden algo de lo que he dicho?, ¿qué
hora es?, ¿y media de qué?, ¡ah bueno!, lo que corresponda.
Dice...
...obviamente
el hombre no es el Alma y no la posee como su propiedad o su
cualidad, puede tener Alma y sin embargo, también puede
perderla,...¿se entiende esto?...yo puedo tener corazón,
literal, pero no puedo perderlo, porque si pierdo el corazón yo ya
no estoy vivo,...por lo tanto, si tengo Alma pero la puedo perder, el
Alma no es una cosa como un corazón,...que puede ir y venir,...¿se
entiende esto no?...un hecho al que los primitivos se referían como
la pérdida del Alma...Obviamente el Alma es algo que el mismo ser
humano, no es sino algo que puede tener una relación con él, y si
está operando en él, puede dar a su vida prosperidad, interioridad,
sentido...esto...es muy joven este Giegerich...luego, esta misma
frase, va a mostrar que tiene tela y retela, pero bueno, de entrada
si...con esta distinción no se supone que el Alma esté
separada del ser humano y como una hipóstasis...es decir como
una sustancia en otro plano, como un ente de otro plano,...se
construya como una realidad entre otras entidades, como un segundo
ser humano invisible por ejemplo, además del primero visible,...es
decir, si yo viera el Alma como un otro ser, todavía me movería en
el reino de los entes, y a los entes visibles le añado
entes invisibles, y a las cosas que ya veo le añado más
cosas, pero la perspectiva sigue anclada en las cosas. La usual
mirada psicológica hace del Alma una cosa más entre las cosas.
Por
mucho que la llame invisible y la llame en si mismo, entre esa mirada
que hace del Alma una cosa invisible, y aquella mirada que hace del
Alma, el cerebro, no hay mucha diferencia. La única diferencia es
que el cerebro es medible y visible, y el Alma se supone que es ¡una
cosa como un cerebro!, pero no visible. Fíjense que aunque aparezcan
tan distintas, se mueven en la misma perspectiva, un reino que sólo
ve cosas, pero no ve las visiones, ¿lo comprenden?, está atrapada
en esa estatura, en ese horizonte de, hay antes, hay ahora, hay
después, pero no hay...cambio de plano.
¡Cambio
de plano! Este cambiar de plano es el gran salto psico-lógico. Por
lo tanto si tu sigues en el plano de las cosas, no puedes hacer
psicología, porque lo que tu llames Alma, será una cosa más, de
las que sigues viendo en tu horizonte rutinario. El Alma, por lo
tanto, no es un nuevo objeto, sino un salto al que el horizonte ha
desaparecido como tal, y aparece una dimensión ¡imposible!, en el
plano habitual. El alma no es una cosa nueva, sino un horizonte ante
el cual se revela un mundo.
Fíjense
cómo tener una relación con el Alma que es un símbolo, claro que
da profundidad a la vida, no porque el Alma sea una cosa, como una
bomba neumática, me la pongo y me doy aire, chichichichi, no, el
Alma no es una cosa más, el Alma es una dimensión que me arranca de
una realidad y hace visible otra. Y no es una dimensión hacia
delante o hacia atrás, chas, es un salto, absprung, el salto
original del que hablaba Heidegger. ¿Entienden algo de esto?
Dice...esto es muy importante,...aqui sí que es ya Giegerich, eh,
esta distinción de Alma, de gente, esto, eh, dice...
Más
bien, es posible concebir el Alma, como una cualidad o una modalidad,
o mejor aún, como una tarea,...tarea,
no como algo que ya existe, un qué, sino, una tarea, una tarea no es
una cosa, ¿se entiende?, yo puedo ver un camino, pero recorrer el
camino no es una cosa que esté al lado del camino...volvemos otra
vez...veo el camino, me veo en el camino, a mi, pero no veo recorrer
el camino, ¿dónde puedo comprar el recorrer el camino, eh?, ¿qué
objeto tengo que comprar para ya tener el recorrer el camino?, no, el
recorrer el camino no se tiene, se hace, o no se hace, pero no está
a la venta. El camino sí está, tú también, recorrer el camino es
un hacer, no es un objeto, ¿si? Pero la mayoría quiere comprarse un
recorrer el camino, compro tal libro, que es ya, recorrer el
camino...yo recorrí el camino porque leí tal libro,
jejeje,...practico tal acto de fe, ya recorrí el camino,
jejeje...no, aquí Giegerich le está siendo fiel a Hillman...hacer
Alma, el Alma no está dada, el Alma se hace,...o
se des-hace, ¿se entiende esto?
Por
lo tanto el Alma existe en la medida en que se está ahí, ¿adónde?,
en el otro plano. Y en la medida en que ese plano desaparece ya no
hay Alma. Hay entes, hay
cosas, hay personas, hay familias, hay hombres, hay mujeres, hay
violencia, hay género, hay riqueza, hay crisis, hay pobreza, hay
sociedad, ¡pero no hay Alma! Cuando aparece el Alma, todo eso
desaparece, pffffffh,...todo eso queda subordinado a una dimensión
que no es ni sociológica, ni antropológica, ni física, ni química.
En cierto sentido, esta psicología se parece a la filosofía, con
una diferencia, Giegerich diría, es psicología, es filosofía
negada y transformada, pero la contiene. La diferencia es que un
filósofo trata de descubrir la verdad independientemente del
fenómeno presente, es decir, elabora una teoría, el psicólogo toma
lo que aparece y en ello mismo entra en su lógica, parte de un
síntoma, parte de una actitud, parte de una patología, parte de lo
que se presenta. Y no busca un sistema que lo explique, busca que lo
mismo que se presenta revele el sistema que lleva incorporado. No
trata de aplicar a lo que hay, una idea, sino trata de que lo que hay
muestre la idea que le habita. ¿Se entiende? Muy, muy importante.
Por lo tanto hacer psicología es una actividad, no tener un sistema
teórico que lo explique todo. Pero en esa actividad hay,
evidentemente, un hacer filosofía, no un practicar tener una
filosofía, no, poner, en el mismo proceso de dejar ser, una
revelación filosófica, ¿se entiende?
En
este sentido para él, toda la psicología lo contiene todo, y
volvemos a la afirmación antigua,...en todo lo que se hace, hay una
afirmación del Alma. Al fin y al cabo, ¿de dónde salen las
ciencias?, ¡salen del pensamiento!, por lo tanto, aunque el químico
no estudie el pensamiento, ¡su propia teoría es una expresión del
pensamiento! A un psicólogo en el sentido de Giegerich, le puede
interesar la química, no como a un químico, sino la química como
expresión del Alma. Entonces, no hay tema que no pueda ser tratado
psicológicamente, lo que hace a la psicología no es el tema, sino
la perspectiva. ¿Se entiende eso que he dicho? Si no se está en la
perspectiva psicológica, toques el tema que toques, no es
psico-lógico. Pero desde la perspectiva psicológico, no hay tema
que no sea una auto-revelación del Alma. Por lo tanto en cierto
sentido lo contiene todo, hasta lo otro de la psicología, su otro
está dentro y no fuera, jejeje.
Como
en el Alma, el otro del Alma está en el Alma y no fuera del Alma, lo
otro de la psicología, también está en la psicología, no fuera de
la psicología. Lo que hay fuera de la psicología ya no es
psicología, es la mirada no psicológica. Pero que esta mirada no
psicológica, ¡sí que es un tema de la psicología! ¿Lo comprenden
eso? No hay escapatoria. En cierto sentido, no podemos dejar de vivir
en, a través, y por medio de, la conciencia, incluso cuando
dormimos. Incluso cuando sentimos, sentimos a través de la
conciencia. Incluso cuando decimos “mi cuerpo”, ese cuerpo es una
expresión de la conciencia. Ya no somos perros ni gatos, esto lo
expliqué y lo vuelvo a insistir, el perro no tiene un cuerpo, no hay
distancia entre él y su cuerpo, pero yo puedo decir “tengo un
cuerpo”, y puedo decir “soy tenido por un cuerpo”, luego en mi
experiencia hay una distancia insalvable, y lo que experimento no es
cuerpo, sino la idea del cuerpo, la conciencia del cuerpo. Esta
especie de...de esta época...querer aumentar la sensibilidad del
cuerpo...es una huida...del pensar. Es una especie de defensa,
pensando que, si toco, no pienso. Y es pensamiento, es miedo de
pensar, el pensamiento que se expresa en el cuerpo. Es un síntoma
propio de una época plana que cree que hay, o pensar, o tocar, y no
descubre que el tocar es una forma de pensar, de la misma manera que
pensar es una forma de tocar.
Les
voy a contar una anécdota, y así cortamos...hace poco en la lectura
de...creo que la conté ya...una chica, bueno, normal, inquieta, en
busca del auto-conocimiento, la auto-realización y todo eso, que no
dice gran cosa pero ya te puede dar una tipología...en un momento
esta chica dice, estoy harta de pensar, sobre literatura, historia y
todo eso,...yo quiero ¡vivir!...en, como si hubiera una opción,
como si pensar fuera una cosa y vivir fuera otra cosa, esa opción
sólo está en su mirada, y como mira así, está en un mundo
escindido donde si se vive no se piensa, y si se piensa no se vive, y
eso es el pensamiento en el que está atrapada
inexorablemente,...entonces me dice, fíjate, que he tenido un sueño,
era un bebé que era sólo cabeza, y he entendido que tengo que
desarrollar cuerpo, yo quiero por lo tanto, tocar, sentir, chun chun
chun, pero no pensar, no pensar, no pensar, jejeje...a mi me daba la
risa la verdad, porque dije, ¿no has pensado que tu sueño te dice,
no que huyas de la cabeza supuesta, al cuerpo, sino que, la cabeza
necesita cuerpo?, no es un cuerpo opuesto a una cabeza sino una
cabeza que tome cuerpo, no es un cuerpo sin cabeza sino, un cuerpo
con cabeza, por lo tanto la unión no consiste en escindir aún más,
sino que tu sueño te pide que esa cabeza llegue a tierra, tenga
cuerpo. No irte a un cuerpo para huir de la cabeza, ¿lo entienden
Uds.?, esto es un salto lógico, esto permite ver que lo que se
quiere pensar separado, y se pone, uno al lado de otro, como es un
pensamiento en profundidad, que coexiste, pero al no enfrentar su
existencia se los pone en cuartos separados, en el mismo plano, el
cuerpo aquí, la cabeza aquí, y en realidad es el cuerpo y una
dimensión que ese cuerpo no tiene y que no está al lado del cuerpo,
y es que el cuerpo llegue a hacerse cabeza, una cabeza que no pide al
lado un cuerpo, sino profundizar en su dimensión hasta adquirir
cuerpo, pero claro, lo que yo le estaba proponiendo es un salto, ya
no seguir en compartimentos estancos, una cosa al lado de otra, que
es una forma de evitar el pensamiento dialéctico, sino que ver que
son una y la misma pero con diferentes planos de profundidad. No me
entendió, no me entendió,...bueno en el momento si, pero luego me
dijo por mail, eres un tío muy inteligente, y me sorprende tu
habilidad, pero yo voy a por el cuerpo...pero ha pasado un año, y me
acaba de pedir una consulta, parece que, no se puede salir del Alma,
por mucho que quiera salir corriendo a un supuesto cuerpo sin Alma,
jejeje...no se puede.
El
otro ejemplo lo conté hace años en el curso de astrología pero lo
vuelvo a repetir, es del mismo Giegerich, aquella anécdota de
Sócrates, que es verdad,...Sócrates es un gran filósofo ¿no?, que
hablaba con el daimon...ya
presentirán Uds., que lo que está diciendo Giegerich es que el
daimon y el ego, no pueden estar el uno al lado del otro, sino que
están a la vez pero en planos distintos,...y que cuando el ego dice
que busca al daimon como quien busca una nevera, como quien busca
un...sigue poniendo todo en un plano para evitar la
contradicción,...de que sólo se accede al daimon en la profundidad,
y no mirando más adelante o más atrás,...coexisten,...en la
dialéctica no hay el uno o el otro, sino la coexistencia en
distintos planos,...poder pensarlo todo, a la vez. Es más difícil,
pero es que sale la vida, la vida presente ya. Bueno, el ejemplo es
este, lo pone Giegerich...
Sócrates
un dia oye a su daimon, el daimon le dice a Sócrates...deberías
hacer más música...esto ya lo
conté en un curso de...pues Sócrates entonces se compró
una flauta y empezó a tomar clases de flauta, pero le salía
horrible...jejeje...y lo que
hace observar Giegerich es que Sócrates escindió, creyó que una
cosa era hacer música y otra cosa era hacer filosofía, y hasta que
terminó por darse cuenta de lo que el daimon le decía, es que su
filosofía debía ser más musical, es decir, debieras hacer música
cuando filosofas. El pensamiento literal, el que nunca entra en el
corazón de la historia, el pensamiento manipulador, calculador,
aniquilador, nihilista, tecnológico,...¿qué somos?,...piensa:
filosofía es una cosa, hacer música es otra,...las pone a un lado,
si voy a un cuarto dejo el otro, no se le ocurre pensar, que se puede
filosofar musicalmente, y se puede hacer música filosóficamente. No
es “lo uno o lo otro”, es “lo uno en lo otro” ¿Se entiende
esto?, fíjense como se enriquece todo cuando uno puede dar ese
salto, salir de esa falsa opción que pone todas las cosas en un
mismo plano, y comprende que todo es Alma, ¡todo!, está ya en ello,
y tu también. Bueno, aquí paramos, les voy a dar un descanso. ¿Qué
hora es?
Me
voy a someter a las preguntas que quieran. Sobre esto. Son
bienvenidas. No quiero seguir porque me da la sensación...pero sí
podemos seguir aquí...pero lo que no quiero yo es avanzar más...pues
no...me parece que hemos hecho algo importante,...hay que respetar
esta,...hemos adquirido conciencia de la diferencia psicológica, eso
no hay que perderlo, pero sí podemos aclarar lo que
quieran,...comentar lo que quieran, poner los ejemplos que quieran,
de lo que ya vimos, de lo que no hemos visto, de lo que les inquiete,
de lo que sea. Sería bonito que entre Uds., hablaran de estas cosas,
¿no?, no sé, el sueño del conocimiento es ese, ¿no? Hay un grupo
de gente que le interesa un tema, son todos muy diferentes, bueno,
han tenido la experiencia del tema, ¿cómo puede ser que se acabe la
clase, ¿se acabó la clase? ¿Fin? ¿Cambio de chip? El tema dado
es...jejeje...pero sería bueno decir, pues a mí me parece esto, y a
mí me parece aquello,...ratatata,...porque el pensamiento no tiene
mente, el pensamiento discurre a través de todos,...no es mio...es
el pensamiento,...la pregunta que tu haces no me pone en cuestión a
mí, le pone en cuestión al pensamiento y lo pone en marcha, lo
enriquece, si lo refutas porque lo obligas a dar la vuelta, si lo
confirmas porque le muestras un cariño...es común, es la
actividad,...es lo más común de todo,...entonces cuando la gente
quiere retirarse a su sentir, está pisoteando la raíz de...cuando
la gente quiere tener su experiencia privada, mi cuerpo, lo que yo
siento, se está aislando en una burbuja, que es lo menos humano,
porque lo único que el ser humano tiene, que no tiene ningún
animal, es justamente esta posibilidad de acceder al elemento
universal, que lo que piensa, es de todos. No de uno. En lugar de
cerrarse en la particularidad separadora, aplanadora, cosificadora,
como mi gato, que también siente, que también come, también
quiere, también sueña, pero no lo puede compartir,...nosotros
podemos entrar en la corriente universal, y ser entrados por ella. Es
un plano, claro, donde no entro yo...mis sentimientos son mios,...mis
deseos son mios,...pero la verdad no es mia,...este camino se hace
colectivamente, aunque lo haga yo solo, no lo hago como yo. Lo hago
como el, el pensamiento que habla tras mio, el mismo que habla a
través mio. ¿Se entiende lo que yo digo?
Lo
digo seriamente, es decir que, se puede vivir ahí, no hay que pensar
que si vivo no pienso, si pienso no vivo. Porque lo único que haces
es vivir una vida que no se piensa, o pensar un pensamiento que no se
vive. Pero se puede pensar un pensamiento que se vive, y vivir una
vida que se piensa. Los dos, unidos. Una vida transfigurada por el
pensamiento, un pensamiento encarnado en una vida. No son opuestos.
No es que, si piensas estás en este cuarto, si vives en este otro,
este es ponerlos en el mismo plano. Es no observar los cambios de
profundidad. Se puede vivir profundamente, esto es pensar. Se puede
pensar encarnadamente, esto es vivir lo pensado. Y por supuesto, se
pueden separar, se pueden separar pero no se separan, la persona que
cree que están separados, vive e irreflexivamente, piensa
desencarnadamente, pero no puede evitar que lo uno y lo otro, se
toquen. Quiere separar lo que en su propia vida se muestra como un
pensamiento no vivido, ineficaz, no vital, y una vida irreflexiva.
Pero no es que la vida sea irreflexiva, una vida irreflexiva es la
relación determinada con un pensamiento, que lleva una vida no, no
pensada, sino, mal pensada. No están nunca separados, no hay
pensamiento sin vida, no hay vida sin pensamiento,...son distintos
planos de lo mismo. Cuando los separas simplemente estás acting
out, una tensión que en tí no
se sostiene, y aparece fuera. Y entonces buscas vidas sin pensamiento
y pensamientos sin vida, que no los vas a encontrar, que no los hay.
Pero en tí se separa afuera lo que no es sustentable interiormente,
pero van siempre a una. Ahí estamos mostrando que el problema que
aparece, pone afuera, semánticamente, un tema sintáctico. Siempre
es así. Esto casi podría ser una realidad, el problema semántico
no se resuelve semánticamente, sino que, si se entra en ello, puede
transformar la sintaxis, y de repente ya no existe más como
problema. Por lo tanto, aquella frase de Heidegger que he puesto en
el blog, que por supuesto Giegerich está totalmente de
acuerdo,...preguntar es hacer un camino en una dirección
en la que la respuesta, si aparece, no consiste en una nueva
afirmación, sino en una transformación entera del
pensamiento,...por lo tanto la
respuesta no es un ente entre
los entes, sino una
emergencia del ser que
cambia toda la perspectiva. Y uno dice, encontré una respuesta, no,
desapareció la pregunta, no encontraste nada, has sido llevado a
otro sitio. Un sitio antes inaccesible en el cual esa pregunta no
existe. Naturalmente, hay otras, ¿comprenden?
-(Pregunta
del público)
No,
se puede uno imaginar. Si yo te dijera que, el Alma es
pensamiento...¿cómo se puede pensar sin Alma?...se puede, puede
tenerse la ilusión de un pensamiento sin Alma, que ya es
manifestación de una determinada relación con el Alma, podríamos
decir, de una relación muy floja con el Alma, de una relación que
se basa en huir del Alma, pero el “huir de” sigue siendo estar en
relación con, y da un tipo de pensamiento, ¿se entiende?, no están
separados. Es decir, por el pensamiento, si en tu sintaxis existe
esta capacidad de captar, en el pensamiento se percibe el Alma, y en
el Alma el pensamiento. Mientras la persona dice no, yo pienso de una
manera pero mi Alma es eso, eso que dice muestra su pensamiento y su
Alma, no en lo que dice, es exactamente a veces lo opuesto a lo que
dice, jejeje... te está diciendo que es así, pero en el decir que
es así, está revelando lo que es, que no es lo que dice, pero que
está en lo que dice. Curiosamente no en lo que está contando sino
en la articulación. Quiero decir que siempre hay un pensamiento,
siempre hay una articulación, siempre que dices verbal o
interiormente algo, hay un pensamiento, siempre. Que no lo sepas, que
no lo explicites, que no lo atiendas, no quita que no sea un
pensamiento.
De
la misma manera que hay contaminación de la atmósfera, que no lo
sepas, que no te importe, que te dé igual, es cosa tuya, pero la
hay,...y aunque tú digas, ay pero mis tomates son maravillosos, si,
si, pero con agua contaminada, no la ves, pero ya no estás en el
primer día en que no había contaminación atmosférica, móntate la
película de que vives así, pero es una película. No importa que no
lo sepas, estás ahí, y tendrás los síntomas, y tus tomates
estarán contaminados, y te saldrán las pestes que te saldrán,
aunque tú no lo entenderás, y lo buscarás en algún malo, en el
vecino que te hizo mal de ojo, en tu papá que te pegó cuando eras
niño, en un espíritu. Pero está en el medio, que nunca has
reconocido pero en el cual estás viviendo, aunque lo niegues. Hasta
tu negación está en el medio. ¿Se entiende?
¿Ven
porqué es importante darse cuenta? No cambia lo que hay, pero lo
cambia a uno completamente. Se acabó el acting out, se
acabó la repetición, se acabó la misma piedra, se acabó la
amargura, se acabó la esperanza, se acabó la lucha, se acabó la
batalla, pero aparece un mundo, inagotable, y ante el cual, todas
estas cosas, que te las vuelves a encontrar, han cambiado de color.
Son y no son las mismas. Vaya, esto es el secreto de la eterna
juventud, jejeje, no es tu eterna juventud, es la eterna juventud del
Alma, del pensamiento, de la manifestación de la verdad. Uno
envejece porque no ha desconectado de ello, no es la vida la que no
está, es uno que se ha ido a vivir muy lejos de la vida, que también
es una forma, cuidado, porque en ese alejarse, se está viviendo todo
lo necesario que te lleva a pesar tuyo, a tener que acercarte. Ya ven
como la negación contiene la afirmación. Incluso cuando te alejas
vives una sequedad, vives un vacío, que ya es un llamado. Aún
cuando no lo respondas, sigue estando, es decir, cuando te alejas,
también te acercas, de otra manera, pero te acercas. ¿Se entiende?
Es
tan la fuente de la vida, que hasta cuando te alejas, se manifiesta
su poder, ¿cómo?, envejeciendo. Lo mismo que envejeces, es lo mismo
que rejuvenecer. No es que hay un remedio para rejuvenecer y otro
para envejecer, es lo mismo, es lo mismo. Y otra vez, es y no es la
misma cosa. ¿Lo entienden esto?
Una
vez que uno puede pensarlo, que implica dejar atrás muchas
convicciones, y dejar atrás muchas definiciones rígidas, ¿no?, es,
entra, entra el asunto, déjalo hacer, es, es, increíble. Todo se
mueve, todo, absolutamente todo se mueve, es alucinante. Tú también,
ni siquiera eres el que te creías que eras. Luego vuelves ¿no?, a
la vida de todos los días, pero ya no es...es, pero ya no es,...o
dicho de otra manera, está iluminada de otra forma, hay otro
horizonte. Y no es que ese horizonte sea el definitivo, no, es un
camino. Un buen día, sin saber cómo, puffff,...el problema no se
resolvió, sino que se disolvió,...¿y en dónde se
disolvió?,...entró en la forma de pensar. Ya no está, claro, pero
tampoco, ya estás donde estabas,....y luego hay ahí ahí
ahí,...prrrup,...saltos,...¿Se entiende? Esto es la fuente de la
eterna juventud. No hay literal juventud de una operación y un
estiramiento, sino que es la fuente del contacto permanente con la
vida, y con la muerte, que son, una. Otra vez, no es la muerte por un
lado y la vida por el otro, si la muerte está en un lado, esto que
llamas vida, es muerte en vida. Si, sólo se puede estar vivo,
muriendo a cada instante. Hombre, no lo digo literalmente,...pero
todo aquello que había sido conquistado, que había sido adquirido,
se pierde, y se gana. Se pierde y se gana. En el momento en que lo
pierdes, es todo lo que ganas. En el momento en que no lo pierdes, es
todo lo que pierdes, y no sabes que lo pierdes. ¿Se entiende?
En
la misma caída, la caída de, ...uffff,...hay una emergencia
de,...en la misma muerte,...eso es lo que le gusta tanto a la
alquímia,...cuando muere, el vivo empieza a vivir el muerto en el
mismo acto, y entonces hay otro, otro que vive, otro que no vivía,
pero otro que estaría muerto si aquél siguiera vivo, ¿se entiende
esto?
Esto
es lo que pasa, y seguramente a muchos les ha pasado espontáneamente
en la vida. Finalmente, madurar, y hablo de biológicamente, no es
otra cosa que ir muriendo, a etapas, para las que se estaba vivo, e
ir viviendo a planteos para los que se estaba muerto. Y no ha
dependido de ningún acto, no has debido hacer nada para que eso
pase. Eso pasa, a pesar tuyo. ¿Se entiende esto? Tú lo único que
has podido hacer, es, dejarlo ser, o resistir. Si te resistes,
neurosis, patología, ya está bien, es así, sigue llamándote el
proceso. No puedes cambiar las cosas, no puedes dejar de ser un
adulto por mucho que quieras vivir como un niño, y estás siendo un
adulto que vive como un niño, neurosis. Es decir, se está en un
plano sintáctico aunque semánticamente todavía se quiera jugar con
los soldaditos, con la pelota, o con la muñeca, todo tu ser está
para otra cosa. Y eso ya no lo puedes cambiar tú, ¿no?, tú puedes
ir adónde está todo tu ser, o resistirte. Pero donde está todo tu
ser, donde está todo el ser, está la vida, y está la muerte. Y
está, lo que pega ahí es, soltar las defensas tan queridas que
impiden ir, si. Tampoco es un acto de decisión, simplemente es el
contacto con el, es como un tóxico, no sé, como la alquimia. En
cuanto eso te toca,....chsssssss,...toda la certeza, no es que
quieras o no, se pierde,....es cierto, ya no puedes sostener aquello,
porque ya no se lo ve. Se puede impostarse, se puede ser falso, se
puede agarrarse a lo que en realidad ya no se cree, se puede, pero es
vivir acting out, ¿no?
Estar lleno se síntomas, tiene un precio, se paga un precio, ¿esto
no es libertad, no?, no es libertad, es una esclavitud, es una
servidumbre, hay otra, y es ser honesto, ya no está aquello, ya no
está, no sabes lo que es, pero aquello ya no está. En este no
saber, hay un emerger. Por esto Heidegger también dice, el
preguntar es la piedad del pensar,...la
piedad del pensar, ¡la piedad!,...pero el preguntar es lo que el
pensar, no el calcular, ese no pregunta, ese controla y pone en
sitios preconcebidos, eh, jejeje...meter en cajas con rótulos y
despachar y poner un titulito, eso no es pensar eh, eso es lo que la
gente quiere llamar pensar, y es ordenar y acomodar para tener a su
uso y disposición. No.
Pensar,
es decir, dejar que la cosa sea, la verdadera piedad, el verdadero
amor del pensamiento, es que se pregunte. Lo otro no pregunta, lo
otro no quiere saberlo todo, no quiere saber más de lo que vé, y
quiere ponerlo todo en cajas, es despiadado. ¿Cómo se compensa esa
falta de piedad?, el ego busca
cursos de profundización en los sentimientos, se emborracha de
sentimentalismo, quiere sentir más, quiere tocar más, quiere vivir
más, quiere compensar el frío terrible del desamor que existe en su
pensar. Por eso van a la par. Así como los siete, diez, cinco días
de trabajo espantoso, se compensan con dos, de rituales chamánicos,
jejeje, y en los dos soy chamán y en los cinco soy esclavo de
oficina, pero no sería chamán si no fuera esclavo, pues bueno, de
la misma manera, durante cinco días el rigor de un pensamiento que
no es capaz de dudar, que tiene todas las respuestas, que están en
wikipedia, que todo se
sabe, produce un frío tan grande que hace que los fines de semana
tenga que tomarme cursos de contacto íntimo, experiencia personal,
entrar en tu cuerpo, sentir, sentir, mucho, mucho, mucho, a ver si
así entra un calor en ese desierto horrible de un pensamiento que no
ama. Y evidentemente, ese curso, son los que llevan a ese pensamiento
que son los que llevan a ese curso porque son, ¡lo mismo! Uno está
en la planta baja y el otro está en la planta arriba, en ese
edificio no hay otra opción. ¿Entienden?
Tanto
personalismo, tanto te amo, me amo, me siento así, ¿qué hay detrás
de esto?, en esto mismo, ¡una soledad espantosa! Por eso es
necesario quererte, tocarte, sentir, es que, ya,...tú no te dejas
tocar el ego, ¡tócame!, con tu pensamiento,...no puedes. Por eso te
dejas tocar tanto, y lo que tocas no es,...no me tocas a mí, quieres
tocar a tí, porque no tocas,...toca con tu pensamiento, ¡toca!,...no
hay, no hay nada, hay un silencio permanente,...hay una
incapacidad,...¿cómo se trata?,...ay, tócame, tatata, te quiero
mucho, toca de aquí por tratar de tapar lo que no puede tocar,...ahí
no está, ahí no está,...ahí no hay amor, ahí hay afirmación de
propiedad, demanda de reconocimiento...reconóceme, estoy a tu lado,
¡reconóceme!,...pero, ese que está aquí, al lado, está sólo
para cubrir una terrible ausencia,...no está en la verdad. Toda esa
proximidad es el fin de semana chamánico que va precedido por cinco
días de rutina espantosa de un trabajo mecánico. ¿Se entiende?
Decirle
sí a uno es decirle sí al otro. Si acoges eso lo acoges todo.
Ahora, es probable que si no acoges ni lo uno ni lo otro, la persona
se sienta rechazada. No se dá cuenta de que lo que experimenta como
rechazo, es el acting out, el
vivir fuera, el rechazo en el que está instalada, pero no hay nada
que hacer, por eso él dice, cada cual tiene que hacer su propia
cama, eso es cierto, porque eso que está en tí, ¡aparece fuera! Y
a veces uno dice, yo siento un gran amor, y es probable que así lo
literalices, que es la compensación de una terrible distancia. Pero
el amor y la distancia, aparecen afuera, pero están en la manera
de,...¿entienden?,...y por mucho que cambies el lugar, y te vayas
aquí, y te vayas allá, cambies de entorno, eso eres tú por el
momento. Está contigo. Hasta que eso pueda ser entrado, eh, entrado,
unido eh, únelo, únelo, une lo uno con lo otro, entra en eso, y eso
te entra...bueno, ahora si.
Transcrito del audio de 01h 57m 44s por Ferran Ausiró.
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